Existen casos en donde uno de los miembros de la pareja posee un gran
estado físico y su consecuente amplio y vigoroso apetito sexual, pero esto no
sucede con su pareja, que no goza del mismo estado de salud o bien han
desarrollado algún tipo de problema para mantener relaciones, como una infección
urinaria, que demandaría varios meses de tratamientos y una gama de antibióticos
que sin dudas le quitarán el apetito sexual.
De esta forma, la libido de ambos miembros cae
indefectiblemente, y en consecuencia, las relaciones muchas veces se limitan a
que el miembro que padece la afección intente simplemente “conformar” a la
pareja cumpliendo sus requerimientos, pero sin deseos reales de hacerlo.
Por eso, es necesario que para iniciar
cualquier actividad sexual se eche manos a técnicas de estimulación, teniendo
además una amplia gama de cuidados con la persona afectada, todo lo cual frustra
sin dudas la naturalidad de relación y en algunas oportunidades anula la pasión,
y todo esto sin dejar de notar lo señalado anteriormente, es decir el hecho de
que la pareja afectada mantiene la relación más por exigencia que por placer.
Sin embargo, no ha disminuido en absoluto el
cariño y amor, por lo que no existe bajo ningún punto de vista la idea, en
ambos, de dejar de hacer referencia al tema. ¿Qué se podría hacer entonces?
Comprendiendo a la pareja
En primer lugar, se debe tener en cuenta que
el amado miembro de la pareja afectada ha sufrido recientemente un largo, y en
muchos casos intolerablemente doloroso proceso de afección y/o recuperación, por
lo que su dolencia podría ser incluso exacerbada por la relación sexual, con lo
cual sería más importante tener en cuenta, antes que el propio placer, el
bienestar de la pareja.
En efecto, es perfectamente entendible que
alguien que ha atravesado una prueba tan dura sea un poco o muy reacio hacer
algo que quizás le vuelva a generar el dolor. De hecho, si sólo piensa que esta
persona ha dejado de lado, a causa del dolor, el buen sexo que mantenía, será
posible darse una idea de lo que experimentó o experimenta la pareja.
Tal vez, una buena forma de comenzar a revivir
la pasión, no será incitando a la pareja afectada a tener relaciones sexuales,
sino por el contrario cuidándola y mimándola, no haciendo nada que ella no
quiera, para que lentamente esta persona comience a sentir de nuevo el efecto y
la pasión, e incluso trate de esforzarse en tener sexo como una retribución a su
pareja.
Considérelo de esta manera: si él o ella
estaba muy entusiasmada/o con el sexo antes de su afección, probablemente
también lo estén echando de menos ahora, pero el dolor puede más. Por eso, es
importante demostrar que se respetan los deseos de la pareja, y que se
respetarán también sus tiempos sin forzarla a nada.
Mientras tanto, quizás se podría ir haciendo
una pequeña “investigación” sobre como podría re-encenderse en el futuro la
pasión sexual, tal vez mediante un masaje genital, las técnicas del punto G, u
otros métodos para despertar el deseo sin necesidad de mantener una relación
completa, para que cuando la pareja se recupere, se le puedan ofrecer los más
maravillosos orgasmos, que retrotraigan a ambos a los mejores años.
Una vida en común es un largo y poderoso
tiempo para estar muy implicado sexualmente con alguien, por lo que sólo es
necesario ser paciente, pues la pasión sí o sí llegará.
Recuerde, sea paciente. Muestre un poco de
compasión y dedíquese a cuidar lo mejor que pueda de su amado/a, siendo el mejor
amante. Déle todo el valor que el o ella necesitan en este duro momento, y ellos
le darán la bienvenida cuando vuelvan los buenos tiempos.
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