Es sabido que la fiebre no es una enfermedad en si misma, sino solo una señal de alarma que refleja la reacción del sistema inmunológico ante una infección causada por un virus o una bacteria.
Este síntoma está presente en el 80% de las consultas pediátricas. Pero, alguna vez se preguntó: ¿cómo se produce la fiebre?
Mecanismo de la fiebre
La temperatura del organismo se mantiene estable gracias a un equilibrio entre el calor que produce y el que pierde. El calor se eleva por la combustión de proteínas, lípidos e hidratos de carbono y en este proceso también intervienen hormonas hipofisarias y tiroideas, así como la actividad muscular.
Los niños pueden mantener estable su temperatura siempre que la ambiente se encuentre entre los 5 y los 40°C.
El termómetro y la fiebre
La temperatura aumenta de 3 a 5 décimas si se toma en la boca y de 5 a 10 si se toma la rectal.
Se requieren 5 minutos para tomarla en axila y de 1 a 2 minutos para calcular la rectal, aunque tras un esfuerzo puede variar, por lo que es aconsejable medirla tras un reposo de media hora.
También puede variar si se toma por la tarde, cuando es dos o tres décimas más alta que a la mañana. El aumento de unas décimas sobre la standard de un lactante (37.4 aprox.) es totalmente normal.
¿Cómo bajar la fiebre?
La perdida de calor se produce por convección cuando el cuerpo está desnudo y por conducción dentro del agua. Por eso es aconsejable no arropar excesivamente a los chicos afiebrados y eventualmente bañarlos con agua tibia (en la ducha o con el regador) o aplicarles compresas, aunque no deben ser de agua fría, porque la vasoconstricción hace disminuir la pérdida de calor, por lo que mantiene la fiebre.
El pequeño con hipertermia está congestionado y rojo (porque al existir vasodilatación cutánea hay mayor circulación de sangre en la zona), está sudoroso y la frecuencia respiratoria es más rápida de lo habitual porque es la forma en que el cuerpo libera el calor.
El termostato biológico
El hipotálamo tiene la función de poner en marcha mecanismos para regular la temperatura corporal estimulando o inhibiendo la producción de calor.
La fiebre se produce cuando la temperatura se eleva por alguna causa distinta a la alteración del termostato hipotalámico.
Además de los procesos infecciosos hay otras situaciones que pueden provocar fiebre, por ejemplo: un golpe de calor, porque con temperatura ambiente excesiva no se puede producir el proceso de evaporación.
Otra causa puede ser hormonal: el hipertiroidismo aumenta la combustión. También un gran esfuerzo muscular o una intoxicación salicílica (con aspirina) pueden provocarla.
La importancia del control de la temperatura
Es muy importante controlar la evolución de la fiebre porque el registro de la curva térmica puede reflejar procesos infecciosos graves (si administrado el medicamento antitérmico – ibuprofeno, por lo general- no se logra una disminución de la temperatura de al menos 1 grado); lo ideal es tomar la temperatura cada 30 o 40 minutos.
También es fundamental consultar inmediatamente al pediatra si el niño tiene convulsiones.
Un consejo que suelen brindar todos los especialistas es ofrecer agua en pequeñas cantidades para que pueda tolerarla y así recuperar los líquidos que pierde por evaporación.
Edad |
Temperatura normal |
Variación posible |
3 meses |
37.4 |
0.4 |
6 meses |
37.5 |
0.3 |
1 año |
37.6 |
0.2 |
3 años |
37.2 |
0.2 |
5 años |
37 |
0.2 |
7 años |
36.8 |
0.2 |
9 años |
36.7 |
0.2 |
11 años |
36.7 |
0.2 |
13 años |
36.5 |
0.2 |
¿Cuándo se debe consultar al pediatra?
– Ante todo niño con fiebre, especialmente si esta es alta, o sea, si supera en más de 1°C la temperatura corporal habitual.
– Si un niño pequeño, con un estado febril, se muestra irritable, está somnoliento o se resiste a despertar.
– Si el niño no juega y llora, incluso cuando está en brazos de sus padres.
– Si presenta dificultad para respirar o tiene el llanto débil.
– Si un lactante o un niño pequeño ha tenido convulsiones en una fiebre anterior.
– Si una fiebre leve se prolonga más de una semana, sin observarse otros síntomas o encontrarse la causa.
– La consulta es urgente si la temperatura axilar supera los 40°C.
No solo se puede, sino que se debe seguir haciendo el baño normal de todos los días. Este debe ser corto y con agua tibia. Luego hay que secarlo cuidadosamente y vestirlo con ropa limpia y ligera.
Es frecuente que el niño vomite al comienzo de la fiebre, porque se sabe que tanto este síntoma, como la infección misma, perturban la digestión.
Por eso conviene ponerlo a una dieta corta (máximo 6 horas), de líquidos azucarados, pero si tiene apetito es conveniente darle una comida ligera y sana, aunque la infección y la fiebre persistan.
Cuándo sospechar que hay fiebre
• Si el cuerpito está caliente (especialmente el cuello y la cabeza), mientras las manos y pies están fríos.
• Si pierde súbitamente el apetito.
• Si vomita la última comida.
• Si pasa mala noche (un niño que usualmente duerme bien).
• Si un niño activo deja de moverse y jugar inexplicablemente esta somnoliento de día.
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