Luego
de que el cuerpo deja de menstruar, también cesa la producción de la hormona
femenina, el estrógeno. Esta hormona tiene la función de controlar la
maduración del cuerpo, la periodicidad de los ciclos menstruales y los cambios
del cuerpo durante los períodos de embarazo y lactancia.
Además,
el estrógeno también ayuda a que los límites de la vejiga y la uretra se
mantengan firmes y saludables. La falta de estrógeno causa que los músculos que
controlan la uretra se debiliten. Aunque, al detectar inconvenientes de este
tipo, se puede consultar con el médico para que nos recomiende algún
medicamento para reemplazar el estrógeno faltante y prevenir futuros problemas
de control de la vejiga.
Al
consultar con un profesional de la salud, es fundamental mencionar si usted o
alguien de su familia tienen antecedentes de haber padecido cáncer. Si su caso
es de alto riesgo en lo que hace al cáncer de útero o de mamas, quizás el
doctor opte por no prescribir estrógeno.
La
presión ejercida al toser, bostezar o la que hacemos al levantar peso puede
ceder paso a la orina si los músculos de la zona no están en la mejor forma.
Esta tipo de filtraciones es llamada incontinencia por stress, y es uno de los
tipos más comunes de falta de control de vejiga en las mujeres mayores.
Otros
factores que pueden estar implicados
A
veces, los problemas de control de la vejiga pueden ser causados por otro tipo
de problemas médicos. Entre ellos:
*
infecciones
*
daños nerviosos derivados de la diabetes
*
problemas coronarios
* ciertos
medicamentos
*
estados depresivos
*
dificultades para caminar o desplazarse
Un
tipo de problema muy común entre las mujeres, siempre relacionado con la falta
de control de los músculos de la vejiga, es la incontinencia urinaria urgente.
Esto sucede cuando los músculos de la zona se contraen aleatoriamente –o a
veces todo el tiempo– causando pérdidas de orina.
Soluciones
posibles
La
prescripción de estrógeno no es el único camino posible para revertir este
problema. En un caso como el de la incontinencia urinaria urgente, el médico
seguramente recomendará un reentrenamiento que vuelva a acostumbrar al cuerpo a
ir al baño regularmente, quizás con más frecuencia que antes. También
existen medicamentos que ayudan a combatir la incontinencia.
La
ejercitación de los músculos de la pelvis siempre es recomendable como terapia
para estos casos. Otras medidas quizás tengan que ver con la dieta, como evitar
el consumo de cafeína. Para casos más graves, existen terapias más extremas
como la estimulación eléctrica de los músculos de la zona, o incluso la
inserción de un aparato en la uretra que impide las filtraciones involuntarias
de orina.
También
existe una salida quirúrgica, aunque es una última instancia. En caso de ser la
operación su única opción, debe saber que en la intervención lo único que se
hace es levantar la vejiga y colocarla en su lugar original para solucionar el
problema.