Doctor   Fidelización de clientes: el ABC
Según un estudio independiente de la firma Marketing Metrics, el éxito de las empresas depende, de un 20 a un 40%, de las ventas realizadas a sus clientes fijos, en contraste con el 5-20% de ventas debidas a clientes nuevos. Sin embargo, la mayoría olvida la fidelización de sus clienes y hace lo contrario...
 

 

 

 

Van en busca del cliente nuevo, invierten en promociones para atraerlos y se olvidan de la fructífera relación que deberían estar cosechando con los actuales.

Eso sí… Los que se van, se van. Y lo peor de todo es que no te dicen nada y luego les cuentan a sus allegados y a tu competencia la experiencia. ¡Horror!

Claro está, tenemos que distinguir el cliente que se va de forma natural del cliente que se va porque no hicimos bien nuestro trabajo. A continuación expongo la diferencia y luego mis sugerencias para sembrar la semilla y asegurarnos de que la cuidaremos para la cosecha. Bon appetite!

 Existen varias razones. Una de ellas es la muerte del cliente. Natural, sí… no llamar a la familia para dar el pésame, no. Otra razón es el cambio de residencia. Si tu negocio es local, no puedes evitarlo. Si es en Internet y se van sin decir nada… averigua el porqué.

Cambios de gustos y preferencias. ¿Por qué no? Hoy me gusta Burger King, mañana quiero Taco Bell. También pueden haber sido influidos por precios más bajos, por allegados, o encontrarse desempleados… pueden marcharse por un sinnúmero de razones fuera de nuestro control. Pero…

¿Y los que se van porque no hicimos nuestro trabajo?

Admito que fui del grupo de los empresarios que no lo hicieron bien con sus clientes. Cuando incursioné en el campo de las ventas (muchos inviernos atrás), la adrenalina estaba en vender y nada más. ¡Y buena que era!

Sin auto y en invierno, con nieve afuera, me lanzaba con dos bolsos grandes repletos de productos de belleza. Iba de tienda en tienda, a cada persona que se me acercaba le hablaba del producto, todos eran clientes potenciales.

Mi directora, emocionada, me decía: «¡A tres pies que se acerquen, los atacas!». Y por qué no seguirla. Ella y su equipo vendían un promedio de $750,000 anuales en productos. Seguro que lo estaba haciendo bien. Pero entre mis logros noté algo impresionante.

Había una vendedora que con menos trabajo siempre vendía centenares de productos y alcanzaba mis logros. ¿Cuál era su secreto? ¡Le vendía a sus clientes fijos! Con razón el índice de fidelidad de mis clientes era un fracaso. No estaba afianzando relaciones con los compradores ya existentes.

¿Te ha pasado igual? Es normal. No somos perfectos. Pero las siguientes razones y estrategias te ayudarán…

Se van… Se van… Se van…

Lo primero que hay que determinar es el porqué. Claro, la mayoría se irá y no te dirá la razón, pero tu trabajo es saber el motivo para traerlos de nuevo o aprender de la experiencia. La mejor forma de descubrirlo es preguntando.

Estudia los archivos/recibos de clientes pasados y busca comportamientos no naturales. Por ejemplo: tienes un cliente que compra mensualmente y de repente deja de hacerlo. Si han pasado de 30 a 60 días, una llamada le indica que te preocupas. Además, una postal de «Nos haces falta…» no vendría mal.

Llama, saluda, y pregunta la razón. Si se sintió maltratado, discúlpate, arregla el problema y devuelve la llamada en cuanto esté solucionado. Algunos regresarán y otros no. Aunque pase esto último has hecho tu trabajo y eso origina buenas vibraciones y tal vez una recomendación a otro cliente.

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