Además,
son más las mujeres que tienen un dentista estable al que visitan con
regularidad, que los hombres.
Es
cierto, también, que el cuidado dental se ha ganado un lugar en la rutina en
los últimos años, con más adultos que realmente entienden su importancia y, por
lo tanto, la transmiten a sus hijos (siempre con las mujeres siendo más
importantes en este rubro).
Pero también es cierto que los números
demuestran que no todos los adultos entienden la importancia del cuidado
dental ni se cuidan de la forma en que deberían hacerlo.
Lo
irónico es que prevenir problemas en los dientes es realmente muy simple, si se
tiene un poco de conciencia y voluntad como para mantener una rutina higiénica
establecida y respetada a rajatabla.
En general, con el lavado y el uso de hilo dental y/o palillos, sumado a las
visitas regulares al dentista (con chequeos regulares como si del médico de
cabecera se tratara) y a una alimentación correcta, alcanza para mantener una
sonrisa saludable.
Así
que, unos cuantos consejos no parecen fuera de lugar:
-Lavarse
los dientes por lo menos dos veces por día, con una pasta dental que contenga
flúor.
-Limpiar
el espacio entre los dientes con hilo dental o con un palillo diseñado
especialmente para este espacio. Las bacterias que causan las caries permanecen
en los espacios entre los dientes aun después de que nos hemos pasado el
cepillo, ya que este no llega realmente a penetrar en profundidad.
Además, pequeños pedazos de comida pueden también escapar al cepillado. El hilo
dental remueve placa y comida de entre los dientes y debajo la línea de la
encía.
-Dieta
balanceada y con pocos bocadillos entre comidas (para prevenir que quede comida
entre los dientes mucho tiempo sin cepillarnos).
-Visitas
regulares al dentista para limpiezas profesionales y chequeos generales de toda
la dentadura.
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