Una siestecita, en estos tiempos alocados, puede ser algo así como la más grande
de las indulgencias. Sin embargo, es parte natural de la vida de las personas en
muchas culturas, y es también una saludable costumbre para el 85% de los
animales.
Si te encuentras crónicamente agobiado por el trabajo, entonces cada
minuto para echarte una siestecita cuenta.
Teniendo esto en cuenta, es fundamental que sepas cómo aprovechar esas ocasiones
tan añoradas como escasas en las que puedes echarte una cabeceadita y olvidarte
del mundo.
A continuación, una guía paso a paso para que duermas las siestas más
efectivas que alguien haya dormido jamás.
Otórgate el permiso
Si has estado perfeccionando tus técnicas de siesta durante años, entonces sabes
que no puedes pasar por alto este paso.
Pero si no has dormido en forma regular
desde la adolescencia, entonces tal vez tengas algunas dudas sobre el concepto
de que dormir la siesta es en verdad una forma productiva de utilizar tu tiempo.
Descansa tranquilo: lo es. En adultos saludables, no ancianos, la investigación
ha demostrado que las siestas tienen la capacidad de:
·
Reducir la somnolencia y la fatiga.
·
Reavivar el estado de alerta.
·
Mejorar el rendimiento cognitivo.
·
Aguzar las cualidades motoras.
·
Disminuir los errores y las posibilidades de accidentes.
·
Mejorar el ánimo y el humor.
·
Aliviar los síntomas premenstruales.
Elige el momento
Intenta dormir la siesta demasiado temprano, y tu cuerpo podría no estar listo
todavía. Hazlo demasiado tarde, y podrías encontrar dificultades para dormir por
la noche.
Para la mayoría de las personas, una siestecita temprano por la tarde
(comenzando en algún momento entre la 1:00 p.m. y las 3:00 p.m.) resulta óptima.
Dormir la siesta en este horario puede ayudarte a contrarrestar la clásica
disminución de energía y vitalidad posterior al almuerzo.
Elige el lugar
Si puedes hacer tu siesta recostado en un sillón o una cama, es lo ideal. No
resulta sorprendente que en un reciente estudio realizado en China se
descubriera que dormir la siesta en una cama es más reparador que hacerlo en un
asiento.
Pero si te encuentras atrapado en tu escritorio o en un asiento de
colectivo, no todo está perdido. Ambos grupos de dormidores de siesta
participantes en el estudio experimentaron menos somnolencia, una disminución en
los niveles de fatiga, y una mejora en el humor en comparación con aquellos que
no la dormían en absoluto.
Busca sentirte cómodo
Di que sí a la siesta en un ambiente confortable, propicio para el descanso.
Busca que tu bunker siestero sea un sitio tan silencioso y oscuro como sea
posible.
Cierra puertas y ventanas, y apaga el teléfono y las luces. La
temperatura del ambiente debe ser confortable aunque no demasiado cálida, ya que
podría hacer que te duermas más de lo aconsejable.
Cuenta con los utensilios necesarios
A la hora de dormir la siesta lejos de casa, una pequeña almohada y una sábana
ligera pueden ayudarte a sentirte a gusto.
Si no puedes lograr la oscuridad y el
silencio deseados, utiliza anteojeras y tapones para los oídos. Otra opción es
recurrir a los auriculares y a alguna música relajante, como puede ser el Pizizz
soundtrack, que mejoró la sensación de bienestar post-siesta en un estudio en
Nueva Zelanda.
Si necesitas estar bien despierto inmediatamente después de la
siesta, ingiere una taza de café o alguna bebida gaseosa con cafeína antes de
dormitar. La cafeína actuará recién en 20 ó 30 minutos; justo a tiempo para
levantarte lleno de energías.
No más de 20 minutos
Para los adultos jóvenes y saludables, la investigación indica que la duración
ideal de la siesta es de 10 a 20 minutos.
Estas cabeceaditas cortas mejoran la
sensación de alerta y el rendimiento general sin dejarte en un estado de
somnolencia y sin interferir con el sueño nocturno.
En contraste, las siestas
que duran más de media hora pueden generar un estado de flojera y desorientación
que podría durar varios minutos después de haberte despertado. Para asegurarte
de no superar los 20 minutos, ten siempre a mano una alarma.
Duerme si puedes, ¡y no te preocupes si no puedes!
No te preocupes si no consigues siempre quedarte dormido durante tus intentos de
siesta. Mientras esta situación no te genere
estrés, el descanso y la relajación
serán beneficiosos.
De hecho, un estudio realizado por investigadores británicos
demostró que el hecho de recostarse con la intención de echarse una siesta es
suficiente para producir una baja en la tensión arterial.