En los
estudios llevados a cabos en enfermos de Alzheimer, se pudieron observar
factores en común que es importante conocer para poder identificar este mal
desde un primer momento.
Estos
son:
1. Repetición. Los pacientes de los estudios tendían a
repetir sus historias bastante a menudo, pues no podían recordar lo que
acababan de decir hace diez minutos, o de preguntar muy recientemente.
2. Problemas para manejar.
Los pacientes de los estudios tendían a
perderse, incluso en los caminos más familiares. Según los expertos esta es una
de las claves, pues es muy clara y precisa: si alguien tiene problemas al
manejar en la misma ruta que ha seguido por años, por ejemplo, para ir
trabajar, es hora de encender una fuerte luz roja.
3. Problemas para recordar
los nombres de los parientes y amigos. Los pacientes muchas veces no recordaban
los nombres incluso de los familiares que vivían en su propia casa o de los
colegas de trabajo con los que habían compartido muchos momentos.
4. Problemas con la
aritmética simple. Los pacientes de los estudios tuvieron dificultades con varios
cálculos matemáticos, incluso simples, con el manejo de sus finanzas, con la
administración de sus chequeras, etc.
5. Problemas con el
razonamiento. Los
pacientes del estudio también habían demostrado en su mayoría llevar ropa
sucia, olvidarse de bañarse, peinarse, cerrar la puerta de calle o apagar la
cocina. De hecho, no eran capaces de completar una tarea sin que alguien los
dirigiera, lo cual afectaba sus hábitos de vestimenta, cocina, de compras, y de
salud.
6. Pérdida de la memoria a
corto plazo. Los
pacientes de los estudios eran en su mayoría -por lo menos 80%- incapaces de repetir
tres palabras un minuto o dos después de oírlas.
Los
síntomas menos comunes de pérdida de memoria, eran el olvido de acontecimientos
recientes y de las citas programadas.
Lo
cierto es que, muy a menudo, los pacientes llegan a los centros médicos sólo
cuándo el Alzheimer está en sus etapas más desarrolladas, es decir cuando los
familiares se dan cuenta que la memoria de su ser querido no es normal.
Si bien
la evaluación completa para detectar la enfermedad de Alzheimer puede llevar de
dos a tres horas, incluyendo una batería de pruebas de memoria y lenguaje, la
complejidad de la misma para los pacientes es muy baja, pues el estudio se basa
en unas sencillas preguntas, basadas en los puntos formulados anteriormente,
que se le realizan al paciente y su familia.
En ese
punto, es muy común que exista desde hace un tiempo un gran enojo hacia el
enfermo, por parte de sus amigos y familiares, pues esta es una respuesta
natural que tiene la gente al ver la errática conducta del enfermo, que a
menudo no se relaciona con la enfermedad de Alzheimer.
Pero esa
es, justamente, la peor de las reacciones que se podría tener con alguien que
sufre la enfermedad de Alzheimer, sobre todo porque al principio de la enfermedad,
la mayoría de los pacientes tienen alguna ideal del grado de su déficit, pero
se sienten muy confundidos al respecto. De hecho, no es raro que la gente
afectada trate de esconder sus primeros problemas de memoria, para evitar
reacciones negativas.
Todos
estos son síntomas muy comunes en los afectados, pero ellos deberían saber que,
antes que ocultar, lo más importante será dar cuenta del problema, pues el
progresivo avance de la enfermedad les impedirá, en el futuro, manejar
cuestiones más importantes que un nombre, como podrían ser por ejemplo la
conducción de sus finanzas, que serán muy importantes para el bienestar de su
familia. Pero ya en el momento en que tienen dificultades para acordarse la
ruta al manejar, generalmente tendrán la enfermedad muy avanzada.
Otro
gran indicio de la enfermedad que podrían tener en cuenta los familiares y
amigos, es el hecho de ver más retirado de lo habitual a su ser querido. En
estos casos, será común que tarden en responder, o que se entrometan en las
conversaciones grupales.
De la
misma forma, podrían parecer más apáticos, sin interés en hacer las cosas que
solían llevar a cabo para disfrutar. Existen personas que han dejado de jugar
al tenis porque no podían seguir la cuenta, o quienes tuvieron que dejar de jugar
al truco por no recordar el orden de las cartas.
Otro de
los problemas comunes que pueden ser signo del comienzo del Alzheimer, son los
problemas para incorporar nueva información, no tanto por el hecho de tardar
más tiempo en aprender algo, lo cual puede formar parte del envejecimiento
normal, sino por una excesiva incapacidad en donde el repaso de cinco o seis
vez la misma cosa no alcanza para que no puedan recordarlo, ni siquiera en un
corto plazo. Eso es muy común en las etapas tempranas. Por ejemplo, en una
rutina de ejercicios, no pueden recordar que tipos de actividades se les han
indicado hace poco tiempo.
De
cualquier forma, cuándo los familiares, colegas, y amigos del afectado ven en
el él estos signos, especialmente si se trata de alguien joven, a menudo no lo
consideran como la posibilidad de estar sufriendo el mal de Alzheimer, sino que
piensan que puede ser depresión o estrés. Sin embargo, si ha habido cualquier
signo de pérdida temprana de la memoria en sus padres, quienes sufran estos síntomas
necesitarían ver a un doctor.
Factores atenuantes
Los
expertos creen, igualmente, que aquellas personas que sufren este mal pero que
hayan tenido una gran educación formal y hayan llevado a cabo una carrera
intelectual, podrían ser capaces de tener más memoria que la mayoría de los
pacientes.
Sucede
que las investigaciones demostraron que cuanto más educada es una persona, más
lento es el progreso de la enfermedad, pues esta educación parecería actuar como una barrera contra la enfermedad
de Alzheimer, manteniendo las neuronas del cerebro activadas para contrarrestar
el proceso.
Por eso,
los especialistas recomiendan -a la gente con antecedentes genéticos o que ya
esté afectada, hacer crucigramas, tratar de manejar las cuentas bancarias -sin
calculadora, hacer juegos de letra, o juegos que impliquen cálculo y memoria,
pues cuanto más actividad tenga el cerebro, mejor responderá antes cualquier
afección.