Esta especie de homínido de quienes se hace referencia en multitud de
crónicas y
leyendas griegas, nórdicas, germánicas, hindúes, indoeuropeas, mayas, aztecas,
toltecas e incas, son mencionados igualmente en textos sagrados como la Biblia.
La figura del gigante se presenta en casi todas las culturas. Existen evidencias
contundentes descubiertas por arqueólogos de todo el mundo sobre la existencia de esta especie de gran
tamaño con la que nuestros ancestros
compartieron el planeta.
Sin embargo, desconocemos por qué se oculta
celosamente toda esta evidencia y se desmiente cuando se les cuestiona sobre
tales hallazgos, como si el reconocer su existencia trajera consigo terribles
consecuencias en nuestra actual sociedad, cambios que tal vez hicieran cimbrar las
bases de nuestra ciencia y religiones.
En la Biblia se hace referencia a un sinnúmero de eventos sumamente interesantes, donde se involucran la presencia de
los gigantes. En el libro de Números, los exploradores enviados por Moisés para
hacer un reconocimiento de la tierra de Canaan, llegan a Hebrón y descubren que
“los descendientes de Anak” viven en la región, informando a su líder, que la región
explorada que les fue asignada estaba ocupada por gigantes.
En el
Deuteronomio abundan crónicas referentes a esto, se hace mención de grandes
ciudades con enormes terraplenes y bastiones construidos por los Anakim. Las
escrituras sagradas también mencionan otros personajes de gran estatura
(superior a los 2 y 3 metros), como Goliat y Og, el rey de Bashan.
En el pasado, algunos núcleos de población humana fueron escogidos
para ser contactados por civilizaciones procedentes de diversos confines del
universo, es el caso de los antiguos escritos de las culturas Sumeria y Hebrea.
Algunas civilizaciones extraterrestres visitantes comenzaron a experimentar genéticamente con ciertos individuos seleccionados en base a las
características requeridas, y así se inician las primeras abducciones y cuyos resultados no
fueron satisfactorios.
Esta manipulación genética fue por la búsqueda de una hibridación entre ambas especies y
terminó en una degradación en los genes,
dando por resultado a los legendarios gigantes, quienes poseían un coeficiente
intelectual superior al humano, heredado de sus padres cósmicos y además fueron
los primeros receptores de un conocimiento y una tecnología muy avanzada, la
cual transmitieron a los núcleos de población que dieron origen a las grandes
culturas que florecieron en la Atlántida y que posteriormente quizás fueron las
culturas madres de la Egipcia, Maya, Tolteca, Azteca, Olmeca, Inca y Hebrea.