Pasaron
toda una vida juntos, pero un día ha quedado en soledad, y seguramente volverá
a experimentar aquel dicho de que nada es para siempre.
Lo
cierto es que, haya llegado o no el momento, son muchas las personas en pareja
que se enfrentan o enfrentarán a la perdida de su ser amado, y que deberán
luego transitar por un áspero sendero, formado por un laberinto de detalles,
decisiones, golpes, soledades, enojos, confusiones, temores, y depresiones.
Sin
embargo, siempre es posible ver la luz al final del túnel, cuando se logra la aceptación
y se puede comenzar una nueva vida.
Los
especialistas en psicología y conducta humana, señalan que existen algunas
etapas bien definidas para la mayoría de las personas que deben enfrentar estos
golpes. Las mismas se componen de la negación ante el shock, la conciencia de
realidad, el enojo, la depresión, y la aceptación.
Por
cierto, estas etapas no tienen ningún orden en particular, y de hecho muchas
personas vuelven a atravesar por etapas que ya creían superadas, o bien pueden
saltear algunas de dichas fases.
Pero
todo esto es parte normal del dolor que se siente frente a la pérdida del ser
amado, y jamás se debe permitir llegar o hacer algo dentro de una cierta “agenda”.
Cada uno sabrá cual es el momento correcto para vaciar los cajones y armarios,
y tratar con aquello objetos personales de su pareja, como su cartera o su
bastón. Lo importante, es tomarse todo el tiempo que se considere necesario hasta
sentirse realmente listo.
Es
fundamental saber también que el dolor es necesario, por lo que siempre debe
dársele lugar a las lágrimas. Las lágrimas ayudan mucho, y el llanto es todo un
dispositivo curativo, al que algunos especialistas denominan como la primera
ayuda emocional.
De
hecho, en el aspecto biológico, se sabe que las lágrimas contienen leukina- encefalina,
uno de los aliviadores naturales de dolor con los que cuenta el cerebro. Asimismo,
también existe en el organismo una hormona que incentiva la secreción de
lágrimas, la prolactina (las mujeres tienen más prolactina que hombres, esta es
una de las razones por las qué ellas pueden llorar más que los hombres).
Es
lógico: muchas personas a su alrededor se incomodarán con la muerte. Como resultado,
dirán y harán varias cosas que tal vez no le caigan nada bien. Pero trate de perdonar
a esta gente, teniendo en cuenta que no saben que hacer ni que decir respecto a
lo que ha sucedido, incluso hasta el punto de no mirarle a los ojos ni para
darle un abrazo, pero no porque no sientan el dolor, sino porque no saben como
reaccionar frente a él.
Su vida
cambió y cambiará aún más. Los tiempos tendrán posiblemente un efecto diferente
en su persona, sobre todo en aquellos días donde se recuerden los aniversarios
de bodas, los cumpleaños, las vacaciones, y demás acontecimientos especiales.
Estas
fechas deberán ser enfrentadas, tratándolas siempre con una visión positiva.
Nunca intente olvidarlas, o dejará de rendirle un pequeño tributo a su ser
amado. Intente seguir adelante con ellas, y haga lo que siente que quiere
hacer. Nunca permita ser manipulado por la familia o los amigos.
La buena
noticia es que habitualmente, los hombres que han quedado viudos se vuelven a casar
y rehacen su vida en el término de los tres años a partir de la muerte de sus parejas,
mientras que las viudas hacen esto mismo dentro de los 5 años.
De
cualquier forma, los expertos no dejan de resaltar que siempre es importante casarse
por el amor, y no sólo para evitar la soledad.
Acciones
frente a la pérdida
Personales
Su
pareja ha perdido la vida, pero la suya continúa y es menester que sea muy
consciente de esto. Por eso, mire hacia delante sin intentar reprimir el dolor,
pero si atravesarlo.
a. En
primer lugar, será importante que llore todo lo que necesite, y que no se culpe
por la muerte de su pareja, es decir que sea compasivo con usted mismo.
b. Permanezca
también a cargo de su propia vida. No permita que los hijos se hagan cargo de
su persona, si es que aún goza de salud como para no necesitar de la total
asistencia por parte de ellos. Pero si la necesita, pida una ayuda específica a
su familia, amigos, o centro de salud.
c. Trate
de vaciar los cajones y los armarios. Será una parte necesaria del proceso de
pérdida. No permita que nadie haga esto por usted, pero podría serle útil tener
a alguien de mucha confianza que lo entienda, acompañe, y pueda compartir sus
memorias y recuerdos.
d. Coma bien
y evite los excesos de alcohol, medicamentos, cafeína, azúcares o tabaco.
Asimismo, realice todo el ejercicio físico que pueda.
e. Mantenga
horarios regulares y salga de su casa de vez en cuando.
f. No
desaparezca, conteste todas las cartas, mails, y llamados que realicen sus
conocidos para darles el pésame. Esto formará parte de todo el proceso
curativo.
g. Comience
un diario personal.
d. Súmese
a un grupo de auto-apoyo.
Trámites
Los
asuntos burocráticos podrán significar un peso, pero, en algunos casos, también
una ocasión para distraerse con nuevas obligaciones y olvidar por momentos la
pena. Eso sí, permítase tener todo el tiempo que considere necesario para enfrentar
estas cuestiones, o el dolor podría incrementarse e incluso dar malos pasos. Si
le resulta muy duro tomar decisiones al respecto, entonces todavía será tiempo
de esperar. Sólo usted sabrá cuando será el momento correcto para empezar.
a. Mantenga
a mano los números de la obra social o medicina pre-paga, la cuenta bancaria, y
los seguros de todo tipo.
b. Evite
las decisiones apresuradas. Espere un tiempo antes de vender la casa, mudarse o
realizar alguna operación mayor.
c. No
pague ninguna factura que dude que deba pagar, hasta que pueda verificar su
autenticidad. Tampoco pague ningún cargo médico parcial, sino espere hasta que le
llegué el monto total.
d. Pida
a la casa funeraria de seis a ocho copias del certificado de defunción.
e. Cree un
archivo para las copias de todos los documentos que tiene con respecto a su propiedad,
incluyendo anotaciones sobre las conversaciones telefónicas realizadas al
respecto. Asimismo, verifique el estado de las hipotecas o créditos, si es que
los hay.
f. Cambie
sus cuentas bancarias.
g. Asesórese
con un abogado de confianza y notifique su nueva estado y/o razón social a los
seguros sociales, socios de negocio, empleados, organizaciones, bancos, registros
automotores, bancos, tarjetas de crédito, títulos de bonos y acciones, y
registros públicos de propiedad.