En el caso de que
sufra de ahogo por la
ingesta de agua, se lo debe poner de espaldas en un lugar
seco y levantarlo por las patas traseras hasta que expulse el agua.
Si no se
mejora la situación se debe practicar respiración boca a boca corriéndole la
lengua a un costado, poniéndole un pañuelo como filtro y soplando simultáneamente
se le oprime el vientre. Una vez recuperado el pulso respiratorio, llevarlo al
veterinario.
Si
el animal sufre de alguna insolación, se debe crear un plano inclinado de arena
húmeda y se debe recostarlo con la cabeza del lado más bajo.
Para bajar la
temperatura, es conveniente utilizar toallas mojadas y hielo en la nuca. Una vez
estabilizado llevarlo al veterinario para que no sufra un abaja de presión
sanguínea.
Si
el perro comienza a arrastrarse, puede ser por fatiga generadora de calambres.
En ese caso se lo debe hacer descansar y tener cuidado porque puede llegar a
causar alguna irritación en su carácter.
Una
vez superadas todas estas complicaciones, se recomienda bañar al perro con agua
dulce, ya que la arena y el mar producen el
resecamiento del pelo y el malestar
del animal, que no se sentirá muy relajado estando de vacaciones.