La
enfermedad de Parkinson comienza alrededor de los 50 años, afectando más
frecuentemente a hombres que a mujeres, y se produce debido a cambios
degenerativos en una zona cerabral denominada sustancia negra, que causan
deficiencia en un neurotransmisor conocido como dopamina.
Las
características de ésta enfermedad son las siguientes:
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Temblor: Aparece en estado de reposo, generalmente en las manos, y suele
aumentar frente a estados de emoción o fatiga.
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Rigidez: Es la contracción involuntaria del músculo que se está
estirando. El tono postural está exagerado, y los pacientes suelen tener la
cabeza y el tronco inclinados hacia adelante.
La
hipertonía aumenta con el frío y la
fatiga, y disminuye con la administración
de medicamentos antiparkinsonianos.
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Bradicinesia: Es el enlentecimiento de los movimientos voluntarios, que
afecta también la masticación, la deglución y la voz.
En
cuanto a la voz, los síntomas más frecuentes observados son:
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Repetición de una palabra o frase. ( Palilalia ).
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Enlentecimiento en la emisión del mensaje. ( Bradilalia ).
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Disminución de la intensidad vocal, debido a la fatigabilidad
respiratoria.
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Articulación defectuosa, en particular de los fonemas linguales.
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Alteraciones en la melodía.
El
tratamiento de un paciente que padece enfermedad
de Parkinson debe ser multidisciplinario, conformado por: neurólogo, kinesiólogo,
fonoaudiólogo, y psicólogo, para lograr una rehabilitación global del
enfermo, y lograr una mejor calidad de vida.
Asimismo es importante tener en
cuenta que, el grado de invalidez al que conduce la enfermedad, suele llevar al
paciente a caer en estados depresivos, que son contraproducentes para el
mejoramiento de los síntomas.