Para tratar estos problemas es necesaria, en la mayoría
de los casos, la presencia de un médico, ya que cada caso es diferente y podría
tener consecuencias fatales de no ser tratados a tiempo. Sin embargo, mientras
se espera al profesional, puede poner en práctica estos simples consejos y
recetas caseras.
La gripe
o las infecciones respiratorias agudas (IRAS) son a causa de una
transmisión viral. Estos virus, suelen tener un período de incubación que va de
los cinco a los siete días.
En el caso de que crea estar infectado por alguno de
estos virus, debe recurrir al médico con la mayor prontitud posible, puesto que
si en los grupos de mayor riesgo (niños y gente muy adulta) no se las trata a
tiempo, podrían ser incluso mortales.
Mientras espera al médico, debe tomar muchos líquidos tibios, que le ayudarán a
mantener una temperatura estable y cálida en el organismo; se recomienda
especialmente tomar una sopa con muchas proteínas y consumir cítricos con alto
contenido de vitaminas C, como por ejemplo el limón, la naranja y la bergamota,
los cuales ayudaran en su proceso de recuperación.
En
el caso que sea un niño pequeño quien contraiga la enfermedad, debe ser
alimentado adecuadamente para evitar la posibilidad de una desnutrición. También
debe aumentar los líquidos lo más posible, para frenar una potencial
deshidratación.
Una buena nutrición es fundamental para mantener altas las defensas
.
El maíz en todas sus variantes, los cítricos, y las verduras son especialmente
recomendables.
Si
experimenta fiebre o tos, necesita efectuar un tratamiento con medicinas
analgésicas (para el dolor), antipiréticas (para disminuir la fiebre) o
antitusígenos (para calmar la tos). En general nunca es aconsejable tomar
medicamentos sin consultar previamente al médico, sobre todo si usted tienen
algún otro problema de salud o se trata de un niño.
¡No se confíe! Hasta la aparentemente inocente aspirina puede tener serias
consecuencias en determinadas circunstancias, sobre todo en los niños.
Evite también ciertos remedios populares como los tés de determinadas hierbas, o
los fatídicos emplastos con alcohol. En épocas de frío, las guardias de los
hospitales se llenan de personas (sobre todo niños) intoxicados con estos
métodos.
Ningún tratamiento podrá tener algún resultado si la persona no se abriga
convenientemente. Es fundamental vestir ropa gruesa que proteja bien del frío,
sin olvidarse de las orejas y el cuello. En el caso de que la persona enferma
deba salir al exterior, debería utilizar en lo posible una bufanda que le cubra
la boca y nariz.
Es importante bajar lo más rápido posible la tos y la fiebre. Para la tos, se
aconsejan las infusiones caseras como el té, el consumo de miel de abejas, y los
baños de vapor con el vapor de la ducha.
Para el caso de fiebre, coloque paños
humedecidos con agua tibia sobre la frente y el pecho. Tome también un
antipirético y llame a su médico (evite la dipirona y la aspirina en los niños).
Un resfrío se puede extender desde horas hasta semanas, dependiendo del
sistema
inmunológico de cada persona. Como le hemos dicho, si no se experimenta fiebre,
o la misma es muy baja, podrá tratarlo usted mismo con los cuidados señalados.
Caso contrario, no deje de llamar a su médico.
