Para muchas personas pasar de un
trabajo de empleado a montar su propio negocio
se convierte más que en un sueño, en una pesadilla y un tremendo rompecabezas.
Solo al pensarlo les entra el miedo y la tensión sube, ¡wow! Es increíble lo que
puede hacer nuestra mente, cuando la entrenamos a diario para hacernos la vida
imposible!
Por otro lado, cada vez más gente, hoy en día, se está atreviendo a
crear un
negocio propio debido también a las circunstancias.
Es probable que años y años de trabajo por cuenta de otros, hayan contribuido a
crear una mentalidad que no sirve para emprender con éxito.
Existen tres tipológicas de cambios que tendrás que experimentar para
convertirte en emprendedora y llevar tu propio negocio.
Tendrás que pasar a ser:
-
De Formal a Autentica
-
De Excelente a Influyente
-
De Lograda a Imperfecta
¿Qué tiene que ver eso con llevar un negocio?
Pues, tiene mucho que ver…..
1. De Formal a Autentica
Cuando trabajas por cuenta ajena, (especialmente para grandes corporaciones) ser
un poco “estirada” o “lejana” puede resultar una estrategia para aparentar más
seguridad y profesionalidad pero cuando te conviertes en una emprendedora, te
puedes dar el permiso de Ser tú misma!
Cuando te conviertes en una emprendedora, lo más importante es conectar con la
gente y para muchas neo- emprendedoras esto es un reto.
Quizás porque durante años, se habían escondido tras formalidades que son
típicas de una gran empresa, en la cual trabajaban sin mostrarse de verdad como
eran.
Así que una vez que esto se acaba, la búsqueda de un estilo propio se convierte
en algo imprescindible, para que los clientes puedan captar un poco de su
humanidad y tener ganas e incluso ilusión de acercarse a ella.
2. De Excelente a Influyente
Hoy en día puedes empezar un negocio con un portátil y una conexión wifi
gratuita en tu cafetería preferida.
Sin embargo, si vienes de una gran empresa, una corporación, tu mente puede
hacerte creer que tu credibilidad viene de un despacho en el centro de la
ciudad, un coche lujoso, un traje a medida, o un asistente que atienda a tus
clientes acompañándoles a tu despacho, por no hablar de toda la serie de objetos
materiales o inmateriales que tú has asociado a lo que tiene que ser un negocio
guay!
Yo te sugiero que, de excelente o exquisita, pases a convertir la palabra
“influyente” en tu mantra diario.
Piensa que, a medida que vayas creciendo, podrás crear un “equipo virtual”, es
decir, un puñado de colaboradores que en distintas parte del globo, (no
necesariamente localizables en el mismo lugar donde estás tú) colaborarán en tu
negocio.
Una forma de encontrar colaboradores virtuales es mirar en sitios Web donde
aparecen otros emprendedores como tú que ofrecen sus servicios.
De paso de ahorrarás costes de estructura (costes fijos), trabajarás desde casa
(y nadie lo sabrá), y cuando tengas que organizar una reunión con un cliente
importante, alquilarás un despacho por horas en un Business centre donde tu
quieras.
Este ahorro consciente de tus recursos te permitirá crecer más rápida y sin
inútiles estrés de tener que pagar facturas astronómicas cada mes.
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