La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria aguda, causada por una
reacción orgánica anormal, que tiene su origen en las infecciones por
estreptococo. Afecta a varios órganos y tejidos, siendo el corazón uno de ellos.
La fiebre reumática es una enfermedad de los jóvenes, generalmente afecta a la
población de entre 3 y 20 años.
La predisposición familiar, la influencia del hacinamiento, la poca higiene, la
dieta inadecuada y otros, son factores predisponentes.
Los principales órganos afectados por la fiebre reumática son: las grandes
articulaciones, el corazón, el sistema nervioso central, los pulmones, etc.
Se destacan por su importancia las lesiones cardiacas, ocasionando alteraciones
en las válvulas y todo el corazón en su conjunto.
Para diagnosticar la fiebre reumática se utilizan los tradicionales criterios de
Jones, los mayores son:
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Poliartritis -
Carditis -
Corea -
Nódulos Subcutáneos y -
Eritema
Las manifestaciones menores son:
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Historia de fiebre reumática previa -
infección por estreptococo precedente (faringitis, otitis) -
eritrosedimentación elevada -
dolores articulares -
alteraciones electrocardiográficas
La carditis puede dejar como secuela lesiones en la válvula mitral y/o aórtica,
que luego será necesario tratar quirúrgicamente.
Para el tratamiento de la fiebre reumática, las herramientas de la que
disponemos para frenar el curso de la enfermedad una vez instalada son escasos,
por lo tanto la prevención es el primer y más importante objetivo a cumplir.
La prevención se consigue mediante el tratamiento precoz y adecuado de las
infecciones de la garganta (anginas), para las cuales se utiliza en primera
elección la penicilina y sus derivados.