Las historias de amor más
interesantes, son aquellas que se alejan del estándar establecido. Y es que si
no tienen un condimento especial…
¿A quién podría interesarle
demasiado el romance entre dos jóvenes ricachones universitarios? ¿O el de dos
granjeros adultos?
Distinto es el caso cuando
hablamos de parejas de diferentes edades, en donde ella es la mayor y él el
menor.
Esta rara cualidad del amor (que
no obstante cada día gana más terreno en la vida real) suele ser por sí sola muy
interesante para muchas personas, que ven justamente en ellas a este sentimiento
en su máximo esplendor, desde el momento en que se puede vislumbra el carácter
enigmático de la relación, alejada de cualquier pauta cultural-racional.
Por esto mismo, es que
Hollywood ha puesto el ojo en este tipo de cuestiones, y cada vez produce más
películas que narran historias de amor de mujeres mayores con hombres jóvenes.
Sucede que si bien es
verdad que la sociedad, lentamente, se está desnudando de prejuicios y ya no
resulta tan extraño como algunos atrás ver este tipo de parejas en la vida real,
no menos cierto es que, aún, la relación de dos personas de diferentes edades,
muy especialmente donde la mujer es la mayor, continúa siendo bastante tabú.
Y como bien saben los
productores de cine, todo lo tabú tiene su rasgo atractivo, desde el momento en
que rompe con las pautas rutinarias establecidas. Por eso mismo, hoy en día es
fácil enumerar una gran cantidad de películas con esta temática, las cuales han
sido producidas durante los últimos años.
Historia
de un amor…
En rigor, uno de los
primeros films en hacer referencia a estas situaciones, fue El gradudado
de 1967, donde la Sra Robinson (Anne Bancroft) seducía a un muy joven Dustin
Hoffman.
Luego, en 1983, se pudo
ver Class, película en la cual se exhibía una relación entre Andrew
Mc.Carthy y Jacqueline Bisset.
En 1990, fue estrenada
Pasión sin barreras, donde Max (James Spader), un
joven arquitecto que llevaba una vida de ermitaño luego de que su esposa había
muerto, conocía en un bar a la camarera Nora (Susan Sarandon), quien le devolvía
la alegría de vivir.
Sin embargo, en los
últimos años, este tipo de películas comenzó a producirse con mayor continuidad,
y, en un lapso brevemente corto, se pueden citar los estrenos de Igby Goes
Down, donde se presenta una relación entre Amanda Peet y Kieran Culkien, una
especie de bohemio estudiante de una escuela militar, Lovely and Amazing,
donde Michelle (Catherine Keener) es una mujer casada de 36 años que, en medio
de su opaca y rutinaria vida es seducida por Jake (Jake Gyllenghaal) de 17 años,
con quien comparte los mejores besos que ha dado en su vida, Tapole, que
narra la relación de Sigourney Weaver y su hijastro de quince años, Aaron
Stanford, o Crush, una película inglesa donde Andie MacDowell hace de una
madura y atractiva profesora que se relaciona seriamente con un ex-alumno mucho
más joven.
Pero este tipo de
relación no sólo está siendo mucho más reflejada en los films. Además, ha
cambiado la lupa con la que se lo toma.
Y es que si antes, en películas como
El graduado o Class la relación se tomaba como algo cómico, medio en
sorna, los nuevos films, muy por el contrario, le dan un tamiz mucho más
profundo al tema, mostrándolo como una alternativa más del variado tipo de las
relaciones que existen en el mundo real.
De hecho, no hace falta
salir de la realidad de Hollywood para darse cuenta que este tipo de relaciones,
si bien no es común, tampoco es exótica.
Casos como los de Susan Sarandon y su
joven novio Tim Robbins o Julianne Moore y su muchachito Bart Freundlich,
demuestran que no hace falta sentarse en una butaca de cine para ver este tipo
de romances.
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