Una de las cualidades más hermosas de la ropa es que puedes usarla para crear ilusiones. Ya sea que quieras parecer más alta, más baja, más joven o madura, más robusta, o lo que sea, puedes elegir distintos estilos de vestimenta y accesorios para alcanzar tu objetivo. 

Pero si no tienes cuidado, podrías encontrarte creando un efecto no deseado al pasar por alto la importancia de las escalas en la creación de una estética agradable. ¿Qué quiere decir esto? 

Digamos que caminas dentro de una habitación llena de niños. Todos allí tienen cinco años, a excepción de uno que tiene diez. ¿Hacia dónde serán arrastrados tus ojos? Hacia el niño más grande, porque él tiene un tamaño mayor al resto y parece fuera de lugar.  

También podemos decir ocurriría lo mismo en un espacio lleno de chicos de diez años con uno sólo de cinco. Nuestros ojos se irían al más pequeño, por supuesto. 

Es algo intrínseco a la naturaleza humana. Nuestra atención es arrastrada a aquella cosa que es diferente del resto de las cosas. Ahora, aplicaremos el mismo concepto a la ropa. 

• Supongamos que eres de talla pequeña y te mueres por un vestido con un gran estampado colorido. ¿Harías bien en comprarlo? Posiblemente no, porque un estampado tan grande le quitaría poder a tu figura, y te haría parecer incluso más pequeña de lo que eres. 
   
• ¿Y qué tal un pequeño estampado en un cuerpo grande? Esto tampoco es aconsejable. Un patrón pequeño hará que el telón de fondo –es decir, tu cuerpo- parezca aún más grande, algo que no sea, posiblemente, lo que estás buscando.  

Las reglas son simples: lo pequeño va con lo pequeño, lo grande con lo grande, y lo mediano puede ir con lo pequeño, lo mediano y lo grande, siempre que la escala sea apropiada.    

Ahora, si esto te parece justo o no, no tiene mucha importancia. El juicio justo no estaba presente cuando las reglas de ilusión óptica fueron delineadas, de modo que necesitarás delimitar en qué rango te encuentras –chico, mediano o grande- y a partir de allí comenzar a trabajar. Eso es todo lo que tienes. 

• ¿La fortuna te ha hecho acreedora de una cara pequeña? Entonces evita el pelo voluminoso, los grandes aretes, y las cosas abultadas (por ejemplo, collares y bufandas) alrededor de tu cara.
   
• ¿Tienes unas caderas anchas? Mantente alejada de los pequeños estampados, de los pequeños bolsillos y de cualquier cosa que ponga la atención de los observadores en esa área.
   
• ¿Tienes esos sobrantes de piel en los brazos productos de la flacidez? Lo mejor será que te olvides de las mangas cortas, los pequeños estampados, y cualquier detalle de la vestimenta que los ponga en primera plana.

Es bastante fácil, a decir verdad. Piensa en tus objetivos, piensa en los diferentes elementos que vas a usar, y asegúrate que engranen unos con otros.

¿Cuáles son las características de la ropa y los accesorios que pueden, fácilmente, estar fuera de escala con las proporciones de tu cuerpo?

Detalles de vestimenta

• Estampados
• Rayas
• Cortes
• Cuellos
• Botones
• Bolsillos
• Cierres

Accesorios

• Sombreros
• Pelo
• Anteojos
• Aretes
• Collares
• Brazaletes
• Anillos
• Uñas
• Bolsos
• Cinturones
• Botas
• Zapatos
• Tacones

En la década del 80, pelo, anteojos, aretes y cinturones eran, a menudo, de tamaños tan grandes que disminuían al usuario. En la actualidad, los bolsos y los tacones son los culpables más frecuentes. Por lo tanto, debes estar consciente del impacto de los diferentes estilos y no permitirte ser arrastrada por modas y tendencias que creen un conflicto con los objetivos que tienes en cuanto a tu imagen.

Una vez que aprendas qué es lo que funciona y qué es lo que no, no será necesario que pases largos ratos frente al espejo, preguntándote, “¿Qué es lo que está mal aquí?” porque tú sabrás darte cuenta de ello en el instante. Y eso es gran parte de la esencia del vestirse bien.

Por lo tanto, es indispensable que tengas en cuenta tus proporciones a la hora de elegir estampados, cortes y accesorios, para asegurarte que se amolden a tu cuerpo. Tú imagen te lo agradecerá.

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