Es imprescindible entonces, ser
autocrítico, prestar atención a los errores e intentar explotar al máximo todo el potencial que se posee. Una forma de sobresalir del resto, es aprendiendo a “venderse a uno mismo”.
En general, las personas que han estado fuera del sistema durante mucho tiempo, por falta de oportunidades, maternidad, enfermedad, u otras razones, sufren lo que se llama “depresión pasiva”, que consiste en:
– Baja de la autoestima
– Falta de confianza en uno mismo
– Descreimiento en el éxito
– Poca valoración de uno mismo
– Complejo de inferioridad
Antes este panorama, las personas que deseen comenzar a luchar nuevamente, y estén ante una
oportunidad de empleo, deben hacer lo siguiente:
-No pensar nunca de manera conformista. Intentar superarse todo el tiempo.
-Autoexigirse y ser el mejor crítico de uno mismo. Analizar las cosas buenas y adoptarlas, así como aprender de las cosas mal hechas y modificarlas lo más pronto y detalladamente posible.
-Los puntos débiles no son el enemigo sino el comienzo del progreso.
-Comenzar a planificar muy bien los tiempos, aprovechando al máximo cada momento para determinadas actividades, sabiendo también qué cosas es mejor hacer uno o una, y cuáles otras delegar en los demás.
-Tener presente que aún en posición de tener un buen puesto en cualquier trabajo, nadie puede decir que ha llegado a su techo, o que ya sabe todo lo que tiene que saber. Cuanto más éxito se consiga, mayor debe ser el deseo de seguir aprendiendo.
-Considere que el mundo gira cada vez más rápido y deja atrás a quienes no están actualizados.
-¿Ya sabe hablar ingles perfectamente? Si domina una lengua a la perfección … ¿por qué no dos o tres? Recuerde que el idioma es parte fundamental de ese proceso de actualización.
-El verdadero capital de una persona es el conocimiento, y la mejor herramienta para ponerla en práctica es la creatividad. Todo el mundo tiene ideas, la cuestión es saber hacerlas valer y encontrar inspiración para generarlas. La lectura y la música son buenos estimulantes para ello.
-Controlar la ansiedad y el estrés, dos factores de estancamiento laboral muy importantes. Una persona estresada, no puede discutir ideas y ser creativo. No puede progresar en el trabajo y es menos apreciado por los empleadores. El descanso debe ser tan importante como todo lo otro.
-Ser positivo.
-Un buen consejo es como una buena idea. Pida consejos a personas de confianza que aporten a la solución de sus problemas. No tenga vergüenza de pedir apoyo. Reconocer una debilidad es parte del perfeccionamiento. Siempre es bueno tener un oído cerca.
-Es muy importante tener claro el futuro en todos los aspectos. Imponerse metas a largo plazo y otras a corto plazo. Es válida la decisión de cambiar de empleo o dedicarse a algún emprendimiento independiente. Lo fundamental es tener claro cómo se hará, bajo qué circunstancias, con quién y para qué.
-La condición de liderazgo es natural en algunas personas. Si usted tiene ese talento, aprovéchelo y póngalo como punta de lanza de su iniciativa laboral.
-Extraer los momentos más importantes de su carrera y ponerlos en lugar destacado en su presentación.
-Valore la importancia de trabajar en equipo. Las empresas dan mucha importancia a eso. La competencia es dura y larga, pero un “trabajador ideal” para la consideración de los empleadores debe reunir las condiciones necesarias para cooperar y aportar a un conjunto sin recelos.
-Por otro lado, una persona reacia a compartir su esfuerzo con sus compañeros, no puede adaptarse a un clima laboral afable y puede generar conflictos que afecten a los intereses de la empresa.
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