Feria americana. Ropa por doquier, colores, texturas, originalidad, precios
accesibles; en suma todo invita a comprar y comprar. Pero, ¿de qué manera
podemos escapara a ese furor y lograr verdaderamente una compra óptima y sin
reproches?
Primeramente, debemos comenzar por inspeccionar cada prenda
en su totalidad.
Tener en cuenta la
calidad de la tela
es muy importante, chequear que esté en
condiciones, que no esté ajada ni corrida ni con apelmazamientos que no puedan
corregirse, sobre todo en zonas como cuello, puños o entrepiernas.
También debemos fijarnos en la composición de la tela, para saber si la piel
podrá respirar correctamente. Para esto podemos ver las etiquetas y ver los
materiales que la componen.
Otra característica a observar es reparar en que las costuras estén prolijas o
no ya que de esto dependerá la caída de la prenda y cómo quede en el cuerpo.
Un tema importante es notar si la prenda tiene algún tipo de defecto y de ser
así, cuál.
Si tiene manchas que difícilmente puedan removerse o roturas, la prenda no podrá
formar parte del guardarropas, por más económica que sea. Después de todo, por
algo alguien la dejó allí y ya no la usa.
Hay prendas que necesitan ciertas reparaciones que pueden hacerse sin
inconveniente, como ser zurcidos, ruedos o incorporar algún botón que falte o un
cierre nuevo.
Son arreglos menores y poco costosos que nos permiten contar con una prenda
vintage y poder usarla. No hay que dejar de lado la posibilidad de los
teñidos, un cambio de color o una renovación del existente ayudarán a que se vea
de mejor calidad.
“Lo mismo ocurre con el caso de pequeñas alteraciones para que nos quede bien de
talle. Que la prenda no nos quede cien por ciento bien no es motivo para dejarla
si podemos arreglarla para que parezca hecha a medida.
Obviamente me refiero a modificaciones sutiles, no debemos comprar prendas en
talles más chicos solamente porque estén de oferta o porque sean económicas”,
recomienda la licenciada Laura Malpeli de Jordann, asesora de imagen consultada
por En Plenitud.
Jordann además señala que hay prendas que podemos comprar y modificar
sustancialmente para dar un toque distinto a nuestro look y diferenciarnos de
las personas que siguen las tendencias de la moda a rajatablas.
“Por ejemplo, blusas, remeras y pantalones son una buena opción ya que se van a
usar en conjunto con otras prendas que no sean vintage. Lo mismo ocurre
con los accesorios, especialmente carteras, a las que podemos aggiornar
con dijes, pañuelos, trenzas o broches entre otras opciones.
Por Clarisa Ercolano
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