El
empleo de la
pasta de sal como medio para modelar ha aumentado su popularidad en
los últimos 5 años. Sí bien esta artesanía
tiene amplio reconocimiento tanto en Europa como en los Estados Unidos, modelar
con pasta tiene orígenes mucho mas remotos.
Se
cree que en la antigüedad, los Egipcios, los Griegos y los Romanos ofrendaban a
sus Dioses tributos confeccionados con pan modelado.
En
algunas culturas actuales, encontramos en la gastronomía típica estos
panecillos.
Actualmente
sabemos que la sal fue agregada a la preparación de la pasta durante el siglo
XIX, con el objeto de proteger las artesanías del ataque de los
microorganismos.
Tanto
los niños como los adultos pueden disfrutar de esta experiencia creativa, a
través del empleo de un material que
se maneja con facilidad, altamente versátil,
barato y no tóxico que, usando un poco la imaginación, permite producen un sin
número de motivos durables, originales y creativos.
La
simplicidad de los elementos empleados, engaña acerca de la belleza táctil y
óptica lograda con la conjunción de la sal, el agua y la harina, elementos
disponibles en la cocina de cualquier hogar.
La
belleza artística de las obras creadas, depende de cada individuo, de su
experiencia, de las técnicas escultóricas que emplee, o simplemente de su
ingenio y de su originalidad.
Los
métodos de cocción tradicionales implican la cocción de los modelos
elaborados en un horno convencional. El resultado es excelente, pero hay que
esperar entre 12 y 14 horas para que la pieza se encuentre lo suficientemente
seca para proceder a pintarla.
El
empleo del horno de microondas, reduce el tiempo necesario desde el empleo de
algunos minutos para piezas pequeñas y no más de 2 horas en piezas de tamaño
grande.
No
podemos describir la elaboración de esta artesanía como “instantánea”, y
seguimos necesitando cierto grado de paciencia, pero la velocidad con la que los
modelos pueden ser ejecutados es una ventaja importante.
Para
proceder a la elaboración exitosa de las piezas en el horno de microondas,
necesitamos saber someramente como funciona: cual es la diferencia entre un
horno convencional y un horno de microondas.
En
un horno convencional, el calor es generado por fuera de la pieza y la calienta.
En un horno de microondas, el calor es producido dentro del horno por un tubo
denominado magnetrón, habitualmente ubicado en el techo del horno. El magnetrón
transforma la energía eléctrica en microondas que atraviesan la cavidad del
horno, rebotando en su interior metálico.
La pasta de sal y los
alimentos contienen humedad.
Cuando
las moléculas de humedad son expuestas a las microondas, comienzan a oscilar a
25.000 millones de veces por segundo.
Esta vibración causa una fricción que a
su vez genera calor. Este proceso comienza en la periferia de la pieza y va
penetrando lentamente hacia el centro de la misma.
Por eso es fácil comprender
que una pieza pequeña o fina requiera menos tiempo de cocción que una pieza
grande o con un volumen de masa mayor. Comprender la dinámica de este principio
general nos va a resultar invalorable cuando trabajemos con pasta de sal.
Cada
horno de microondas tiene sus particularidades, por lo tanto será necesario un
breve periodo de experimentación para lograr resultados exitosos.
La
regla general es iniciar el proceso con la menor potencia, para irla
incrementando a medida que el proceso avanza.
El
modelado de las piezas, su acabado final y posterior proceso de decoración son
similares a los que se emplean en otras artesanías como cartapesta, porcelana
en frío, cerámica, grabado, pintura decorativa, etc.
