He nacido hoy de madrugada, viví mi niñez esta mañana, y
sobre el mediodía, ya transitaba mi adolescencia. Y no es que me asuste que el
tiempo se me pase tan aprisa, solo me inquieta un poco pensar que tal vez
mañana yo sea demasiado viejo para hacer lo que he dejado pendiente. ( J.
Bucay.)
Sabemos que los adultos mayores
tienen mucho tiempo disponible, mucho tiempo para pensar, a veces en situaciones
actuales pero en mayor medida en el tiempo pasado, en lo perdido, en lo que
hubieran hecho si…,en la falta de…., en la soledad, en lo que no tienen, en
lo que no les alcanza, en el dolor, en la queja…
Muchas veces estos pensamientos
tienen su razón de ser.
La mayoría de las veces estos pensamientos
angustian, deprimen y paralizan.
Casi siempre estos pensamientos
son “ alojados” en el propio cuerpo y aparecen los dolores físicos, las
“somatizaciones” y el sentimiento de minusvalía.
La historia no termina aquí.
Acuden al médico en busca de la “pastilla mágica” que calme los dolores pero
también en busca de una “oreja que escuche”, en unos “ojos que miren” ,en una
“mano que sostenga” .
Así comienza un peregrinar por los consultorios médicos
donde casi NUNCA encuentran la solución a sus problemas: los remedios son caros
y no los pueden comprar, los análisis salieron bien pero …ellos insisten en
que “algo” tienen por que no se sienten bien, entonces “ no salen a la calle” ,
se retraen socialmente, se sienten solos… y al final se cumple la profecía: “
los adultos mayores siempre se enferman “, “ a los adultos mayores nada los
conforma”
La pregunta que resta es. ¿será así la realidad de nuestros adultos
mayores?¿ existirán otras posibilidades? ¿ estas demandas son iguales a todos
los adultos mayores?
No todos sentimos igual…
El proceso de envejecimiento es natural, esperable aunque no querido.
Llegamos a la adultez tardía por el pasar cronológico de los años con más o
menos salud bio-psíquica, con mayor o menor bienestar económico, con gran
cantidad de experiencias de vida que nos ubican en el “ aquí- ahora” con un
importante bagaje de saberes, con una sexualidad viva que impulsa a ser
satisfecha en diversidad de objetivos.
El “Ello”, la fuerza instintivas que
busca placer, no envejece ni se transforma con el paso de los años. Como decía
un alegre joven mayor de 60: “- yo no soy un sexagenario, sino un sex- agenario”.
Como nos comentaba Olga ( 81 años) .-“ me encanta el teatro, la música
…bailar, cantar…todo lo que sea arte, la comunicación…”
La
otra cara de la moneda es llegar a la vejez antes de tiempo, por un estado de “
sentirse viejo”,improductivo, sin intereses por el entorno y encerrado en su
propio mundo. Así nos decía Juan ( 70 años, viudo): “ ya me jubilé y con lo que
tengo me alcanza, vivo solo, gasto poco, no salgo, me visitan mis hijos, no veo
mucha televisión porque me aburre, prefiero escuchar radio… y así pasar la
vida…”
Nuestra sociedad de consumo reafirma esta imagen por el
desinterés que presenta hacia esta población “ mayor”.
Desinterés que es fruto del desconocimiento de las necesidades y deseos de las
personas mayores.
Desinformación acerca de las posibilidades reales de los mayores y de las
competencias que todavía podrían desarrollar mediante propuestas de acción
interesantes, serias y creativas.
Toda inversión en programas de trabajo será considerado “gasto -erogación”
contrariamente a lo destinado a las propuestas para los niños y/o adolescentes,
“ aquél grupo tan temido pero lleno de vida” y del cual esperan algún tipo de
“retorno-beneficio”.
No es bueno que el hombre esté solo…
Existen propuestas diferentes para participar activamente en grupos de Adultos
Mayores. Todo dependerá de la cara de la moneda elegida.
El grupo de trabajo psicopedagógico RE- ENCONTRANDO-NOS es un espacio creado
para y por los mismos adultos que han elegido la VIDA en compañía con pares, con
compañeros de trabajo, que se sienten activos y capaces de seguir
desarrollándose y alcanzar una mejor calidad de vida, “ dando vida a los
años”
Participar en grupos
, conformar espacios donde proyectar ilusiones, miedos, alegrías, tristezas, ideas,
en un marco de confianza y contención afectiva, dar y recibir retroalimentación
, refuerza la autoestima y genera actividad.
Actuar con otros re-direcciona las catexias
mentales para el trabajo, amplía las relaciones más allá de la constelación
familiar
Establecer vínculos sociales variados en el grupo
favorece la superación del aislamiento paralizante y promueve la actividad
cognitiva actuando preventivamente contra la inercia psíquica, que al
instalarse provoca gradualmente la falta de movilidad mental generando las
conductas tan comunes en la vejez como: las dificultades de adaptación a
situaciones inesperadas en la vida cotidiana, tendencia al
retraimiento, resistencias a interesarse por nuevas actividades, falta de placer
, tendencia a adoptar conductas rutinarias y de control obsesivo.
El “ encuentro con otros” promueve la integración de la persona a un grupo con
intereses, problemáticas e ideas generacionales. Se promueve el “cuidado del
otro” a través del compartir actividades, de escuchar y contener las demandas,
de emocionarse con las distintas historias personales , de estar atento a las
necesidades pero también cuando discentimos, cuando podemos mostrar otra
realidad, cuando proponemos soluciones superadoras, creativas … en otras
palabras otro modo de ver el mundo.
El “encuentro con otros” promueve la socialización, invita a la “ palabra”, a la
comunicación, a la “ presencia activa” descubriendo a otros al mismo tiempo que
se descubre uno mismo participando y comprometiéndose, potenciando los recursos
personales y logrando mayor bienestar subjetivo gracias a la
valorización de la autoestima.
El “encuentro con otros” promueve el desarrollo del “autoconcepto”, es decir, el
sentimiento de lo que cada uno sabe y puede hacer, de las habilidades que se
cree poseer y de la autoeficacia para llevar a cabo sus metas.
Cuando se co-opera
con otros se abre un abanico de nuevos aprendizajes, se desarrollan estrategias
para afrontar situaciones, se “produce”, se “intercambia”y se “descubren”
aquellas potencialidades guardadas que afloran en el contexto grupal mostrándo-se
que si se quiere, se puede dar vida a los años.