A
medida que los años pasan, observamos y sentimos ciertos cambios en nuestra
piel, sin dudas el órgano más amplio y visible de nuestro cuerpo. En efecto,
la piel llega a estar más seca y caída, al tiempo que aparecen en ella algunas
manchas y arrugas. Por otra parte, luego de sufrir una lesión, tiende a curarse
más lentamente.
Algunos
de estos cambios de la piel son naturales, inevitables, e inofensivos. Otros,
sin embargo, son molestos y/o dolorosos, y podrían llegar a derivar en
problemas más serios, que requieren de una atención médica urgente.
Pero
muchos de estos problemas de la piel, pueden ser prevenidos. Tanto si se tratan
de un potencial peligro a la salud, o simplemente provocan un aspecto menos
atractivo, la mayoría se puede tratar con las terapias disponibles actualmente.
Lesiones de la piel
A
medida que envejecemos, es más común la presencia de “piel sobrante”,
manchas, y puntos con pigmentación. Estos últimos puntos, pueden ir desde las
inofensivas “verrugas”, “manchas del hígado”, o
“manchas de la edad”, hasta los peligrosos cánceres de piel, que
requieren de tratamiento clínico. La mayoría de estos cánceres están
causados por muchos años de exposición al sol.
Los
más comunes puntos escamosos de la piel, son los rojos o marrones, a los cuales
se los denomina hiperqueratosis actínica. Si no se los trata, estos puntos
pueden convertirse en focos de cáncer de piel, que eventualmente deberán ser
quitados mediante una intervención quirúrgica. Sin embargo, en sus inicios
pueden ser removidos congelando con nitrógeno líquido congelando, aplicando
cremas especiales, o por un tratamiento de renovación de la piel.
Carcinomas (Cáncer)
Los
carcinomas de células escamosas,
suelen desarrollarse en los bordes de las orejas, rostro, labios, o en la parte
posterior de la manos. Estos tipos de cáncer de piel pueden destruir el tejido
normal y, ocasionalmente, extenderse hacia otros órganos internos. Si no se los
trata, estos carcinomas de células escamosas podrían ser muy agresivos para
todo el organismo.
La forma más común
de cáncer de piel, es un carcinoma de células basales. Generalmente, aparece
como un granito pequeño, brillante, o como un área roja con una punta que
sangra, sea en la cara, en la nariz, en el cuello, o en el pecho. Es más común
que se produzca en gente mayor, calva, con pelo rubio o pelirrojo, y con ojos
azules o verdes.
Si
no se los trata, estos cánceres de piel pueden sangrar mucho, y formar una
costra encima. Sin embargo, crecen lentamente, y raramente se diseminan a otras
partes del cuerpo. Y si son tratados a tiempo, tanto los cánceres de células básales,
como los de células escamosas se pueden curar sin mayores problemas (según las
estadísticas, el 95 por ciento de estos casos tiene una cura exitosa).
Melanoma
El
melanoma maligno es un tipo menos común, pero más serio, de cáncer de piel.
Este tipo de cáncer aparece generalmente como una muy visible lunar o mancha
marrón oscura o negra con bordes muy irregulares y colores variables.
Los hombres de más 50 años, tienen el riesgo más alto de sufrir un melanoma,
aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier
persona, de cualquier edad.
Además, también es más probable que se produzca un melanoma en la gente que
tuvo quemaduras severas durante la niñez. Los sitios más frecuentes donde se
desarrolla el melanoma, son la parte superior de la espalda en los hombres y las
mujeres, el pecho y el abdomen de los hombres, y la parte inferior de las
piernas en las mujeres.
Cualquier
cambio en el tono de un lunar preexistente, o la repentina presencia de una
mancha o lunar con los tonos y bordes anteriormente señalados, puede ser signo
de un melanoma, por lo que debe ser examinado inmediatamente por un dermatólogo.
Si se los deja crecer, el melanoma podría extenderse a otros órganos, y ser
potencialmente fatal.