La persecución es una actividad que se da muy
habitualmente en los perros, ya que es un instinto natural. Es por eso que les
resulta tan agradable correr a los autos, motos y bicicletas. Sin embargo, y
aunque les sea muy placentero, puede causar accidentes automovilísticos, en los
que tanto usted como el simpático perro resulten heridos.
Las claves para frenar este
peligroso hábito
· Sorprenda y detenga a su can: póngale una larga correa, de entre 10 y 15
pies, y pídale a alguien que se pasee en coche frente a su posición. Cuando su
perro comience la persecución, tire de correa y diga “NO” con firmeza. Esto
será un mensaje claro y directo para el animal. De todas formas, recuerde que
el collar no debe estar muy ajustado y que debe liberarlo rápidamente. Trabaje en
esta actividad treinta minutos al día, y felicítelo efusivamente cada vez que
abandone una cacería.
· El truco del globo: llene algunos globos con agua.
Paséese en un coche que no sea familiar y pídale a un amigo que sostenga a su
perro con una correa. Cuando empiece a perseguir el vehículo, baje la velocidad
y arroje algunos globos hacia el animal. Repita el procedimiento varias veces a
la semana hasta que el hábito desaparezca. La rutina de los globos con agua
sorprenderá a su perro y, probablemente, deje de perseguir autos. Prémielo cada
vez que desista de cazar vehículos.
Una buena forma de mantenerlo
alejado de los coches es darle suficiente ejercicio dos veces al día. No sólo
debe darle un paseo. Juéguele con una pelota o un frisbee. Esto absorberá gran
parte de su energía y saciará su instinto de caza.
Si
usted no quiere jugar con el animal, incremente la duración de las caminatas.
Veinte minutos, dos veces al día, deberían ser suficientes para cansarlo un
poco. Déjelo correr (siempre con la cuerda) en el perímetro de un parque o
jardín seguro.
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