Seguro has recibido esos e-mails que intentan advertirte sobre productos, artefactos o alimentos que atentan contra tu salud. De hecho, las advertencias en cuanto a temas relacionados a la salud han acompañado al hombre desde los tiempos más remotos, tal vez, como una forma de protegernos los unos a los otros.
Sin embargo, gracias a la Internet, la diseminación de las mismas ha adquirido una velocidad y un alcance inigualables. En minutos, una advertencia puede desparramarse a cientos o miles de personas,
generando, en ocasiones, estados de ansiedad innecesarios.
A continuación, echaremos un vistazo a las seis advertencias que más han proliferado en la Web y analizaremos si son ciertas o si se tratan de engaños o bromas de mal gusto.
¿El yogur con L. casei es nocivo para el organismo?
Uno de los productos alimenticios modificados para hacerlos más saludables de mayor éxito en los últimos tiempos es sin duda el yogur (o derivados) fortificados con L. casei y otras bacterias que forman parte de la flora normal del organismo.
Desde hace un tiempo ha comenzado ha circular un mensaje que menciona a una de las marcas más conocidas de este producto, que indica que su consumo es perjudicial para el organismo.
Pero, a diferencia de otros mensajes con alertas de salud, este está tan mal fundamentado que ni siquiera es necesario leerlo más allá de las primeras palabras, que dicen algo así como: "el L. casei es una sustancia que el organismo produce… y si se aporta en grandes cantidades desde el exterior (con el yogur) se inhibe su producción por el organismo, etc., etc.!"
Ningún mensaje cuyo autor confunda a un microorganismo con una sustancia producida por el cuerpo humano -o que crea que las células humanas pueden "fabricar" bacterias- puede tener otro destino que la papelera de elementos eliminados.
Veredicto: falso
¿El plomo en el lápiz labial genera cáncer?
El e-mail da cuenta de una marca famosa de cosméticos que ha rebajado los precios de sus lápices labiales en forma escandalosa debido a que contienen plomo.
Asimismo, el e-mail dice que el plomo es un químico que causa cáncer, y menciona a otras siete marcas sospechadas de contener suficiente plomo como para hacer enfermar a las personas.
¿La verdad? Mientras que la exposición al plomo puede ser peligrosa, no está relacionada al cáncer. Por otra parte, los niveles de plomo en el lápiz labial son bajos y no son señalados como amenazas por las distintas asociaciones de salud que regulan la producción de cosméticos.
Veredicto: falso.
¿Las bananas de Costa Rica pueden hacerte enfermar?
Este e-mail, que comenzó a circular en el año 2001, afirma que las bananas de Costa Rica están relacionadas a casos de Fascitis Necrotizante, más conocida como la terrible enfermedad de “la bacteria come carne”.
¿Es cierto? Después de una investigación a raíz de este rumor, se llegó a la conclusión de que la bacteria que puede ocasionar esta enfermedad suele vivir en el cuerpo humano, y la forma típica de transmisión es de persona a persona. Asimismo, la bacteria no puede sobrevivir mucho tiempo en la superficie de una banana.
Veredicto: falso
¿Se puede identificar la apoplejía con un simple chequeo casero?
El e-mail afirma que incluso aquellos que no somos médicos podemos detectar si una persona está teniendo un derrame (y si, en consecuencia, necesita atención inmediata) con un simple chequeo.
Pídele a la persona que sonría, que levante sus brazos y los mantenga arriba, y que repita una oración sencilla.
Hace algunos años, en el marco de una reunión de la American Stroke Association (Asociación Americana de Apoplejía), los investigadores presentaron un estudio en el que deban cuenta que este chequeo, que durante años había sido usado por personal médico, también podía ser empleado por personas comunes.
El chequeo rápidamente puede detectar debilidad en la cara o las extremidades, y dificultades para controlar el habla —todos signos que destacan la necesidad inmediata de ayuda—.
Veredicto: verdadero.
¿Los tampones contienen amianto (asbesto)?
Esta advertencia fue conocida por primera vez a finales de los 90s, pero, al igual que muchos otros llamados de atención, puede reaparecer en cualquier momento.
El e-mail alertaba sobre tampones contaminados con asbestos y dioxinas durante el proceso de fabricación. Asimismo, decía que las fibras de rayón podrían desencadenar un síndrome de choque tóxico, una enfermedad rara y potencialmente mortal causada por una toxina bacterial.
Según la Food and Drug Administration (Administración de Drogas y Alimentos, por sus siglas en inglés), el uso del tampón y el síndrome de choque tóxico están relacionados, aunque los expertos hasta el momento no han sido capaces de encontrar el eslabón que los vincula.
Veredicto: falso.
¿Calentar alimentos en el microondas en bandejas de plástico puede ser perjudicial para la salud?
