He escuchado repetidamente la frase “nadie vende por Internet”. A esta altura
del partido, me resulta realmente increíble entender este tipo de afirmaciones,
aunque éstas sin embargo tienen una base muy sólida: muy pocos han ganado dinero
en forma sustentable con Internet.
El secreto estriba en esta última aseveración. Seguramente sean muy pocos, por
la inversión y los conocimientos necesarios, los que ganen dinero CON Internet.
El secreto radica en ganar dinero USANDO Internet como medio.
Veamos los hechos:
Internet nació como un medio para compartir información. Este objetivo sigue
siendo su esencia hasta el día de hoy, pero siempre ha servido como excusa para
tener acceso al entretenimiento y para conocer gente a través de los chats, de
los mensajeros, etc.
La red informática mundial llega a nuestros días convertida en un medio de
comunicación que a su vez es soporte de varias tecnologías comunicacionales,
como el VOIP o la transmisión de radios on line.
Según estudios del Global Reach, actualmente el 9% de los usuarios de Internet
en el mundo son hispanohablantes, mientras que el porcentaje de navegantes en
América Latina es del 6.5%.
Hasta aquí, la información es curiosa, pero para nada impresionante. Ahora
pensemos estas afirmaciones en números reales:
· A nivel mundial el total de cibernautas es de 801.4 millones, por lo tanto,
los hispanohablantes conectados suman 72 millones. Esta cantidad de usuarios
equivale a la suma de las poblaciones completas de España y Argentina.
· Siguiendo este razonamiento, vemos que los latinoamericanos conectados son
51,7 millones, que equivale a la totalidad de pobladores de Argentina, Uruguay,
Bolivia y Paraguay.
· En un plano mucho más cercano, notamos que los “conectados” en Argentina son
sólo el 0,5% de los usuarios de Internet a nivel mundial. Pero este
insignificante 0,5% representa a un total de 4.1 millones de personas, que
iguala a TODOS los habitantes de las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis,
Neuquén, La Rioja, La Pampa, Santiago del Estero y Catamarca.
Cuando hablamos de “conectados” en realidad nos referimos sólo a los titulares
de las cuentas de conexión, pero sabemos que por cuenta de conexión no se
conecta una sola persona.
Además, es menester aclarar que cuando comparamos la cantidad de cibernautas con
poblaciones totales, estas últimas incluyen a bebés, niños en edad preescolar, a
analfabetos y a personas muy mayores, pero todos éstos prácticamente están
excluidos de entre los usuarios de esta nueva tecnología llamada Internet.
La naturaleza democrática de Internet permite que cualquiera, con un poco de
pericia, coloque lo que desee sobre la red. Cualquiera puede decir lo que
quiera, compartir información o vender lo que se le antoje. Esto es real: “no
hay límites, apenas conciencias”.
Ahora bien, tomemos los cuatro elementos que
analizamos:
Internet es el medio de comunicación de mayor crecimiento a nivel mundial.
Los conectados suman un mercado hispanohablante potencial de unos 72 millones.
Se trata de una población con poder adquisitivo, nivel cultural medio y
conocimientos sobre la tecnología.
Puedo usar estas tecnologías para comunicar lo que quiera.
Obviamente, la fórmula de este cóctel puede ser realmente explosiva.
Entonces ¿Por qué son tan pocos los que pueden vender sus productos por Internet
y ganar dinero haciendo esto?
La respuesta es más simple de lo que parece. Si todas estas premisas que
colocamos son ciertas para mí, entonces son ciertas para toda la población de
Internet.
Esto significa que por cada negocio que intente promover en Internet, encontraré
literalmente miles e incluso millones de competidores, algunos de ellos con una
mejor propuesta que yo, con mejores recursos, con una imagen más fuerte y con
mayor solvencia. Otros, por suerte, con una oferta inferior a la mía.
El secreto entonces está en estudiar seriamente la manera en que me insertaré en
este nuevo mercado, las inversiones que realizaré, con quiénes competiré, etc.
