1. Saber lo que haces
y dónde quieres llegar
Parece obvio pero mucha gente va por la vida sin
saber muy bien lo que quiere.
Trabajar por tu cuenta
es duro y si no tienes
claro qué quieres hacer, por qué (lo más importante) y hasta dónde quieres
llegar, te resultará más duro todavía.
Lo Lo digo muchas veces, tienes que tener un gran
porqué que te impulse en los momentos difíciles. Para mi, el estilo de vida que
me permite el tener mi propio negocio es motivador suficiente para seguir
trabajando pase lo que pase.
Cada uno tiene sus propias razones y todas son
buenas; eso sí, si tu única razón es tener más dinero, ya te digo que no es
suficiente, si no a la primera de cambio abandonarás.
Los dos primeros años son los peores, asúmelo y
ten tu razón, tu motivo, siempre presente.
Además es importante tener claro, al menos hasta
cierto punto, hasta dónde quieres llegar. ¿Quieres un negocio grande con muchos
empleados y franquicias?
¿Algo más pequeñito, trabajar desde tu casa? Tú
decides pero hasta que no sepas exactamente qué es lo que quieres no podrás
enfocarte en lo que es importante y es fácil que te disperses y pierdas mucho
tiempo y energía.
Cuando tienes claros tus objetivos en cada
momento y también lo que más beneficios te da, te resulta más fácil centrarte y
obtener resultados. Es muy fácil perder el tiempo, así que asegúrate de repasar
tus objetivos frecuentemente.
2. Aprender de gente
que está donde tu quieres estar
Yo personalmente no estaría donde estoy si no
fuera por mis mentoras. Ya llevo cinco con las que he trabajado en persona y
muchas más a las que les he comprado algún curso.
Por supuesto, ha supuesto una inversión de
dinero pero me han ahorrado tiempo, errores, disgustos y he recuperado la
inversión con creces (y sí yo también he pensado y repensado si gastarme el
dinero o no porque empecé con mis ahorros)
Para mi esto es fundamental. Quizá otras
personas lo hayan conseguido solas, pero probablemente hayan tardado más.
Depende de ti, yo me cansé de no saber qué hacer
y de ver cómo pasaba el tiempo y que no tenía los resultados que quería. Así que
tengo claro que cada vez que quiera dar un salto en mi negocio tendré una
mentora (de hecho ahora tengo una).
3. Aprender sobre
marketing
No nos engañemos el marketing y las ventas nos
asustan y nos echan para atrás a los que somos ajenos al tema. Nos da miedo, nos
da vergüenza, lo asociamos con engañar o manipular y así no se puede.
El marketing no es otra cosa que saber presentar
lo que ofreces de forma atractiva y no tienes por qué mentir, engañar o
manipular. Ya es hora de que te quites eso de la cabeza porque si no sabes
vender no vas a tener un negocio.
Yo empecé igual que tu, sin sentirme capaz y
viéndolo como algo manipulador y ahora que ya sé bastante sobre el tema y cómo
aplicarlo a mi negocio, ¡me encanta!
Esa es la cuestión tendemos a demonizar lo que
desconocemos y nos perdemos muchas cosas, con lo fácil que es aprender y
perderle el miedo. Yo ahora disfruto mucho aprendiendo continuamente nuevas
estrategias de marketing (especialmente online), aplicándolas a mi negocio y
enseñando a mis clientes a aplicarlo a los suyos. Que el vecino de enfrente
engañe no quiere decir que tu tengas que hacer lo mismo. Tu puedes llevar tu
negocio como tu quieras y cuando más honesta e íntegra seas, mejor (al menos esa
es mi opinión).
Si tu negocio no va bien y quieres que sea un
negocio en vez de una afición, déjate de cursos de formación que solo engordan
tu curriculum y empieza a aprender a conseguir clientes, eso lo cambia todo.
La formación es imprescindible pero siempre
manteniendo una visión estratégica, que no sea al azar.
Que necesitas perfeccionar una técnica para
mejorar tu trabajo, la aprendes; que necesitas aprender a hablar en público para
pasar al siguiente nivel, aprendes; que necesitas aprender marketing, lo
aprendes.
Pero no te escudes en cursos para no pasar a la
acción, no te sirve de nada tener ochenta títulos de coaching, por
ejemplo, si no tienes ningún cliente. ¿Qué necesita ahora tu negocio?
4. Ser persistente
Esto es fundamental, aquí no se regala nada y
como les decía la semana pasada a las lectoras de mi boletín yo si me caigo diez
veces me levanto once.
Trabajo y me empeño ya esté cansada o
desmotivada (muy frecuente cuando empiezas) o,al contrario, más alegre y
relajada porque las cosas van bien (y aquí es fácil despistarte, aflojar y ver
la falta de resultados unos meses después).
Que no te engañen hay que trabajar mucho y por
eso es imprescindible tener una razón que te impulse en todo momento.
Pero tampoco te asustes, es muy enriquecedor y
si te organizas bien tendrás la libertad y flexibilidad que, al menos para mi,
hacen que todo valga la pena.
5. Trabajar tu
mentalidad
Tener tu propio negocio es una de las cosas más
enriquecedoras que hay a nivel de
desarrollo personal.
Eso sí a medida que vayas avanzando saldrán a la
luz inseguridades y creencias limitantes que tienes que trabajar para no
quedarte estancada en el nivel donde estás.
Creencias respecto al marketing y ventas, el
dinero, ayudar a los demás, estar a la altura, siempre saldrá algo,
independientemente del nivel en el que estés…
Estos son los cinco pilares que me han ayudado
con mi negocio y considero que son aplicables a todo tipo de emprendimiento,
aunque se puedan añadir más cosas. ¿Cuál es el más importante para ti?
Cuéntamelo en los comentarios y no olvides compartir este artículo si te ha
ayudado.
Por Dra. Aida Baida Gil
www.coachdelaprofesional.com
¡ Aprenda cómo ganar más dinero
haciendo que el dinero trabaje para usted !! (que es lo que hacen los
inversionistas)
Para ello, le invitamos a
inscribirse ahora en
nuestro curso en Internet para Inversores gratis Aprenda
a Invertir y Administrar su dinero
|