El peligro del uso de la cera en la fabricación de velas artesanales

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La fabricación de velas artesanales debe efectuarse en un marco de seguridad apropiado. No muchas personas saben de las propiedades y peligros que la parafina y otras sustancias pueden afectar nuestra salud. Todas las precauciones que se deben tomar en el proceso...

El punto de peligro para la cera está en
los 191ºC. Una vez llegado a ese limite, la cera arde espontáneamente y el
humo que se desprende puede causar serios daños a quien lo inhale, incluso
mucho antes de ese punto.

Para quienes no manejen con precisión estos factores,
se aconseja no superar los 100ºC y en ningún momento desatender la mezcla, ni
siquiera cuando se haga el calentamiento a Baño Maria.

También es importante medir la cantidad
justa de cera. No calentar material en exceso, y en caso de sentir algún tipo
de intoxicación, abrir bien las ventanas y salir inmediatamente de la habitación.
Si los efectos persisten consultar a un medico.

La cera caliente produce severos daños en
la piel en caso de algún accidente. Para prevenir, utilizar siempre guantes
gruesos de tela y humedecerlos a cada rato para no arriesgar un posible
contacto.

En caso de que el accidente se produzca,
poner la zona de piel afectada debajo de un chorro de agua fría y luego
arrancar el pedazo de cera.

Los 191ºC de temperatura critica, se
reducen violentamente en caso de que la cera tenga alcance directo a las llamas.
Y para lograr controlar la temperatura, siempre es útil, el uso de termómetros
que nos indiquen el nivel de temperatura del liquido.

Para evitar el posible incendio, nunca
poner al fuego el recipiente directamente, siempre utilizar el método de Baño
Maria, que consiste en introducir ese mismo recipiente en otro que contenga agua
y que si este en relación con el fuego.

Nunca pongas agua en la cera que se
calienta, y siempre es recomendable mantener cerca, pero lejos del fuego, una
tapa de olla, bicarbonato de sodio y un extinguidor químico. La tapa de la olla
sirve para apagar el fuego dentro del envase donde se derrite la cera. El
bicarbonato sirve para apagar fuegos pequeños, y el extinguidor es para los
casos mayores.