Zinc, el mejor amigo de tus proteínas

El zinc es fundamental para un gran número de funciones corporales, entre las que se cuentan el desarrollo de los órganos reproductivos masculinos y femeninos. Te contamos en qué puede ayudarte este mineral, en la dieta o en suplementos alimenticios


El zinc puede presentarse
de varias formas, y bajo una gran cantidad de denominaciones, por lo que también
es conocido por los siguientes nombres: aminoácido de zinc, gluconato de zinc,
sulfato de zinc y cloruro de zinc.


En los casos en los que se lo
administra como suplemento dietario, su denominación suele ser sulfato de zinc.

Las fuentes dietéticas
que pueden contener zinc, están típicamente entre los alimentos naturales y sin
procesar. El zinc está disponible tanto en alimentos vegetales como animales, y
de hecho, es más rápidamente absorbido por el organismo cuando proviene de
fuentes animales, antes que vegetales.


Las mejores fuentes de
este mineral son la carne y otros tipos de alimentos ricos en proteínas, como
los mariscos, que son de hecho una fuente dietética excelente de zinc.


Los panes de granos enteros, los
cereales, la leche, la soja, y los frijoles secos, también son fantásticas
fuentes de zinc.


El zinc total que hay en
el cuerpo, en condiciones normales, es de dos a tres gramos, y se encuentra en
todos los tejidos, aunque fundamentalmente en el hígado, el riñón, los huesos,
la retina, los músculos y la próstata.


La principal función del zinc en el
cuerpo humano, es "manufacturar" las proteínas y ácidos nucleicos (lo que se
conoce como el material “general” de las células). El zinc es también esencial
para la acción de más de 100 enzimas del organismo humano.


Además, es también fundamental
para el desarrollo de los órganos reproductivos tanto masculinos como femeninos,
así como también para poseer energía y un crecimiento normal.


El zinc tiene incidencia sobre el
funcionamiento de la insulina en el cuerpo, la síntesis de proteínas, la
protección oxidativa, la Vitamina A en el hígado y en la utilización de los
carbohidratos.


Además, este mineral participa
también para ayudar a curar heridas y quemaduras, y tiene incidencia en el buen
y saludable funcionamiento de la próstata.


Aunque es tan importante para el
funcionamiento apropiado del organismo humano, muchas veces puede haber
deficiencia de zinc, sobre todo en los mayores y en las personas malnutridas.


La deficiencia severa de
zinc a menudo frena el crecimiento y puede contribuir a un bajo desarrollo
sexual o al enanismo.


Una falta prolongada en la ingesta de zinc, puede provocar acrodermatitis enteropática, una condición que tiene síntomas tales como
sarpullido, áreas inflamadas en la piel, pérdida del cabello, eritemas,
ampollas, pústulas en la boca, la lengua y los párpados, e incluso alrededor de
las uñas, o costras periorificiales y en partes prominentes de tronco y
extremidades.


El consumo recomendado de zinc
varía dependiendo de la severidad de la insuficiencia. Sin embargo existe el
consenso entre los profesionales de que una cantidad apropiada sería de entre 30
a 50 miligramos diarios.


Por supuesto, antes de comenzar a
consumir cualquier tipo de suplemento alimenticio con este mineral, debe
consultar a su médico de cabecera.

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