Es común que una prenda que nos sienta muy bien para salir un sábado a la noche, sea totalmente inadecuada para lucirla en el trabajo. En esta nota, le ofrecemos algunas sugerencias para que no desentone en su ámbito laboral.

Nuestra imagen dice cosas sobre nosotros
que no necesariamente son verdad. Es posible que algunas personas den la impresión
de ser elegantes, detallistas, y muy preocupados por su vestimenta cuando en
realidad, todo lo que hicieron fue tomar lo primero que tenían en su
guardarropa
; por otro lado, están aquellos que buscan desesperadamente verse
bien, pero que fallan en todos sus intentos.

Desafortunadamente, la mayoría de las
personas se encuentran en el grupo de la gente que no posee una
“habilidad natural” para elegir adecuadamente su vestuario para el trabajo.
Pero esto puede solucionarse, si, al igual que cuando aprendió a jugar tenis,
usar una computadora, o manejar un auto, se toma el tiempo necesario para
“estudiar” este aspecto.

Para comenzar, debería tener en cuenta
al resto de sus compañeros de trabajo. Ellos serán quienes le marquen “el
ritmo” del vestuario que allí se usa, es decir, cual es la "moda" propia de ese
grupo de gente.

Por ejemplo, es posible que lucir muy
formalmente no sea lo más adecuado. Si sus compañeros de trabajo suelen concurrir con ropa
sencilla y usted concurre en traje y corbata, podría destacarse, sí, pero…
para mal. 

Peor sería el caso contrario, es decir cuando se encuentra en un
ambiente muy serio y formal, y uno acude con una chaqueta de jean, que, aunque
esté de última moda, resaltará solo por su rareza.

Claro que eso no significa que usted deba
“seguir al rebaño”. Hay ciertos elementos que, aunque sean muy usados por los
demás, a usted pueden no sentarle bien. Si, por ejemplo, es muy habitual que en
su trabajo se utilicen suéteres con “cuello de tortuga”, pero usted tiene una cara
pequeña, de nada le servirá imitar al resto.

También debe tener bien en claro las
diferencias entre su trabajo y el de los demás. Puede que usted sea el único
empleado que deba salir al exterior, por lo que, aunque los demás utilicen
prendas informales, usted deba desentonar allí… para no hacerlo afuera.

Otro punto a tener en cuenta, es el
estilo de su propia profesión. Muchas veces, se comparte el trabajo con gente
perteneciente a diferentes departamentos dentro de la misma empresa, que lo único
que comparten es el lugar físico.

Así, será pertinente que los hombres
encargados del área de sistemas utilicen camisas lisas desabotonadas arriba, con pantalones
y cualquier otra prenda que sea “elegante sport” (o casual).

Pero
si la persona trabaja en la gerencia financiera, esta vestimenta solo generara
desconfianza y extrañeza en su clientela, puesto que quienes se dedican a este
rubro suelen vestir muy formalmente, incluyendo traje y corbata.

La cuestión es similar con las mujeres.
Un traje sexy podría ser lo ideal para una secretaria, ya que como permanece
todo el día sentada y detrás del escritorio, puede darse el lujo de vestir muy
bien sin correr ningún riesgo. 

Pero si el trabajo que usted desempeña requiere
un movimiento constante, usar una pollera corta o un escote algo pronunciado puede
convertirse en un riesgo, o generar confusiones con los demás (sobre todo con
los hombres).

Como ve, son varios los factores que
inciden en la elección del vestuario adecuado para el trabajo. Pero si se
tienen en cuenta estos puntos (compañeros de trabajo,  estilo personal, y actividad desempeñada), se podrá ir aprendiendo a
elegir la ropa ideal, algo que con el tiempo surgirá con mucha mas
naturalidad.


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