Ya desde muy chico,
Charles Schulz, se perfilaba como un gran dibujante. Según cuenta la historia,
un profesor de su escuela, al observar un dibujo que el pequeño Schultz hacía en
la nieve, quedó totalmente asombrado, y lo instó a que ponga todo su empeño en
desarrollar sus innatas condiciones de artista.
Sin embargo, tal vez, éste
profesor tampoco habría llegado al extremo de pensar que ese niño crearía, con
el correr del tiempo, la historieta más popular de la historia del mundo entero.
Schultz no concurrió a
ninguna sofisticada y costosa escuela de dibujo, sino que tomó sus lecciones con
un curso de correspondencia.
Sus primeros trabajos relacionados con las
historietas, fueron como instructor en esa misma escuela, así como para escribir
los subtítulos de Tímeles Topics, una sección de los comics Católicos. En esas
historietas, ya solía dibujar sus mundos conformados sólo por chicos.
Otros instructores del
curso de correspondencia, vieron esas historietas y lo animaron a que dibujara
más tiras con niños como protagonistas. Entre 1948 y 1950, vendió 15 historietas
al diario Saturday Evening Post, las cuales fueron sus primeras ventas a un
mercado importante. Luego, en 1950, vendió la famosa “Peanuts” al United Feature
Syndicate.
Casi todos los
personajes, llevaban nombres que fueron tomados de sus compañeros de la escuela
de dibujo en la que enseñaba Schultz. Charlie Brown, por ejemplo, era un muy
buen amigo de ese instituto.
Para crear sus
inolvidables personajes, Schultz dijo alguna vez que a menudo se había inspirado
en las cosas que a él mismo le habían sucedido.
Por ejemplo, jugar al béisbol y
al hockey, era uno de sus pasatiempos favoritos, aunque Cherlie, cuando jugó en
el equipo de béisbol de su secundario, que salió campeón, jamás pudo ni siquiera
meter un tanto. No era tampoco muy bueno en el bowling y el bridge, y solía
sufrir bastante esas derrotas, aunque mucho más el hecho de no poder calificar
para un torneo del golf.
Muchas veces, esperó en una cola por largas horas, para
conseguir las entradas para ver su película favorita, (cierto día, estuvo parado
durante más de un día con la esperanza de ser uno de los primeros 500, que
podrían conseguir la entrada a la película y ganar una barra de caramelo.
Él
cree que debe de haber sido la persona número 501…), el ser rechazado cuando
propuso matrimonio, o el tener un padre peluquero, eran todas facetas
experimentadas durante su vida, que era también la vida de cientos de miles de
personas alrededor del mundo.
En efecto… ¿Cuántos de
nosotros nos hemos sentido identificados con las mínimas y sencillas cosas que
pasaban en la historieta, como cuando Lucy le hacía una travesura a Charlie
Brown, sacándole la pelota de fútbol, justo antes de que éste le pueda pegar con
el pie, o con las derrotas que el mismo Charlie sufría en sus partidos de
béisbol?
¿Cuántos de nuestros sueños no han sido finalmente alcanzados? Todas
estas circunstancias, angustias y alegrías, estaban descriptas en la vida de
Charlie Brown, de quien Schultz afirmaba que representaba a todos los hombres,
por lo cual muchas de sus historias solían terminar mal…
Schultz también tuvo, de
chico, un perro de raza “mezcla”, el cual se llamaba Spike, y se comía todo lo
que encontraba a su camino… ¿Le suena familiar? Sí, fue quién inspiró a Snoopy.
Pero Snoopy, también soñaba con ser piloto en la Segunda Guerra Mundial, e
intentaba siempre escribir la Gran Novela Americana. Por su parte, El piano de
juguete que le regalo a su hija en un cumpleaños, inspiró a Schultz a crear el
personaje de Schroeder, quien deseaba ser el segundo Beethoven.
Incluso, Schultz se
inspiró en la mismísima Biblia. Cierta vez, Linus le dijo a Lucy que no lo
cargará demasiado… ya que la Biblia señalaba que era obligación respetar a los
mayores. La vuelta de tuerca era cuando Lucy le recordaba que él era, en
realidad, más joven que ella, a lo que Linus le respondió que no se trataba de
la edad, sino del alma.
Muchas veces, Lucy, Linus
y Charlie Brown miraban las nubes. Cuando Linus presumió de su sabiduría,
diciendo que las diversas formaciones le hacían recordar a pasajes bíblicos,
ciudades del mundo, y artistas, Charlie Brown le respondió: "yo iba a decir que
ví un pato y un pony, pero creo que ya cambie de opinión…".
Schulz falleció el 12 de
febrero de 2000, a los 77 años, de un ataque del corazón. Además, desde hacía
tres meses, también luchaba contra un cáncer de colon, que le impidió (sumado a
su visión muy dañada) continuar dibujando la historieta que él tanto amó.
Schultz murió justamente
un día antes de que la última tira original de "Peanuts" fuese publicada. Para
eso entonces, esta historieta había sido publicada en 21 idiomas, dentro de
2.600 periódicos alrededor del mundo. Según dijo el propio dibujante, había
ganado cerca de 55 millones de dólares con esa historieta, y ya tenía su propia
estrella en la calle de la fama de Hollywood.
Si bien Schultz afirmó
estar orgulloso de poder trabajar durante cincuenta años de algo por lo que él
sentía pasión, también señaló que no había planeado retirarse al momento en que
lo hizo, sino cuando atravesara sus 80 años.
Si pensamos que Schultz había dicho
que él se parecía a Charlie Brown, por el hecho de que muchas de sus historias
no tenían un final feliz, los últimos días de su vida no fueron más que una
confirmación de sus historias.
Sin embargo, seguramente
también debió reparar en que muchas personas, alrededor de todo el mundo jamás
olvidarán a Charlie Brown, Snoopy, Lucy, Linus, Peppermint Patty, y Schroeder, y
sus grandiosos momentos que pasaban cada mañana, cuando leían sus historias en
los periódicos, antes que cualquier otra noticia…