Hay, por lo menos, cuatro conductas no saludables que pueden socavar
nuestros esfuerzos para controlar el dolor y otros síntomas;
especialmente si permitimos que los comportamientos se vuelvan habituales.
No dormir lo suficiente
Este puede ser el comportamiento más difícil de cambiar. El dolor de la artritis
puede interrumpir y perturbar el sueño, por lo que para algunas personas es casi
imposible dormir de forma ininterrumpida durante mucho tiempo.
Pero vale la pena
esforzarse para mejorar nuestros hábitos de sueño, o nuestra "higiene del
sueño", como se la denomina a menudo.
No se limite a aceptar la falta de sueño
como una consecuencia inevitable de la artritis. En su lugar, tómelo como una
señal de que usted y su médico deberían buscar métodos más efectivos para
control el dolor.
Además, asegúrese de no pasar por alto las soluciones simples,
que pueden hacer una gran diferencia.
Evitar el ejercicio o la actividad física regular
Si bien se recomienda que todas las personas hagan ejercicio de forma regular
como parte de una vida saludable, esto es aún más importante para las personas
con artritis.
El ejercicio ayuda a fortalecer los músculos que rodean las
articulaciones, aumentar o mantener la fortaleza de los huesos, incrementar o
mantener la fuerza en general, mejorar el rango de movimiento, aumentar la
resistencia y disminuir el dolor.
A pesar de estos beneficios, los resultados de
distintos estudios han demostrado que más de un tercio de las personas con
artritis no realiza ejercicio en absoluto.
Entre aquellos que no hacen
ejercicio, muchos creen que no pueden hacer la actividad física suficiente como
para mejorar su situación, o que hacer ejercicio puede empeorar su condición.
Consulte con su médico. Es esencial que se mantenga en movimiento. Cualquier
cantidad de movimiento es mejor que nada. Haga lo que pueda, pero respete sus
limitaciones. Determine qué resulta apropiado para usted.
No cumplir el plan de tratamiento
Algunas personas con artritis optan por hacer caso omiso de los consejos de su
médico. Este incumplimiento puede implicar no tomar los medicamentos según lo
prescrito, no realizar visitas periódicas al médico o, en general, ignorar todo
lo que les han recomendado.
Hay varias razones para explicar estos
incumplimientos, pero, evidentemente, si el médico establece un plan de
tratamiento, es porque a usted le convendría respetar ese plan.
Si no está de
acuerdo con el tratamiento, hable con su médico y trate de llegar a un acuerdo.
Usted debe confiar en su médico y en sus consejos.
Si no pueden ponerse de
acuerdo sobre un plan de tratamiento al que puede adherir, puede ser momento de
cambiar de médico. Es su responsabilidad encontrar a un médico con el que pueda
cooperar para lidiar con su artritis.
Darle lugar al estrés
El estrés causa y modula diversos efectos fisiológicos que pueden "mejorar la
resistencia a las enfermedades o causar daños y, de ese modo, profundizar la
enfermedad.
Curiosamente, el estrés agudo
mejora la función inmune, pero el estrés crónico la afecta.
Para las personas
con artritis, el estrés excesivo puede aumentar el dolor, desencadenar un brote
de los síntomas, y puede aumentar las cargas adicionales que generan las
enfermedades crónicas.
Sabiendo que el estrés puede afectar negativamente la
artritis, ¿usted le da lugar al estrés en su vida o conscientemente trata de
evitarlo? Sea consciente de cómo maneja el estrés y haga los ajustes necesarios.
Ricardo Palmer
es autor del libro “Cure Su
Artrosis”, un completo
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