La
gran mayoría de los hombres desconoce que a partir de los 55 años se desencadena
la andropausia y que estos síntomas pueden ser revertidos mediante un
tratamiento de reemplazo hormonal.
Este proceso de disminución de los niveles de ciertas
hormonas en la sangre puede ser confundido con los indicadores habituales del
estrés: cansancio, falta de deseo sexual, desgano, etc.
Estos síntomas – decaimiento físico, falta de deseo
sexual, disfunciones eréctiles,
entre otros- son de hecho los síntomas característicos de la andropausia. A
diferencia de la menopausia, que llega de manera brusca y definitiva, la
andropausia es un proceso lento que comienza a partir de los 55 años y pasa
inadvertido para la mayoría de los hombres que suelen confundirla con los
indicadores del estrés.
A medida que pasan los años disminuyen los niveles de ciertas hormonas
responsables de la vitalidad y la virilidad, como la testosterona que incide
directamente en la libido.
La falta de elasticidad muscular y la mayor tendencia a engordar, entre tanto,
son consecuencia del descenso del nivel de la hormona del crecimiento, mientras
que el aumento del riesgo de padecer diabetes, artritits reumatoidea y hasta
cierto tipo de tumores se debe a la modificación de la DHEA (Dehidroepiandrosterona),
una hormona generada por la corteza suprarrenal.
Paralelamente, el insomnio que suelen padecer los hombres mayores de 55, también
puede estar causado por una disminución de los niveles de melatonina, así como
la incidencia de diabetes no insulino dependiente, tipo II, es una enfermedad
frecuente con el avance de la edad.
Los síntomas desencadenados por la modificación hormonal pueden revertirse
mediante un tratamiento de reemplazo que devuelve la vitalidad y el deseo
perdido, al tiempo que previene el desarrollo de enfermedades.