Los
prejuicios sociales
dicen que pasar cierta edad es sinónimo
de “estar desactualizado”. Al respecto, los expertos sostienen que es importante
que sea uno mismo quien tome la iniciativa, juntándose con pares que estén
transitando por la misma problemática del desempleo, para poder discutir juntos
los tipos de problemas que se presentan y cómo los afrontan, logrando así
identificar sus habilidades personales y fijar metas para su carrera.
La clave, sostienen, está en “continuar manteniendo sus
habilidades personales, pero al mismo tiempo flexibilizarlas para entrar en
contacto con el mundo actual”.
Lo importante es que sepa que la experiencia
adquirida solo le servirá si la "aggiorna" al mundo actual: nadie le comprará un
producto del año`80. Sin embargo, si se logra combinar experiencia con
“actualidad”, estará un paso adelante de todos los jóvenes, que están muy al
tanto de las últimas tendencias pero aún no poseen ese conocimiento que sólo la
práctica puede dar.
Tenemos que aceptar nuestro envejecimiento aprovechando
todos sus beneficios, como la experiencia, la sabiduría, y el conocimiento de
cómo manejarnos frente a situaciones adversas.
Muchos adultos creen que lo ideal sería lucir un aspecto
juvenil, tratando de “esconder” los años que se tienen. Esto es un error, ya que
un hombre o una mujer adultos pueden lucir perfectamente su edad, si saben
sobrellevarla. Lo importante es no descuidar nuestro aspecto y lucir elegantes,
sin necesidad de mostrarnos más jóvenes de lo que somos.
Para la entrevista laboral, se recomienda conocer qué tipo de
ropa se utiliza en esa organización, para estar vestidos a tono. Puede hacer
esto dirigiéndose unos días antes a la puerta del edificio, y observando qué
tipo de prendas visten las personas que allí trabajan.
¿Demasiado viejos para iniciar una carrera?
La frase “soy demasiado viejo para comenzar una carrera” es la
más utilizada por las personas que asisten a las instituciones de sostén a los
trabajadores de mediana edad.
Muchas de ellos no se imaginan comenzando una
actividad nueva o diferente de la que acostumbraban a hacer, al estilo: “he sido
arquitecto durante toda mi vida, eso es lo que sé hacer y para lo que me he
preparado”.
Estas personas se definen a sí mismas por su título habilitante y
no por lo que son capaces de hacer, que puede exceder largamente la carrera que
han realizado hasta el momento.
Y es que después de hacer un trabajo por más de
20 años, pierden de vista todas las cosas que realizaron en forma paralela a su
actividad principal, sea dentro del trabajo o en su tiempo libre.
Focalice las
habilidades adquiridas en su carrera, y no se centre en su título habilitante.
Al respecto, un experto cita el ejemplo de una persona que pudo lograr el cambio
de forma exitosa, “una señora que había ejercido el psicoanálisis durante muchos
tiempo, pero que poco a poco comenzó a perder pacientes.
Sin embargo, su
practica profesional le brindó mucha experiencia en el trato con personas, y
gracias a esta habilidad consiguió un muy buen trabajo como gerente de
vendedores en una empresa de bienes raíces”.
En los talleres de reinserción laboral, se les solicita a los
participantes anotar específicamente lo que hicieron en sus trabajos y tiempo
libre durante su vida, destacando sus logros y resultados.
Muchos participantes
se sorprenden al ver los ítems que se exhiben en sus propias listas de
habilidades, y cómo estos se pueden aplicar a nuevos trabajos.
Un error que frecuentemente se comete, es el de subestimar a la
persona que los está entrevistando, que muchas veces es más joven que el adulto
entrevistado, quien posee una amplia experiencia en diversos aspectos "seguro
que yo sé mucho más que este joven que me está entrevistando y supervisando".
Es
necesario tener cuidado con este comportamiento, que podría jugar muy en contra
en la entrevista y, por otra parte, es muy probable que el entrevistador
conozca mucho mejor que nosotros la política de la compañía, y todo lo
relacionado a lo que esperan de una persona en ese tipo de organización.
Esté
abierto y demuestre buena voluntad en aprender nuevas ideas y habilidades,
aceptando el hecho de que usted puede aprender de una persona joven.
Actitudes de los empleadores
"A mí me interesa contratar gente madura, pero no me envíen personas por arriba
de los 60." Esta frase, evidentemente discriminatoria, se escucha muy a menudo.
Muchos dueños de empresas no dicen esto directamente, pero dan instrucciones a
los jefes de personal para que sigan esta política.
Los consultores
especializados suelen advertir sobre esta conducta y recomiendan dar la
oportunidad de una entrevista laboral, en la que se permita a los aspirantes
demostrar sus habilidades y capacidades para el trabajo específico.
A los potenciales entrevistados, se les sugiere que omitan poner
en su currículum los trabajos realizados hace mucho tiempo, que para el mercado
actual pueden no ser trascendentes. Sin embargo, el secreto no está en ocultar
la edad, sino en mostrarse con energía, ganas de realizar el trabajo, y exhibir
una actitud responsable.
Todos los consultores hacen hincapié en la importancia de
resaltar sus propias habilidades, y en como éstas podrían servirle a la
compañía. Recuerde que no está en una charla entre amigos, y que poco le
interesa al entrevistado hablar sobre sus nietos o hijos.
Personas demasiado preparadas
Cuando un empleador afirma esto, es probable que el aspirante
haya fallado en su presentación. Muchos adultos muy experimentados pueden
“asustar” al empleador en sus presentaciones.
Esto se da por dos motivos: en
primer lugar creen que por su experiencia tomará el trabajo en forma temporal,
esperando que le salga uno más acorde a su preparación, y en segunda instancia,
pensarán que el sueldo que ofrecen no guarda relación con su experiencia.
Lo
ideal es que dé cuenta sólo de las habilidades que tendrán importancia para el
trabajo ofrecido.
La gente adulta achica costos
Muchos hombres mayores de 65 años, reciben una jubilación y una
seguridad social con lo que tienen algunas necesidades cubiertas, por lo que el
empleador puede pretender reducir el salario sabiendo que no necesita de un
sueldo íntegro para vivir.
Puede verse esto de dos maneras: en algunos casos de
trabajadores no calificados podría ayudar, ya que preferirían a los adultos
gracias a este beneficio. Pero si usted es un profesional de amplia experiencia,
que puede ser extremadamente útil para la organización, no debe aceptar quitas a
su salario.
Mito injustificado: La gente adulta no sirve, porque se retira
pronto de la actividad laboral.
Usted debe dar a entender que es una persona que disfruta con la
actividad, y que no sólo trabaja por una retribución sino también por el gusto
de hacerlo, y que no está pensando en dejar el trabajo a la edad de la
jubilación.
Muchos empleadores que se han atrevido a dar el paso de contratar
mayores de 50 o 60 años, se han sorprendido de la productividad de estas
personas. Es lógico: ellos no están pensando toda la semana en qué ropa se
pondrán para ir a bailar el sábado, ni si podrán conseguir entradas para ver a
su equipo de fútbol favorito.
Aunque muchos adultos han vuelto, gracias a la plenitud que
brinda un buen empleo, a realizar sus antiguos hobbies…