Nadie lo hace a propósito, pero cuántas son las que visten mal en ocasiones en las que no están permitidos errores de apariencia. Si quieres evitar cometer un error fatal, presta atención a las siguientes reglas

Muchos de los pasos en falso que se hacen evidentes sobre la alfombra roja son los mismos que pueden verse a diario en las calles. ¿De qué hablamos? De moda.  

Exceso de accesorios, pobres calces, elementos fuera de proporción, no es necesario ver una entrega de premios para traer a la luz este tipo de problemas. Lo único que precisas es un buen ojo y un entendimiento de qué es lo que funciona y qué no. 

Deshazte de esos estilistas, confecciona un buen inventario de ti misma, y estruja tu cerebro alrededor de estos cinco errores comunes que muchas de nosotras cometemos al vestir. 

·         Elementos fuera de proporción

Si eres pequeña, necesita estampados diminutos, collares, joyas, y cosas por el estilo. Si eres robusta, necesitarás grandes piezas. Si eres de tamaño normal, opta por elementos de tamaño medio. El concepto es simple y directo, y aún así nos cansamos de ver todo el tiempo mujeres usando prendas que exageran o disminuyen sus complexiones.    

Algunos ejemplos de esto: Los grandes bolsos colgando de muñecas y hombros minúsculos. Una hermosa cadena alrededor de tus caderas acentuando el tamaño de éstas. Es importante que evites caer en estos errores comunes. Para ello, saca un inventario de tu cuerpo y has que tus prendas y accesorios combinen con las proporciones del mismo, para conseguir un look balanceado y armonioso. 

·         Exceso de accesorios

Una de las grandes tendencias de estos días es llevar un montón de pulseras, collares y/o colgantes. Estos accesorios pueden lucir bien cuando se los combina con siluetas simples que les permitan brillar.  

Desafortunadamente, esta regla es pasada por alto a menudo; de hecho, casi todas hacemos caso omiso a la misma. Por eso, nos cansamos de apilar collares, pulseras, cinturones, pendientes, etcétera, creando un look poco homogéneo que conspira contra la imagen en lugar de enaltecerla y darle un toque sutil de brillantez o frescura. 

No cometas este error. Elige un punto focal y mantente apagada a éste. No luzcas como si alguien te hubiera cubierto de accesorios y tú olvidaras decir “basta”. O, como una vez dijo Coco Chanel, “El lujo no descansa en la riqueza o en la suntuosidad sino en la ausencia de vulgaridad”. Por lo tanto, procura pensar bien antes de trasponer la línea de la vulgaridad con tus accesorios. 

·         Mal calce

Si sueles comprar las prendas directamente de los estantes –y ni siquiera necesitas pasar por el probador-, considérate una mujer afortunada. La mayoría de nosotras no podemos hacerlo. Incluso, muchas compramos de modo que consigamos meter la parte más grande de nuestro cuerpo en la ropa mientras que el resto queda perdido o rebalsa del resto de la prenda. 

Puede ser un verdadero desafío, de a ratos, particularmente si usas algún talle extraño o, como muchas, utilizas distintos talles en la parte superior y en la inferior. A menudo, debemos recurrir al sastre. Si gastas demasiado en tu ropa, o si sueles aparecer frente a audiencias con regularidad, insiste con la sastrería.  

O, si eres de las que nunca consiguen encontrar ropa adecuada por más duro que lo intenten, considera confeccionar tu ropa a medida. No es tan costoso como crees y, realmente, estarás encantada con los resultados.   

·         Cabello o maquillaje inapropiados

Usar el mismo pelo y el mismo maquillaje todos los días para cada actividad es igual a usar los mismos zapatos para ir a la oficina y, luego, a las clases de tenis; simplemente no funcionará. Según lo que estés haciendo, estarás demasiado o muy poco vestida para la ocasión o vestida de forma inapropiada.  

Recoge tu cabello y usa maquillaje claro cuando vayas a ejercitar para mantenerte fresca y no taponar tus poros. Peina tu cabello y maquíllate en el trabajo para lucir arreglada y profesional; luce glamorosa por las noches combinando tu cabeza con el resto de tu cuerpo.  

Una vez más, esto parece simple y directo, si bien muchas mujeres que regularmente mueren al tener que decidir qué usar nunca se detienen a echar una segunda mirada a su cabello y a su maquillaje. No seas una de ellas.  

Piensa de la cabeza hasta los pies, y no desde el cuello hasta los pies, sobre todo porque cambiar tu pelo y tu maquillaje es una forma barata y sencilla de lucir un look completamente distinto.  

·         Exhibición de piel

Con esas espaldas descubiertas, esos tajos atrevidos, esos escotes generosos, y otras exhibiciones de carne llamativas, algunas mujeres obtienen demasiada atención. Desafortunadamente, esto no siempre es positivo.  

Cuando atraes la atención del resto a lo físico, en forma repetitiva y casi descarada, muchos podrían pensar que, en realidad, tienes poco más que ofrecer. ¿Crees que es injusto? Desde luego, pero ya encontrarás otros sitios en los que mostrar toda tu carne; y la escuela y el trabajo no son los lugares más apropiados para hacerlo.

Una prueba más de la experiencia: una mujer de esas propensas a mostrar piel, siempre dispuesta a llamar la atención, decidió optar una vez por “esconder” su figura en lugar de exacerbar sus rotundas curvas, y luego confesó que se sentía como si su CI hubiese escalado unos 100 puntos, al notar cuánto mejor fue tratada por el resto de las personas.  

No hay misterios a la hora de adivinar el por qué. Las personas te tratarán del mismo modo que tú te tratas. Si tú te encargas de ponerte un valor determinado, lo mismo harán los demás. En definitiva, tu vestido debería estar lo suficientemente ajustado como para mostrar que eres una mujer, pero también tan suelto como para dejar en claro que eres una dama.   

Es fácil cometer errores con la ropa que socaven tu autoridad y pongan fuera de alcance tus objetivos. Pero también es fácil remediar estos problemas. Si optas por prendas que calcen bien con tu cuerpo y tus proporciones, y si muestras moderación con los accesorios y las muestras de carne, pronto encontrarás con más aciertos que errores en tu vida (desde ya, desde el punto de vista de la moda), incluyendo todas las cosas que acompañan al buen vestir.

Prueba tú misma y verás la diferencia. 

¿Crees que esa barriguita bien cultivada hará que ninguna prenda te vuelva a sentar apropiadamente? ¿Te sientes rara cada vez que te miras al espejo y ves que el 80% de tu cuerpo son “piernas”?
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