Uno de los síntomas normales que pueden presentar las personas con Alzheimer
desde la etapa de Disminución Cognitiva Media a Severa y Media, las cuales
corresponden a la 5ta y 6ta etapa, es el cambio de horarios en el sueño o
problemas para poder dormir.
A nivel científico aún no se logra explicar por qué el Alzheimer produce
trastornos del sueño como uno de sus síntomas, pero lo cierto es que los
patrones del sueño se ven alterados de forma más frecuente durante estas etapas.
En las personas mayores sin esta enfermedad se logra observar que también ven
alterados sus patrones de sueño, pero esta situación se ve de forma más grave en
aquellos adultos mayores que padecen de Alzheimer.
Lo común en los síntomas del Alzheimer es que estos problemas se presenten
durante las últimas etapas, pero en algunas ocasiones se pueden presentar de
forma anticipada.
Cuando presentan dificultad para dormir, suelen estar despiertos durante más
tiempo durante la noche, mostrando que de forma progresiva se va incrementando
el tiempo de vigilia y se disminuyen los sueños, y adicionalmente al no poder
dormir ni descansar se presentarán situaciones como el caminar, no quedarse
quieto, gritar, y muchas otras conductas que se realizarán a la hora que se
debería estar durmiendo.
También debido a lo anterior se presentan alteraciones en el ciclo del sueño, en
la rutina de descanso, provocándose siestas diarias.
Si es de esta forma, la persona experimentará cansancio y sueño durante el día,
presentando cierta situación de agitación o inquietud, llamada experiencia
crepuscular.
En casos extremos la rutina de sueño puede verse completamente invertida, donde
todo el día duermen y en la noche se imposibilita el sueño manteniendo una
constante vigilia.
No siempre que una persona tiene problemas del sueño tiene Alzheimer.
Antes de poder afirmar esto, debe someterse a un diagnóstico médico completo a
fin de identificar si padece alguna de las diversas enfermedades que pueden
ocasionar su dificultad para dormir.
Algunas de las enfermedades que pueden llevar a que se presenten estos
trastornos son la depresión, la apnea del sueño y el síndrome de las piernas
inquietas.
Es muy recomendable el no usar medicamentos para los trastornos del sueño en el
Alzheimer y por ello es preferible que se lleguen a usar recursos no
farmacológicos, ya que la mayoría de estas medicaciones no logran hacer una
diferencia sustancial en la rutina del sueño en personas mayores y
adicionalmente pueden provocar problemas como caídas y demás efectos secundarios
más graves que la misma falta de sueño a horas adecuadas.
A continuación quiero que conozcan esas medidas que se pueden tomar para mejorar
la rutina del sueño, propender por un entorno más agradable para poder dormir y
herramientas básicas para poder reducir las siestas que se dan durante el día:
Es importante mantener horarios regulares para las comidas y la rutina del
sueño, es decir, organizar un horario que tenga horas exactas para sus
actividades diarias.
También es positivo que la persona tome baños de sol durante el día de forma
constante, ya que esto incrementa los niveles de vitamina E en el cuerpo.
Es igual de importante lograr que la persona tenga una rutina de ejercicio
diario, preferiblemente en la mañana ya que si se realiza con menos de 4 horas
antes de dormir se estimulará a la persona y no logrará conciliar el sueño.
Para poder regular igualmente el sueño en las personas con Alzheimer también es
prudente evitar el consumo de sustancias como la nicotina, la cafeína y el
alcohol, ya que estas sustancias suelen estimular a las personas.
Cuando la persona tenga algún dolor es necesario tratarlo a tiempo para que no
interrumpa su noche de sueño.
En el caso en que la persona esté tomando medicamentos inhibidores de
colinesterasa, se debe procurar no suministrarlo antes de la hora de dormir.
Para que la habitación sea adecuada y tenga el ambiente propicio para dormir, es
necesario que la temperatura de la habitación sea la adecuada para que la
persona se sienta cómoda, tener una lámpara de mesa con luz tenue en caso de que
se despierte y no se altere con las luces fuertes.
Si la persona se despierta durante la noche, procurar que no permanezca en la
cama si va a seguir despierta pues se debe acostumbrar a que se quede en la cama
sólo si va a dormir y no permitir que vea televisión ya que sólo logrará
entretenerse y no podrá conciliar el sueño con un distractor de ese tipo.
Si con lo anterior no se logra ningún cambio en la rutina del sueño de la
persona y por el contrario, se están produciendo comportamientos violentos
durante el momento en el que se debería no estar en vigilia, se puede acudir
ante soluciones de medicamentos prescritos, que vayan administrados de forma
lenta y en pequeñas dosis. Esto se debe dar de este modo ya que los medicamentos
que se suministran para los problemas del sueño suelen tener efectos secundarios
graves.
En las personas mayores con deficiencias cognitivas el uso de medicamentos debe
ponerse a consideración, pues se presentan mayores riesgos de caídas y fracturas
las cuales son de compleja y lenta sanación, momentos con confusiones mucho
mayores y una notable capacidad para valerse y cuidarse por sí mismos, además de
generar más riesgo de accidente cerebrovascular.
Por
lo anterior es prudente que luego de un corto tiempo en el uso de medicamentos
se deje de suministrar luego de haber logrado normalizar nuevamente el sueño en
la persona con Alzheimer.
Cuando se suministra un medicamento para el sueño generalmente es motivado por
otras causas, como cambios en el comportamiento. Algunos de los medicamentos
suministrados son los antidepresivos, las benzodiacepinas y los antipsicóticos.
Por
Juan Pablo Segura, especialista en salud y autor de "Revertir
el Alzheimer", que encontrarás haciendo
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