Más allá de la imagen personal, que se ve beneficiada con el uso de los lentes
de contacto, hay que valorar el aspecto más importante que tiene que ver con la
salud. “
Quienes se inclinan por esta opción no tienen distorsiones laterales, la
persona siempre mira por el centro de la lente se ocasione el movimiento en
cualquiera de los sentidos. El objeto se percibe con un tamaño similar al tamaño
objetivo y real que tiene”, sostiene el oftalmólogo español Lucas García
Velero.
Entre los beneficios estéticos podemos mencionar que las lentillas no se
empañan, no se rompen, no tienen una montura que dificulten la visión, no dan
una imagen personal insatisfactoria y gracias a ellas es posible cambiar el
color de los ojos ya que vienen en diferentes tonos. Si se es practicante de un
deporte, no habrá que preocuparse por lesiones en el producto o en el cuerpo.
La utilización de gafas también presenta ventajas como por ejemplo la facilidad
para colocarlas y limpiarlas, la protección que brindan a los ojos y la buena
amortización económica que tienen con respecto a las lentillas.
¿Quiénes pueden utilizar lentillas?
“Casi todas las personas pueden llevarlas, pero siempre hay que tomar una
decisión luego de una revisión con un especialista ya que especialmente los
niños y la gente mayor deben estar muy controlados si las utilizan.
Si un paciente está en la duda y no sabe qué método es mejor usar, lo más idóneo
es acudir a un profesional que pueda aclarar todas las dudas y aconsejar de un
modo responsable sobre la mejor de las alternativas, según las necesidades y
problemática de cada uno”,
destaca el profesional.
El mayor inconveniente de las lentes de contacto es la posibilidad de infección.
“La más habitual es la queratitis. La córnea se ve afectada ya sea por la
presencia de una bacteria o un virus.
Los síntomas pueden ser visión borrosa, dolor, lagrimeo, enrojecimiento,
sensibilidad exagerada a la luz o sensación de tener un cuerpo extraño dentro
del ojo”, relata el experto.
Cómo cuidar las lentillas
1.- Si se utilizan lentillas, no dormir con ellas ni utilizarlas de modo
prolongado.
2.- Limpiarlas adecuadamente y siempre reservarlas en un estuche. La higiene
previene la aparición de infecciones.
3.- En el caso de las gafas, si las gafas las utilizará un niño, es preciso
asegurarse que los marcos sean livianos, flexibles y no se rompan con facilidad.
Es indispensable que los cristales sean de excelente calidad para evitar
lesiones oculares, en caso de que el menor se caiga y evitar así que los vidrios
se hagan añicos y se incrusten accidentalmente en los ojos.
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