Según los especialistas, el promedio de edad en la que los hombres sufren un infarto de miocardio, ha disminuido de 60 a 40 años. En esta nota, la posible explicación para este fenómeno, y los diferentes tratamientos que existen en la actualidad.

Si bien aún no se cuentan
con estudios rigurosos que avalen esta presunción, la experiencia en la atención
de pacientes masculinos con problemas de infarto, hace creer a los médicos que
el promedio de edad en el sufrimiento de esta afección ya no serían los 60 años,
sino los 40.

 Según los especialistas,
más de una vez han llegado a atender a jóvenes de 28 o 29 años con este tipo de
problemas, algo que jamás habían hecho tiempo atrás, salvo en muy contadas
excepciones.

 Al mismo tiempo, han
disminuido en la atención de pacientes de mayores, en gran medida por que estas
mismas personas ya están controladas luego de ser asistidas en años anteriores.

 Una de las razones que
lleva a pensar a los especialistas que puede ser la causante de este fenómeno,
es el aumento de las crisis económicas, que tendría su punto más delicado en el
auge del desempleo lo que lleva a las personas a sufrir un alto grado de
problemas emocionales, que pueden hacer eclosión en esa zona del organismo.

 En la Argentina, -uno de
los países que más adscribió a las políticas del neoliberalismo ortodoxo-, un
estudio del año 1996 señalaba que el promedio de edad para sufrir un infarto
agudo de miocardio era de 59 años en los hombres y 70 en las mujeres, pero hoy
en día los médicos especialistas argentinos consultados, afirman que es
imposible que esas cifras mantengan relación con la realidad. Es en este mismo
país, según afirman datos de la Organización Panamericana de la Salud, las
enfermedades coronarias son la principal causa de muerte, con 96.000 casos
anuales.

 Además, otros estudios
realizados han demostrado que la pérdida de trabajo tiene relación directa con
muchos de los problemas coronarios sufridos por los más jóvenes.


 Frente al infarto de miocardio



 
La enfermedad coronaria
es un trastorno progresivo, causado por la obstrucción de las arterias
coronarias, generalmente a raíz de la acumulación de grasa en las paredes de
estas mismas arterias. Si la arteria se encuentra completamente obstruida, se
produce lo que se denomina “infarto de miocardio”.

 Si el problema no puede
ser controlado mediante medicamentos o el cambio en el estilo de vida, existen
dos vías de intervención quirúrgica para tratar la afección: el bypass o la
angioplastia.

 En el primero de los
casos, se realiza un puente o bypass sobre la parte obstruida de la arteria,
para que la sangre pueda seguir fluyendo sin problemas de un lado a otro,
anulando
el sitio obstruido.

 El segundo de los
tratamientos, consiste en introducir un catéter o sonda que se conduce hasta el
área de la obstrucción, sitio donde se infla una pequeña pelotita que libera la
vía de flujo de sangre.

 En los pacientes más
jóvenes se esta utilizando mayormente esta última opción, por el hecho de que se
ha visto que muchos pacientes con by pass deben regresar a operarse al
cabo de unos años.