Tal vez, seas un maestro para combinar corbatas lisas con camisas de colores únicos. Sin embargo, las tendencias en los últimos años enfatizan las combinaciones y la mezcla de colores.
En consecuencia, cabe preguntarte: ¿qué tan bueno eres para combinar rayas y cuadros? Y ni siquiera intentemos hablar de texturas…
Por fortuna, aprender a combinar camisas y corbatas no es tan difícil como parece. Sólo mantente apegado a estas reglas y serás capaz de lograr excelentes combinaciones en pocos minutos.
Repite colores
En este caso, eliges primero tu camisa —en forma cuidadosa y notando los colores dominantes—. Cuando estés listo para elegir la corbata, opta por una que acentúa los mismos colores dominantes de tu camisa.
Por ejemplo, puedes combinar una camisa de vestir marrón con una corbata de seda rosa. No, no es una broma.
Echemos un vistazo más de cerca, y supongamos que la camisa, de color marrón oscuro, tiene unas finas líneas más claras. La corbata, por su parte, presenta un estampado rosado con diminutas pintitas marrones. Ahí está la gran combinación.
Combina cuadros
Combinar una camisa a cuadros con una corbata también a cuadros —aunque de diferente disposición— es una forma rápida y segura de conseguir un estilo innovador.
En este caso, la regla que debes seguir es siempre usar estampados cuadriculados más pequeños en el cuerpo y más grandes alrededor del cuello. Una vez más, asegúrate de prestar atención a los colores que eliges, y procura que la camisa y la corbata estén en la misma paleta.
Una combinación muy a la moda, estos días, es una camisa color calabaza con una corbata de seda a cuadros escoceses en azul. La camisa tiene un patrón cuadriculado fino mientras que la corbata presenta uno más grande y brillante.
Los cuadros se hacen más grandes desde la camisa hacia la corbata. Simplemente recuerda mantener el mismo esquema de colores en los pantalones.
Varía el “peso” de los patrones
Elegir dos patrones del mismo tamaño podría resultar muy aburrido y poco claro. Por lo tanto, para un look más pulcro y generoso con los ojos, haz que ambas prendas difieran en los tamaños de sus patrones.
Combinemos, por ejemplo, una camisa de finas líneas grises y blancas, y una corbata de seda con fondo gris y rayas blancas finitas y otras azules más gruesas y llamativas.
La combinación funciona al darle a la camisa apagada el impulso suficiente, a través de una corbata rayada brillante, que cumple la función de romper con la monotonía de la camisa.
Mezcla diseños pequeños con diseños grandes
Siguiendo esta regla, te sorprenderás al ver las combinaciones elegantes y fantásticas que puedes conseguir, incluso cuando la corbata y la camisa tengan estampados completamente diferentes.
Aquí va: si tu camisa tiene un patrón pequeño, necesitarás usar una corbata con uno grande y viceversa. Asimismo, no debes preocuparte demasiado por apegarte a una misma familia de colores si optas por una camisa en un color neutro —blanco, negro, o gris—.
En cualquier caso, combinar estas piezas cuando la camisa es de color hace más fácil acertar si no tienes un ojo especial para los colores.
Pongamos, por ejemplo, una camisa de vestir de color lila, con unas rayas muy delgadas —casi imperceptibles— en blanco.
La combinaremos con una corbata que alterna rayas y motivos (flores, por ejemplo) multicolores que resalten el delicado patrón de la camisa.
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