La aventura de ir al baño
Esto está dedicado a las mujeres de todas partes
que han tenido que usar un baño público.
Y finalmente les explica a los hombres, por qué
nosotras tardamos tanto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Mi mamá era una asidua frecuentadora de los baños
públicos.
De chiquita me llevaba al baño, me enseñaba a
limpiar la tabla con papel higiénico y luego ponía
cuidadosamente tiras de papel en el perímetro de la
tabla.
Finalmente me instruía: "Nunca, nunca te sientes en
un baño público"
Y luego me mostraba "La posición" que consiste en
balancearte en posición de sentarse sin que tu
cuerpo haga contacto con la tabla.
Eso fue hace mucho tiempo. Pero aún hoy en nuestros
años más maduros, "la posición" es dolorosamente
difícil de mantener cuando tu vejiga está que
revienta.
Cuando "tienes que ir" a un baño público, te
encuentras con una cola de mujeres que te hace
pensar que los calzones de Brad Pitt están a la
venta y a mitad de precio.
Así que esperas pacientemente y sonríes amablemente
a las demás que también están discretamente cruzando
las piernas, y encima cuando están en grupo,
hablando lo que pueden hablar solo las mujeres en la
cola para orinar.
Finalmente te toca tu turno. Verificas cada cubículo
por debajo para ver si no hay piernas.
Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te
lanzas casi empujando a la persona que va saliendo.
Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona;
no importa... la sostendré con la mano.
Cuando quieres colgar tu bolso de algún gancho que
tendría que haber en la puerta, no hay gancho, así
que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se
balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la
correa que te colgaste al cuello, porque el bolso
está lleno de cosas que le fuiste tirando adentro -
la mayoría de las cuales no usas, pero que las
tienes por si acaso-...
Continua en:
https://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloid=9783
Enviado por Patita. Muchas gracias!
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Antes de ser mamá
Yo comía mi comida caliente. Mi ropa lucía
planchada y limpia todo el día.
Podía sostener
largas y tranquilas conversaciones telefónicas.
Antes de ser mamá...
Me dormía tarde, tan tarde como quería y jamás me
preocupaban las desveladas.
Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y
hermosas.
Mi casa estaba limpia y en orden, no tenía que
brincar juguetes olvidados por todos lados.
Antes de ser mamá...
No me apuraba si alguna de mis plantas era venenosa,
ni pensaba en lo peligroso de las escaleras o las
esquinas de mis muebles.
No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el
doctor, ni consideraba siquiera la palabra VACUNA.
Antes de ser mamá...
No tenía que limpiar comida del piso, ni lavar las
huellas de pequeños deditos marcadas en los
vidrios.
Tenía control absoluto de mi mente, mis
pensamientos, mi cuerpo y mi aspecto físico.
Dormía toda la noche y los fines de semana eran
totalmente relajados.
Antes de ser mamá...
No me entristecían los gritos de los niños en la
consulta médica, no tuve jamás que detener, con
lágrimas en mis ojos, una piernita que sería
inyectada.
Antes de ser mamá...
Continua en:
https://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloid=9784
Enviado por Perla. Muchas gracias!
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