Los cambios climáticos y la facilidad de contagio son factores que no se pueden
controlar. Sin embargo se pueden tomar prevenciones en caso de que ocurran
estos imprevistos.
Recomendaciones para prevenir los
resfríos infantiles
·
Es conveniente que exista una rutina en cuanto a la
higiene se refiera. Lavarse
las manos antes, después de comer y luego de ir al baño. También es fundamental
hacerlo antes de preparar alimentos y tras soñarse la nariz.
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La asistencia de los bebés o niños pequeños a las guarderías a veces es
inevitable, pero debido al contagio de enfermedades hay que tener en cuenta el
acudir a escuelas en las cuales haya pocos niños, así el riesgo de contagiarse
se reduce.
·
Los desinfectantes
son de gran ayuda ya que colaboran en la eliminación de los
gérmenes. Hay lociones y jabones especiales.
·
Evitar compartir toallas, y cualquier utensilio de cocina
·
Alimentarse adecuadamente. Los niños que comen bien y todo tipo de comidas
tienen el sistema inmunológico más fuerte y protegido. Se enferman menos porque
se contagian menos. El yogurt es una bebida muy recomendada ya que contiene
bacterias buenas que ayudan a prevenir el resfriado.
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Es importante no darle un antibiótico al niño sin que se lo recete especialmente
un médico ya que su uso sin criterio hace que el cuerpo se acostumbre y haga
resistencia.
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Es fundamental que los niños estén al tanto de las medidas de higiene como por
ejemplo taparse la boca al toser cuando están en el colegio y lavarse bien las
manos para que los gérmenes no se propaguen.
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Mantener al niño adecuadamente hidratado y como modo preventivo ya que uno de
los trastornos más frecuentes son los resfriados que se complican con la
acumulación de mucosidad en los pulmones. Beber abundante agua ayuda a que no se
peguen en los pulmones y compliquen el cuadro.
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La ventilación también es importante y hay que renovar el aire todos los días
para mantener a las bacterias lejos. Cambiar las sábanas de modo frecuente y
también limpiar la habitación sobre todo durante los meses que más frío hace.
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El agua de sal y las nebulizaciones ayudan a eliminar la tos y los
resfriados. Es
una muy buena alternativa ante los primeros síntomas o también a modo preventivo
poder realizar una nebulización cada noche para que el niño duerma tranquilo y
evite que si se está incubando un resfriado, éste se vaya rápidamente o no
prospere.
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