En un jardín orgánico,
jamás deberían entrar los pesticidas químicos, los fungicidas, los herbicidas o
los fertilizantes artificiales. De ninguna forma podrían adecuarse estos u otros
tipos de productos químicos en un jardín que se precie de ser totalmente
natural. Caso contrario, lamentáramos decirle que su jardín no será "orgánico".
Cultivar un huerto
orgánico, no es algo nuevo, sobre todo si pensamos que nuestros lejanos
ancestros sólo tenían esa posibilidad para hacerlo, ya que aún no estaban
desarrollados todos los pesticidas que hoy en día conocemos.
Un huerto orgánico,
significa un
huerto cultivado junto con el ambiente, y no en guerra con el
ecosistema natural, trabajando en armonía con la tierra y el aire, en una misma
naturaleza.
Así, reciclando y
recogiendo cualquier materia orgánica que puede llegar a haber en su hogar y
jardín, se podrá obtener un fertilizante o abono para aplicar en su jardín,
tanto de forma directa como a través de preparaciones previas.
Cierto es que no es nada
fácil lograr tener un jardín el 100 % orgánico en el siglo veintiuno. Pero no
usar productos químicos, es un 100 % mejor para el ambiente, y por lo tanto,
para usted mismo y su propia familia.
Si utiliza productos
químicos o sintéticos en o alrededor de su jardín, o árboles frutales, no solo
tendrá como aspecto negativo un ambiente más tóxico, sino que también, debido a
lo caro que suelen ser estos productos, habrá perdido mucho dinero. Por lo
tanto, resultaría mucho más barato, y más útil, empezar a inclinarse por todo lo
natural.
Por qué no se deberían utilizar fertilizantes artificiales
Muchos fertilizantes
producidos artificialmente, contienen estos tres elementos: nitrógeno, fósforo y
potasio (además de otros agentes nocivos). Las plantas que se alimentan
solamente con fertilizantes artificiales crecerán bien, se verán muy bien, pero
tendrán un gusto muy débil.
Estas plantas producirán más nitritos pero menos
vitamina “C”. Se sabe que los nitritos son cancerigenos para los seres humanos,
y también para los animales. La vitamina “C”, por su parte, justamente
neutraliza los nitritos en el cuerpo humano.
Los frutos que crecen
todo el año en el mismo lugar y son cosechados repetidamente, como por ejemplo
los tomates, muchas veces agotan el suelo en el cual son plantados, y si no se
rota el lugar de su cosecha, erosionan las capas superiores de la tierra,
haciéndolas perder materia orgánica.
Por eso mismo, muchas
personas confían en resolver estos problemas mediante fertilizantes artificiales
y los aerosoles químicos. Su ambiente, por consiguiente, estará muerto, y será
100 % artificial, haciendo perder a los frutos hasta el 70 % de su vitamina “C”.
Aerosoles químicos
Los venenos de estos
aerosoles dañan a los depredadores naturales (arañas, pájaros, pescados,
animales), contaminan los canales del agua y el aire que respiramos, y dañan a
la salud humana en general.
Las plantas se alimentan
a través de sus
hojas y raíces, por lo que, de una forma u otra, toman estos
residuos químicos, y así, los consumidores de sus frutos estarán comiendo estas
plantas con productos químicos.
Si utiliza productos químicos y fertilizantes
artificiales en su jardín, no habrán en la tierra ningún gusanos, parásito, o
microorganismos… o, lo que es lo mismo, no habrá VIDA.
Y de hecho, por peor
prensa que tengan todos estos organismos vivos anteriormente citados, son ellos
y nada más que ellos, quienes pueden producir naturalmente los alimentos que las
plantas de su jardín necesitan para alimentarse (y nutrir nuevamente a la tierra
utilizada por las plantas).