–
Evite la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 4
de la tarde, cuando se produce el 80 por ciento de la emisión diaria de rayos
UV.
–
Evite las superficies refractarias, como el agua, la arena,
la nieve, el hormigón
y el piso o zonas pintadas de blanco (las nubes no protegen, e incluso pueden
intensificar los rayos UVB).
–
La intensidad de los rayos
ultravioleta depende del ángulo de incidencia de los rayos solares, y no del calor
reinante. Por lo tanto, el peligro es mayor
cuando más cerca se está del comienzo del verano (en el hemisferio Norte, la
intensidad de los UV en abril, dos meses antes del comienzo del verano, es
igual a agosto, dos meses después del comienzo del verano).
–
Cuando más alto se está, más rápido uno se quema.
–
Evite las lámparas solares y las camas solares. Arrojan rayos UVA y
algunos expertos creen que entre 15 y 30 minutos de exposición es igual a todo
un día bajo el sol.
Ropa
protectora
Vestir
ropa que nos proteja del sol es extremadamente importante y hasta nos cubre
mejor que las pantallas solares. Actualmente, hay ropa especial que bloquea los
rayos UV y es clasificada -al igual que en el caso de las pantallas solares-
según su FPS, o por un sistema llamado el índice de FUP (Factor Ultravioleta
de Protección), siendo 50 FUP el mayor índice de protección. La desventaja es
que esta ropa es costosa.
Los siguientes son algunas recomendaciones a tener en cuenta:
–
Todos, incluso los chicos, deberían utilizar sombreros anchos, aunque no
sólo hay que confiar en estos accesorios.
–
Se deben usar telas aireadas, sin blanquear.
–
Lavar la ropa mejora continuamente el FUP, ya que al secarse se contrae
la tela. Una manera fácil de determinar la protección es simplemente sostener
la ropa sobre una ventana o una lámpara y ver cuánta luz pasa a través de la
misma. Cuanto menos, mejor.
–
Las personas de mayor edad deben usar anteojos de sol que bloqueen los
rayos UVA y UVB.
Bronceadores
artificiales
Un
estudio sugiere que la melanina
y la dihidroxiacetona (DHA), componentes activos en muchos de estas lociones
autobronceantes, pueden ayudar a filtrar la
radiación UVA y UVB y ser protectores contra
el daño solar.
Advertencias
a tener en cuenta
Cuando
se utilizan apropiadamente, las pantallas solares ayudan a reducir la severidad
del envejecimiento de la piel y a prevenir diversas enfermedades de la misma,
incluyendo cánceres.
Sin embargo, hay ciertas precauciones a tomar.
El
uso de las pantallas solares podría no llegar a proteger contra ciertos
cánceres, e incluso hay
quienes piensan que podrían aumentar
el riesgo.
Aunque los protectores ayudan a prevenir los carcinomas y otros desórdenes de
la piel, no parecen proporcionar protección contra el melanoma y algunos otros
tipos de cáncer.
De hecho, los resultados de algunos estudios sugieren una asociación más alta
entre el uso de pantallas y estos cánceres, aunque no todos demostraron
resultados negativos. Las razones de este incremento en el riesgo son confusas,
aunque algunas teorías incluyen:
–
Hasta hace poco tiempo, muchos protectores bloqueaban solamente, o
predominantemente, los rayos UVB y no los UVA, los rayos más penetrantes y
peligrosos (la mayoría de los protectores bloquean ambos rayos, pero el efecto
de esta doble acción sobre el riesgo de melanoma no está todavía claro).
–
La gente que se aplica pantallas puede sentirse segura y permanecer más
tiempo cuando la luz solar es más intensa. Pero hay que tener en cuenta que
pese a que la persona no se queme, los rayos UVA penetran en la piel y pueden dañarla.
–
Aquellos que no se aplican nada o poca pantalla solar. De hecho, la mayoría
se aplica un cuarto de lo necesario según los estándares recomendados.
–
Algunos productos, sobre todo aquellos que contienen PABA, podrían
aumentar los radicales libres, que a su vez incrementan en teoría el riesgo de
cáncer, aunque los efectos a largo plazo aún se desconocen.
El
uso de pantallas puede aumentar el riesgo de problemas de salud relacionados con
las deficiencias de luz solar.
Hay cierta preocupación por la poca exposición a la luz solar, debido al uso
de pantallas, que puede producir otros problemas de salud, tales como:
–
Deficiencia
de Vitamina D. La
vitamina D se encuentra en los alimentos,
pero sobre todo se sintetiza en el organismo a partir de una
reacción química que depende de los rayos ultravioletas B del sol.
La protección solar excesiva puede incrementar el riesgo en una persona
de desarrollar una falta de vitamina D. La vitamina D
es importante para la prevención del raquitismo, osteoporosis y algunos cánceres,
incluyendo el melanoma.
Aquellas
personas que necesiten evitar la luz solar y cuya dieta
sea pobre en alimentos que contienen vitamina D debería tomar suplementos
vitamínicos. Las personas de piel oscura tienen mayor riesgo de tener
deficiencias de la protección solar que las de piel blanca. Pero atención, el
exceso de vitamina D es tóxico.
–
Otros
Cánceres. Aunque la luz
solar está implicada en los cánceres de la piel, también se la asocia con un
riesgo más bajo de cáncer de pecho, próstata, ovarios y colon. Cierta
protección contra estos cánceres se podría relacionar con la producción de
vitamina D gracias a la luz del sol.
–
Depresión.
Mucha gente sufre de
Desorden Afectivo Estacional (SAD, por sus siglas en inglés), una forma de
depresión que ocurre principalmente en invierno y se asocia generalmente con
una menor exposición a la luz solar.
La
conclusión es que la luz solar es importante e incluso necesaria para una vida
saludable y de buena calidad. Algunos expertos recomiendan que los adultos se
beneficien del bronceado diario moderado (unos 20 a 30 minutos máximos de
exposición durante las horas de menor riesgo) por un número de días
suficiente para acumular lentamente el pigmento en la piel.
Y
si quieres aprender a resaltar tu belleza, inscríbete ahora en nuestro curso
gratis de Maquillaje, haciendo clic
aquí.