Astrología e intimidad

¿Sabías que para la astrología no existe el amor imposible? Te contamos cuál es el camino para encontrarlo.


El papel del planeta
Venus


Los astrólogos generalmente consideran a Venus como el
planeta del amor. Esto,
sin embargo, es algo engañoso.

Venus describe la forma en la cual un individuo
puede reconocer el amor o la aprobación. El signo, y todos los aspectos que
tienen que ver con los nacidos en Venus, describen las maneras en las cuales una
persona ganó un aprecio dentro de la estructura familiar.

Así, alguien con Venus
en Capricornio pudo haber sido apreciado por su sentido de la disciplina,
mientras que algún otro con Venus en Cáncer, pudo haber sido aprobado para su
sensibilidad y natural cuidado.


Venus, entonces, es un planeta altamente socializado, cuya expresión no
necesariamente corresponde con nuestras necesidades más profundas, pero tiene
sin dudas un gran valor. Venus es un paso hacia la intimidad, es la dulce
atracción que tira de nosotros hacia otra persona (o de los otros hacia nuestra
persona).

Es
magnetismo, aunque, no intimidad, ni amor constante. Pero es
importante, vital de hecho, si un afecto significativo está por desarrollarse.


Sin embargo, las relaciones construidas sobre los contactos de Venus, pueden no
durar mucho tiempo o no ser muy profundas. Venus es un planeta "horizontal".

Tiene que ver con cómo logramos relacionarnos con otra persona, o el objeto que
nos atrae. Sin embargo, esto no refleja nuestras necesidades más profundas.
Estas necesidades, este camino a la intimidad, se encuentran en dominio de la
luna.

El papel de la Luna


La luna es el primer arquetipo femenino en astrología. La relación con la madre
es la base para todas las relaciones futuras. Es un lazo de total dependencia,
el único físicamente necesario en toda la vida. No podemos existir sin la
presencia de la madre (por lo menos hasta el nacimiento).

Los padres son vitales
para la concepción, después, no existe una dependencia tan profunda. La
proximidad, entonces, viene a través de la luna. Viene para conectarse con
nuestras necesidades más profundas, reconocerlas, y tomar el riesgo de
compartirlas con la persona que amamos.

Esta vulnerabilidad es un elemento clave
en la intimidad. Si no dejamos que nuestra pareja viva una vida paralela,
tampoco se experimentará verdadera intimidad.


Ahora bien, no todos tenemos las mismas necesidades. Alguien con la Luna en
Cáncer probablemente tenga una noción muy distinta de la cercanía, a la de
alguien con la Luna en Acuario. Cada uno tiene necesidades lunares, que
necesitan ser alimentadas y oídas, pero las formas de hacerlo pueden ser muy
diferentes.

La Luna en Cáncer necesita, sobretodo, pertenecer, es decir tener
esa de conexión de sentimientos que envuelve a ambos en un mismo círculo.

La
Luna en Acuario, sin embargo, necesita espacio y libertad, y puede encontrar
seguridad dentro de una relación menos definida. En cualquier caso, la Luna es
la qué permite que lleguemos a un nivel emocional más profundo.

Más sobre Venus


Cuando permanecemos en el nivel de Venus, sin embargo, la necesidad de agradar
domina la necesidad de ser oído. La proximidad requiere una buena voluntad para
superar el nivel de aprobación y tocar el alma. Cuando compartimos nuestras
sensaciones más profundas, los miedos, y los secretos, podemos llegar a
abrirnos.


Dejar que el otro logre entrar a nuestro interior es todo un desafío,
particularmente para los hombres o mujeres con un fuerte carácter.

La recepción
es también el arte de dar. Trabajar con la Luna significa tener en cuenta
cambios, alteraciones. No estamos hablando de un modelo fijo de sociedad ideal,
sino de una relación entre el crecimiento y el intercambio con los seres
humanos.


Podemos entender Venus describiendo que es lo que nos gusta, que es aquello que
nos sienta a bien a todos nosotros. Pero como el dulce azúcar en la boca, el
placer que otorga es muy agradable, pero puede no satisfacer.

La Luna describe
qué es lo que realmente nos alimenta. Por lo tanto, es importante que entendamos
la relación entre Venus y la Luna en nuestras cartas natales. Si los dos están
en conflicto, puede ser necesaria una atención adicional para saber cual es el
placer que nos alimenta, antes de quedarnos con apetito.


Alguien con Venus en Cáncer, por ejemplo, puede apreciar los aspectos acogedores
que cuidan los asuntos amorosos.

Pero si la Luna está en Aries, el espacio para
la espontaneidad también debe ser incluido. Esta persona puede ser muy
responsable con su pareja durante mucho tiempo, pero repentinamente reclamar un
espacio individual.

Esto puede conducir a una gran confusión de parte de ambos.
La dificultad se plantea por que Venus y la Luna están bastante cerca en su
naturaleza, y pueden engañarnos en sus lecturas. Gustar y necesitar no son la
misma cosa. La forma del amor (Venus) y la sustancia de la emoción (la Luna)
pueden no ser similares para todas las personas.

Conflictos del Horóscopo


Los conflictos en el horóscopo, al igual que los conflictos en la vida, no se
pueden resolver el uno sin el otro. Si ponemos las necesidades de intimidad de
la Luna sobre las necesidades de placer de Venus, podemos tener un acercamiento
poco placentero, como una pareja cerrada para expresarse en el camino de la
vida.


Si dominan los aspectos más superficiales de Venus, podemos encontrar un
interior algo vacío. La clave es reconocer y aceptar nuestras necesidades,
incluso aquellas que están en conflicto. Saber qué es lo apropiado en un momento
dado, es muy provechoso.

Esto significa que una Luna en Escorpio, necesita de la
intensidad que brindan los espacios con público. O que Venus en Aries, que gusta
de la independencia, puede ser inoportuna cuando su pareja está atravesando una
crisis emocional.

Todo tiene su tiempo y lugar, y la superación de muchos
conflictos astrológicos podría ayudar a poner el pie derecho en el camino
correcto.


Otra lado del conflicto, tiene que ver con Venus en Aries, y la Luna en
Escorpio, donde hay mucho para decir sobre sus posiciones en contraste.

A menudo
nos encontramos ubicados entre dos opciones. Sin embargo, somos un entero, el
universo es un entero, y hay conexiones entre cualquier elemento existente.

Aprender a movernos entre los extremos que se encuentren en conflicto, significa
tender puentes entre partes dispares de nosotros mismos. La astrología hace un
buen trabajo al “cortarnos” y repartirnos en diversos planetas, signos y casas.


Pero sin embargo, necesitamos recordar que ninguna pieza está aislada del resto.
Incluso un planeta aparentemente aislado, sin aspecto, por ejemplo, vive dentro
del mismo Sistema Solar y dentro de la misma persona que el resto de los otros.

La carencia de conexiones es solo ilusoria, no verdadera. Usted puede tomar un
planeta aislado e imaginar conversaciones con otros planetas.

¿Cuáles son sus
puntos comunes de interés? Si no puede encontrar alguno, necesita ampliar su
vocabulario astrológico, porque debajo de las obvias diferencias entre los
planetas y los signos, hay un único modelo que conecta cada pieza con la otra
parte. En efecto, aprender cómo combinarse, y recién después separase como
individuo único, es esencial para lograr la intimidad.