Sacando a pasear a su gato

Los gatos también necesitan que los saquen a pasear, solo hay que saber cómo hacerlo...

Son muchas las
personas que pueden haberle dicho que sacar a su gatito al aire libre, puede
llevarlo a contagiarse de parásitos, pulgas, u otras infecciones, pero que,
además, hará que se acostumbre, se torne más exigente y se siente
frecuentemente frente a la puerta a maullar de forma incesante, para lograr que
lo saquen.

Todos estos riegos
son bien ciertos, pero no menos lo es el hecho de dejarlos encerrados los siete
días de la semana, donde se correrá el peligro de que el gatito se aburra de
tal modo que lo lleve a un grado de estrés que podría ser causa de varios
problemas, como la conducta destructiva y problemas físicos y psicológicos. Simplemente,
sería necesario ponerse en su lugar y entender cuán encerrado se pueden sentir
al estar todo el día metidos en un hogar, pues de hecho nada se puede comparar
con el entusiasmo de salir al aire libre.

Por supuesto,
permitir que un gatito vague por el exterior libremente también sería bastante
irresponsable, puesto que cualquier animal que no sea supervisado seguramente
encarará peligros muy reales y severos, como el tráfico automovilístico, los
vecinos insensibles, las enfermedades, y el acecho de depredadores.

La ayuda de una correa

En este sentido,
una correa le puede dar una nueva dimensión a las salidas, tanto para los
dueños, que podrán controlarlos mejor, como a los mismos gatos, que esperarán
sus excursiones sólo en algunos momentos (especialmente cuando vean estas
correas) tal como sucede con los perros. De hecho, si se los saca
aproximadamente en el mismo momento cada día, el gatito aprenderá que este es
el único lapso en el que puede salir, y sabrá que no tiene sentido  molestarlo en otras oportunidades.

Si bien es cierto
que siempre es más fácil introducir nuevas costumbres a los gatos cuando son
pequeños, ya que no tienen casi ningún hábito previamente incorporado, también
los gatos adultos pueden ser entrenados para aceptar ser llevados mediante una
correa, con un poco de paciencia, persistencia, y sensibilidad.

Para ello, cada
pequeño progreso se debe recompensar con gestos de elogio y premios de
alimento, y en ningún momento el gato debe ser castigado ni regañado. Pero para
que tenga una mayor certeza de cómo hacerlo, le hemos preparado este breve
resumen de los pasos necesarios para entrenar a su gato a usar una correa

Logrando que el gato se adapte a la correa

En primer lugar,
deberá comprar una correa con un arnés diseñado para tirar del pecho, no de la
garganta. Estos arneses son preferibles a los de cuello porque, si se adaptan y
usan apropiadamente, existirán menos oportunidades que el gatito se salga de
los mismos. De todas formas, se debe ser capaz de meter y sacar sin mayores
problemas dos dedos entre el arnés y el pecho del gato. Por su parte, la correa
debe ser liviana y separable, y tener un gancho que cierre bien.

Luego, debería
dejar un tiempo para que su gato se acostumbre a los arneses y la correa,
dejándolo por ejemplo cerca del lugar favorito que usa para dormir, por unos
pocos días. Asimismo, después de colocar el arnés al gato, prepárele su comida
favorita, alabándolo enfáticamente. Después que termine de comer, permita que
camine alrededor durante un rato. Distráigalo con juguetes si parece infeliz
con el arnés ya puesto. Después que visiblemente se haya relajado, le podrá
quitar los arneses.

Para cuando ya este
medianamente acostumbrado al arnés, será hora de conectar la correa a los
mismos. No trate de sacar al gatito en este momento, sino, simplemente,
permítale vagar por donde quiera, arrastrando la correa detrás de él, pero
estando atento para el caso de que la correa se enganche con algo.

La mayoría de los
gatos no tienen mayores problemas con la correa, pero si el suyo comienza a
agitarse, utilice la “táctica del alimento gratificante”, tal como se
señaló antes. Incentive al gatito a caminar, y, cuando lo haga, llénelo de
elogios. Mantenga éstas sesiones de entrenamiento diarias durante períodos de tiempo
cortos y siempre con un actitud positiva.

Una vez que su gato
se mueva con tranquilidad junto con los arneses y la correa, será tiempo de
recoger la correa y caminar alrededor de la casa, detrás de él, pero
manteniendo la correa bien floja. En este punto, todavía no será bueno
restringir el movimiento de gato, para permitirle acostumbrarse a tener la
correa puesta. Practique esto por unos
pocos días.

Luego de
completados estos pasos, será tiempo de enseñar a su gato a ir a donde usted
quiere (pero todavía dentro de la casa). Para ello, utilice una voz dulce y
complaciente, e incentívelo a que lo siga. No espere que él gato camine y se
mueva como un perro. Simplemente, déjelo caminar de lado a lado sin que
necesariamente siga sus pasos. Cuándo el gato sienta resistencia, él caminará
en su dirección, o se acostará. La paciencia y la persuasión son claves en todo
esto, por lo que nunca se los debe tirar ni darles un tirón o llevarlos a la
fuerza. Recuerde, una sola mala experiencia puede llevar a que su gato rechace
la correa por mucho tiempo.

Una vez que el
gatito ande cómodamente con la correa puesta, ya será tiempo de llevarlo al
aire libre. Lo ideal sería, simplemente, sentarse en la entrada durante las
primeras salidas, permitiendo que el gato llegue a acostumbrarse a las nuevas
imágenes y sonidos que experimentará en su nuevo, y algo atemorizante, mundo.

Para el momento en
que el gatito se haya adaptado a este nuevo ambiente, lo que se podrá ver por
el hecho de que dejará de mover la cola, y mostrará interés por explorar el
espacio exterior, se deberá tratar de encontrar una ubicación calma, que
presente los menores elementos atemorizantes que sea posible, para así seguir
el mismo procedimiento utilizado dentro de la casa para acostumbrar el gatito a
caminar con la correa puesta, esta vez en el exterior.

Ahora sí, su amigo felino
podrá serle de compañía para las caminatas por el vecindario, e incluso las
salidas rápidas a hacer las compras. Pero lo mejor de todo, será que los viajes
lejos de casa, serán mucho más fáciles de realizar para usted, y más divertidos
y mucho menos traumáticos para su gato.