Es aquí donde fallan el 99% de los proyectos de Internet.
Aún existen muchos empresarios, diría que demasiados para mi gusto, que
conservan la inocente ilusión de que con el nombre de su Empresa y un sitio web
hermoso pero ineficiente podrán conseguir catapultarse al mercado internacional,
para generar así miles de dólares de utilidades.
Hoy en día Internet como mercado no es para inocentes, ni para ineficientes.
Escúcheme bien: bajo ningún concepto Usted tendrá éxito en Internet sin seguir
un claro cronograma de trabajo y hacer las inversiones necesarias.
Cuando Usted intenta insertarse en el “mercado real”, ya sea en su localidad,
provincia, región, país o continente, necesita realizar varias tareas, como por
ejemplo, estudiar las necesidades de sus potenciales consumidores, crear un
producto que las satisfaga, promocionar su producto de acuerdo a las reglas del
mercado, establecer sistemas para ganar el mercado a sus competidores (a los que
debe conocer) y por supuesto deberá hacer las inversiones necesarias, y éstas
crecerán exponencialmente de acuerdo a los requisitos del mercado al que Usted
quiera conquistar.
Todo esto es igual de válido para Internet. La única diferencia es que las
inversiones son menores, pero los mercados son notablemente más competitivos.
A menos que Usted esté dispuesto a hacer las inversiones necesarias y a
contratar al personal adecuado para conducir su campaña de penetración en el
mercado, le auguro un pobre desempeño. No olvide que Usted tendrá cientos o
miles de competidores disputándole el dominio del mercado.
Otro error común es creer “yo conozco a mis competidores, son diez”. Mire, le
tengo noticias. En Internet no sólo cambia su mercado potencial,
fundamentalmente cambian sus competidores. Es MUY posible que sus
“contrincantes” del mundo real sean totalmente distintos a los de su mercado en
Internet.
Hagamos la prueba. Elija una palabra o frase por la que Usted cree que sus
clientes potenciales podrían encontrar su sitio web. Supongamos que esta frase
es “agencia de viajes”. Vayamos entonces a uno de los Search Engines (buscadores
en la jerga popular), por ejemplo Google.com.
Escribamos entonces “agencia de viajes” y luego demos la orden de “buscar”.
Esperemos menos de dos segundos y veamos en la parte superior derecha la
cantidad de páginas que dice tener listadas.
¿Qué pasó? Son muchos, ¿no? Usted deberá competir con todos y cada uno de ellos.
Como ve, ya no sólo compite con las empresas que Usted ya conocía, sino que
también lo hace con muchas de varias partes del mundo.
Ahora, ¿qué hace diferente a la que ocupa la posición número uno de la que ocupa
la número 759.000? Se sorprendería por las diferencias.
Pero lo más importante es que si Usted no hace las cosas bien, la suya se
ubicará en la posición 759.001.
¿Cree Usted que alguien compraría sus productos si Usted se mantuviera en esa
posición? ¡Acertó! Nadie lo haría.
Se lo digo otra vez: “un mal asesor hará un mal trabajo”. No es cuestión de
diseño, es cuestión de negocios. Cuando Usted planea la apertura de un nuevo
salón de ventas en el mundo real, jamás piensa en el color con el que lo
pintará, sino que se concentra en el negocio.
Después llama a un diseñador y le pide que haga lo mejor posible, pero SIN
entorpecer la actividad de su negocio. Su sitio web debe ser igual. No debe
dejarse de la funcionalidad por el diseño.
Si le hubiera estado hablando de un negocio en el mercado real, ¿todo esto le
hubiera sonado a nuevo? No lo creo. En verdad, nunca debería haber sido
distinto.
En definitiva, no sea ingenuo. Si confía su negocio de Internet a principiantes,
le aseguro que ni siquiera la fuerza de su marca podrá ayudarle en ese mercado,
incluso es probable que ésta se diluya, se pierda o se dañe durante años.
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