En diciembre de 2003 empezó a circular en el sudeste asiático una cepa del virus de la gripe aviar, especialmente temible: la H5N1. Millones de aves han sido sacrificadas desde entonces y un centenar de personas han resultado infectadas en una decena de países.
El contacto con el microorganismo ha sido letal para ambas especies. La tasa de mortalidad ronda el 100% en los casos de las aves y animales de corral, y oscila entre 50 y 70% en los humanos.
Los síntomas de la gripe aviar en las personas varían desde signos parecidos a la gripe típica (fiebre, tos, dolor de garganta, y dolores musculares) hasta infecciones oculares, neumonía, dificultad respiratoria aguda y otras complicaciones graves, que suponen una amenaza para la vida.
Al parecer las aves migratorias acuáticas, principalmente los patos, constituyen un reservorio de ese virus y pueden esas infecciones alcanzar rápidamente proporciones de pandemia mundial y recorrer los parajes más distantes de la tierra.
Sin inmunidad contra la gripe aviaria
Durante mucho tiempo no se consideró que este tipo de gripe o influenza que se producía en los pollos, en las aves de corral y en algunas aves silvestres tuvieran alguna repercusión en la salud pública y en los seres humanos. Sin embargo, investigaciones y lo sucedido en Hong Kong (donde se da por primera vez la transmisión de aves a humanos y ocurre un caso entre miembros de una misma familia que habían viajado a China) puso en alerta a la comunidad científica.
Actualmente, estamos ante un virus frente al cual el ser humano no tiene ninguna inmunidad y es totalmente sensible: no hubo contacto con ese virus por parte de los humanos. Eso lo hace candidato a producir una pandemia, si se inicia la transmisión interhumanos.
Hasta el momento, sólo es conocida la transmisión entre las aves y los seres humanos, pero no existe la demostración fehaciente de que entre humanos se haya trasmitido el virus H5N1.
¿Una pandemia inevitable?
No obstante, al existir esta potencialidad, el riesgo en grande. Los peligros se evalúan en función de que todas las pandemias que se produjeron, hasta el momento, son entre virus donde la población no tenía ningún contacto y eso es lo que produce gran número de casos, y, según la virulencia de la cepa, un número de muertes importantes.
Por eso es que se empieza a hablar mucho de la fiebre aviar, pero cualquier virus que tenga esas características, es decir que no haya tenido contacto con humanos y posea un gran poder de dispersión entre las personas es candidato también a producir una pandemia.
Ese virus, el H5N1, además, en combinación con algún virus humano, que le permita esa distribución o transmisibilidad, le va a permitir distribuirse rápidamente y puede tener un gran poder de mutación y reordenamiento.
Por el momento, se habla de 120 casos en el sudeste asiático, aunque esta cifra posiblemente sea inexacta, ya que existen países, como China, de los cuales no se tiene ninguna información estadística de casos.
Se puede hablar de la más reciente información de la Organización Mundial de la Salud, que alerta acerca de que se han confirmado casos humanos de gripe aviar en cuatro naciones: Camboya, Indonesia, Tailandia y Vietnam.
A principios de agosto del año pasado, se confirmó la presencia de gripe aviar, de subtipo H5N1, en aves de corral en zonas de Siberia (Rusia) y en áreas adyacentes a Kazajstán y Mongolia.
El mundo alerta
La gripe o influenza es una enfermedad de comienzo abrupto, que perjudica a todas las regiones del mundo y ataca, principalmente, en los meses de invierno. Debuta con un intenso dolor de cabeza y de los músculos (sobre todo los oculares) y fiebre alta. Se congestionan la nariz y los ojos y aparece tos seca.
Tiende a desaparecer sola y es muy contagiosa, a través de las secreciones respiratorias durante la primera semana.
No obstante, en estos días el mundo habla con frecuencia de otra gripe; de una nueva variedad: la gripe aviar o gripe del pollo, como también se la conoce, transmitida por la cepa del virus H5N1.
Lo más terrible de esta otra, es que ha comenzado a expandirse por el sudeste asiático y Europa y amenaza con convertirse en una pandemia (brote que ocurre cuando un nuevo virus emerge en la población humana, que causa enfermedad severa, y se propaga fácilmente de persona a persona mundialmente).
Los infectólogos temen que el virus de la gripe aviar mute y comience a transmitirse de persona a persona, pues entonces sí será un tipo muy grave, con alto índice de mortalidad, dado que ninguna persona tiene defensas contra ese virus y no se ha probado aún ninguna vacuna.
Todos tenemos algún grado de inmunidad ante una gripe común, pero este virus se presentará de forma distinta. La mayoría de los enfermos de gripe aviar en el mundo tienden a presentar fiebre muy alta, decaimiento, complicaciones pulmonares y, en algunos casos, se ha visto comprometido su sistema nervioso y digestivo.
Una vez que se sospecha del cuadro de gripe aviar, los expertos toman muestras de sangre para buscar la presencia del virus H5N1. En Indonesia y Europa, donde han aparecido las personas infectadas, un 50% de ellas murió, casi todas eran jóvenes y saludables. La virulencia de la patología guarda mucha relación, además, con el contagio directo a través de las aves.
¿Cómo sería la pandemia de gripe avial?
Aunque hasta ahora sigue siendo una patología animal, que no se transmite de humano a humano, el virus infecta a las personas y da comienzo al brote. Las aves infectadas dispersaron el virus H5N1 por la saliva, las secreciones nasales y las heces.
El brote actual en Asia y Europa es un ejemplo de cómo el virus ha saltado la barrera de especies y causa infecciones y muertes. Debido a que todos los virus de la influenza tienen la habilidad para cambiar, los científicos están preocupados ante la posibilidad de que el H5N1 en algún momento mute o se reordene y adquiera la habilidad de infectar a los humanos y diseminarse fácilmente de una persona a otra.
La severidad de la pandemia que ocurriría no puede ser anticipada, pero se sabe que los grupos de riesgo son fundamentalmente los mayores de 65 años y los inmunodeprimidos (transplantados). De ahí que se suponga que la mayor cantidad de decesos ocurriría en África y entre la población enferma de VIH–Sida.
Son escasos los antivirales que han demostrado su efectividad para combatirla y se dice que una vacuna contra la gripe aviar recién estaría lista para las primeras etapas de la pandemia.
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