Las tendencias actuales de la medicina están orientadas a satisfacer y resolver las exigencias y necesidades sociales de salud de la población, las cuales deben ser enfocadas de manera integral considerando sus aspectos biológicos, sociales y psicológicos en diferentes escenarios de acción, garantizando adecuados niveles de calidad, calidez y equidad en la atención de la salud individual, familiar y comunitaria que nos permita lograr un adecuado estado de salud y calidad de vida.
Para esto, el médico de hoy debe alcanzar competencias científicas, técnicas y humanísticas de alto nivel para ser capaz de intervenir eficaz y eficientemente con las mejores estrategias de promoción, prevención, control y rehabilitación de los diversos problemas sanitarios.
El nuevo reto de la medicina peruana
El nuevo reto de la Medicina Peruana es la prevención de las enfermedades para lo cual las decisiones sanitarias deben sustentarse en evidencia y enfoque de riesgos, y orientar sus acciones a través de una cultura de promoción y prevención de la salud, para de esta manera poder enfrentar eficiente y eficazmente la transición epidemiológica y los cambios de un medio ambiente inestable que viene atravesando nuestro país; actualmente nuestro perfil epidemiológico se caracteriza por un incremento de daños crónico-degenerativos propios de países des-arrollados como hipertensión, diabetes y neoplasias, manteniendo aun elevadas tasas de enfermedades transmisibles y un incremento galopante de las causas externas que son los accidentes de tránsito, la violencia urbana y violencia familiar.
Frente a este escenario epidemiológico es necesario abordar la medicina desde un punto de vista distinto, no sólo pensando en la recuperación sino fundamentalmente en una cultura de prevención y promoción de la salud, que nos conduzca a tener ambientes de vida saludables y adecuados esta-dos de salud poblacional.
El enfoque preventivo permite evitar que la población padezca de diversas patologías y además disminuye los costos de intervención sanitaria.
El legado que nos dejó el mártir Carrión, no sólo tiene que ver con el sacrificio, la capacidad de entrega y vocación de servicio que todo trabajador de salud y en especial el Médico debe tener hacia sus pacientes; sino también la iniciativa y cultura investigativa que todo Médico debe cultivar y practicar, para ser capaz de generar evidencia científica que le permita tomar decisiones más acertadas para la prevención y control de los problemas de salud.
El espíritu de Carrión nos debe recordar la necesidad de acercarnos cada vez más a nuestra población.
Tendencias actuales
Las tendencias actuales de la medicina están orientadas a satisfacer y resolver las exigencias y necesidades sociales de salud de la población, las cuales deben ser enfocadas de manera integral considerando sus aspectos biológicos, sociales y psicológicos en diferentes escenarios de acción, garantizando adecuados niveles de calidad, calidez y equidad en la atención de la salud individual, familiar y comunitaria que nos permita lograr un adecuado estado de salud y calidad de vida.
Para esto, el médico de hoy debe alcanzar competencias científicas, técnicas y humanísticas de alto nivel para ser capaz de intervenir eficaz y eficientemente con las mejores estrategias de promoción, prevención, control y rehabilitación de los diversos problemas de salud.
Reflexiones
Analicemos algunas de las palabras que respondió Carrión en diferentes momentos de su necesidad de investigar y demostrar que la Verruga Peruana y la Fiebre de la Oroya tenían la misma etiología:
“No es motivo la muerte para que pueda desistir, pues, hay algo que exponer de nuestra parte para que la medicina avance. Suceda lo que sucediere, no importa quiero inocularme”.
“Caminar rectamente a los objetivos propuestos sin tener dudas”.
“Estas oscuridades, estas incertidumbres desaparecerán el día que la práctica de la inoculación dé la luz”.
“Si muero, que importa el sacrificio de mi existencia, si con ello presto un servicio importante a la humanidad doliente”.
Estas palabras nos demuestran el enorme espíritu humanístico y científico que Daniel Alcides Carrión le dedicó a la humanidad, hizo lo que tenía que hacer y lo hizo bien y cuando las palabras faltan, lo mejor es el ejemplo.
Esto nos debe llevar a la reflexión que el Médico jamás debe desviarse de su real misión y vocación de servicio, la cual debe ser servir a nuestros pacientes con humildad, amor, honestidad, entrega y ciencia; sólo así mantendremos la inmortalidad de Carrión.
Por Dr. Carlos Soto Linares – Médico especialista en Epidemiología. Director de la Oficina de Epidemiología y Salud Ambiental del Hospital Nacional Hipólito Unanue de Lima Perú. Docente de la FMH de la USMP.
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