Esto se
debe muchas veces a una cuestión cultural: en la sociedad actual hay una
inclinación a subestimar la importancia de los problemas coronarios en las
mujeres, pues se le da mayor importancia a los problemas de los hombres.
Lo
único que -biológicamente- diferencia al hombre de la mujer es el tamaño: las
mujeres tienen en general una menor superficie corporal. Esto hace que sus
arterias también sean pequeñas. Y estas personas corren más riesgo que las que
tienen arterias más grandes.
A su
vez de esos estudios se desprendió que las mujeres operadas eran mayores que
los hombres, tenían más diabetes y más hipertensión. A su vez estas mujeres
llegaron con menos infartos previos y menos disfunción del ventrículo
izquierdo.
Pero lo
peor es que la mayoría de las mujeres intervenidas llegaron de urgencia, en
ambulancia. Esta razón y un peor perfil clínico determinan un mayor riesgo, ya que en las cirugías coronarias de
urgencia hay un 80% más de riesgo que en la cirugía programada. Cuando el
cuerpo está inestable no tolera todo lo que hay que hacer en una operación. El
corazón lo sufre.
También
quedó demostrado que la mortalidad hospitalaria -la que sucede durante la
operación o en los cinco días siguientes- también es mayor en el caso de las
mujeres.
Las
mujeres generalmente llegan con varios años más que los hombres porque
desarrollan la enfermedad coronaria más tardíamente. Y por eso se da la
creencia de que se enferma menos, al enfermarse más tarde.
Otro
mito que se cae es el que dice que los principales problemas femeninos son los
cánceres de útero y mama. En realidad la principal causa de muerte en la mujer,
como en el hombre, son las enfermedades cardiovasculares, en general relacionadas
con el cigarrillo.
¿Cómo
darse cuenta?
Llamativamente,
y contra la creencia popular, el dolor de pecho no es en las mujeres uno de los
principales síntomas de infarto del miocardio.
Lo
primero que sienten las mujeres es una fatiga fuera de lo común y mucho sueño
desde un mes antes de sufrir el infarto.
También otros síntomas como dificultades para respirar (disnea), trastornos
digestivos, y ansiedad.
Factores
de riesgo de un ataque al corazón
1.
Colesterol alto
2.
Tabaquismo
3.
Estrés y depresión
4.
Diabetes
5.
Hipertensión arterial
6.
Las que tienen la aparentemente inofensiva “grasita” abdominal
7.
Falta de consumo diario de frutas y verduras
8.
Falta de ejercicio cotidiano
9. Quienes no toman vino (aunque este factor hay que tomarlo con pinzas,
porque dependerá de la calidad del vino que se tome y de la cantidad).
Las
mujeres, al igual que los hombres, deben controlar estos factores de riesgo,
que son los principales culpables de la
enfermedad coronaria y de los accidentes cerebrovasculares.
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