“Si calientas alimentos en bandejas de plástico, los químicos se filtrarán y la exposición puede ocasionar cáncer y problemas reproductivos”, advierte el e-mail.
Los contenedores para microondas y los contenedores de plástico suelen ser seguros.
¿Por qué? Porque están hechos con materiales que han sido testeados en la migración de químicos hacia el alimento.
Antes que una bandeja o contenedor sea aprobado para su uso en microondas, los niveles de migración deben demostrar estar dentro de un margen de seguridad.
En general, no se han encontrado evidencias de trastornos en la salud a raíz del uso de estos contenedores en microondas.
No obstante, existe un químico que se encuentra en algunos contenedores aprobados para microondas —Bisfenol A—, que está siendo sometido a pruebas por un grupo independiente de científicos reunidos por el National Institutes of Health de los Estados Unidos.
Los científicos se concentran en dilucidar si la exposición a este químico, comúnmente encontrado en botellas plásticas y biberones, incrementa los riesgos de padecer problemas reproductivos y de desarrollo.
Veredicto: sin decisión.
¿Un nuevo cáncer acecha?
Este es uno de los más viejos, y afirma que "un nuevo tipo de cáncer" ha aparecido y media humanidad estaría en riesgo de padecerlo.
El tipo de cáncer descrito varía de mensaje en mensaje y la descripción del mismo es por lo general correcta, pero lo cierto es que todos los mencionados son patologías conocidas desde hace mucho tiempo, cuya prevalencia (el porcentaje de personas sobre la población total que lo padece) no ha variado en gran medida en los últimos años.
Veredicto: verdad a medias, destinada a sembrar temor
¿Por qué hacemos caso a estas historias?
Es muy fácil quedar atrapado por estos mensajes que nos advierten sobre riesgos para nuestra salud, ya que relatan historias espectaculares, lo que dicen parece legítimo, y, a menudo, afirman provenir de un respetable instituto, hospital, u organización científica —aunque muchas veces los nombres de estos suelen ser falsos o no existen—.
Solemos vivir en un clima de ansiedad en todo lo relacionado a nuestra salud, y nos inclinamos a creer que la advertencia podría ser real, incluso cuando suene poco probable. En consecuencia, podemos llegar a creer que comer espinaca podría hacernos morir.
¿Y por qué las reenviamos?
Después de leer las noticias atemorizantes, con frecuencia, experimentamos una necesidad de compartirlas. Las advertencias que recibimos vía e-mail suelen venir con un gancho o anzuelo.
Esto quiere decir que nos presentan una historia sobre alguien, y esto hace que afloren nuestras emociones —miedo, compasión, codicia, etcétera—.
En consecuencia, cuando el mensaje nos suplica que lo “compartamos con todos nuestros conocidos”, nuestra naturaleza humana tiende a decir que sí.
Cuando estás sentimentalmente conmovido, eres más vulnerable a lo que una voz de autoridad te puede sugerir hacer. Y tomar esa acción —reenviar el e-mail— podría ayudarte a calmar esa ansiedad.
Reenviar las noticias podría proyectar el sentimiento de importancia original del remitente entre un grupo de personas. Son muchos quienes quieren hacer las veces de vocero o ser los primeros en contar a sus amigos algo que no han escuchado.
Reconocer el engaño
No hay un método para estar a salvo de estas advertencias que, muchas veces, carecen de fundamentos. No existe un método a prueba de fallos, aunque los expertos nos ofrecen algunas guías para reconocer los engaños:
· Si el único lugar donde has visto la información sobre la amenaza es en el e-mail, debemos sospechar.
Si no escuchas la misma información en el noticiero de la noche, en un periódico importante, o en un sitio Web creíble, ya casi podríamos afirmar que se trata de un engaño.
Asimismo, si el aviso basa la advertencia en la historia de “el amigo de un amigo”, al no tratarse de información de primera mano, también estaremos ante algo sospechoso.
· Revisa las fuentes antes de reenviar el mensaje. Si el mensaje es poco claro a la hora de especificar de dónde proviene, es otro mal signo.
Lo primero que debes mirar es quién está haciendo la advertencia. Encuentra los antecedentes y las credenciales de la persona u organización que está alertando sobre el peligro.
· Algunos mensajes de advertencia esconden en su interior mensajes solapados, y ésta es otra razón para sospechar. Tal podría ser el caso de una campaña contra determinado producto, institución o persona.
· Mientras que algunos alertas comienzan como engaños intencionales, otros pueden iniciarse a partir de una verdad y luego cambiar a raíz de malos entendidos —algo así como el teléfono descompuesto—.
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Registrar el origen de un engaño puede ser complicado, infuso para expertos. Es muy raro que alguien pueda dar con el iniciador.
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