Este
entrenamiento se basa sobre los instintos que los perros han desarrollado a lo
largo de los siglos. Los perros son animales que buscan una guarida, un lugar
seguro, limpio, oscuro donde puedan sentirse cómodos y a salvo. El
entrenamiento utiliza este llamado de la naturaleza para enseñar a los perros
el comportamiento debido en la casa, para que defiendan su espacio y el de su
dueño y para brindar al animal un lugar donde pueda refugiarse del estresante
mundo de la ciudad. Debe recordar que un entrenamiento nunca debe ser usado como
una forma de castigo.
Cucha,
perro
La
cucha debe ser esa guarida que su perro busca de forma instintiva. Es el lugar
seguro para su perro cuando usted no puede estar ahí para cuidarlo. Una vez que
logre acostumbrar a su perro a su nueva guarida, se sentirá a gusto entre sus
paredes. La cucha debe ser el lugar donde su perro busque refugio de una situación
que pueda estresarlo, como puede ser la visita d desconocidos, mucha actividad
dentro de la casa, o ruidos extraños. Cuando el perro se encuentre en la
guarida no debe ser molestado. Ése es su espacio privado y se lo debe respetar
como tal.
Este
entrenamiento es ideal para aquellos perros que tienen problemas de
comportamiento, que tienen dueños muy ocupados o para los cachorros que aún no
han logrado aprender a controlar dónde y cuándo hacer sus necesidades.
Cómo
empezar el entrenamiento
Cualquier
perro puede ser entrenado, la única diferencia será el tiempo que le lleve
aprender. El primer paso será mostrar a la cucha como un lugar donde un perro
quiera pasar mucho tiempo. Es algo que le tomará tiempo y paciencia. Deberá
comenzar a relacionar a la cucha con los reconocimientos y regalos. Recuerde que
tiene que hacer de la cucha un lugar agradable: si a usted no le gusta, a su
perro tampoco le gustará. Y lo primero que hay que considerar al respecto es
que sea del tamaño adecuado.
1.
No hay nada que temer
Quite
la puerta de la cucha y ubíquela donde su perro pueda investigarla cuantas
veces, cuando y como quiera. Tal vez, si su perro prefiere los lugares abiertos,
pueda quitarle el techo que por lo general son de plástico o madera y fácilmente
desmontables.
Si
no demuestra interés por la cucha, lo que puede hacer es dejar sus juguetes
preferidos adentro. Si esto no funcione, compre golosinas y arrójelas al
interior. En última instancia, si su perro aún no se ha siquiera fijado en su
nueva casa, deberá entrar usted en ella.
Una
vez que la haya visitado algunas veces, es tiempo de dejarle la comida en la
cucha. Deje la mitad del recipiente dentro y la mitad fuera. Cada vez que su
perro pase unos minutos dentro, muéstrele reconocimiento, felicítelo. En algún
momento deberá decidir que es tiempo de dar el primer gran paso: cerrar la
puerta. Debe ser cuando su perro esté relajado y cómodo en su nueva casa.
2.
Cerrar la puerta
Es
momento de cerrar la puerta y dejar a su perro dentro. Debe hacerlo con decisión.
Cuando su perro vaya a comer a su cucha usted deberá ir y cerrar la puerta.
Puede quedarse junto a la cucha o alejarse unos metros pero manténgase lo
suficientemente cerca como para poder oírlo. Si empieza a llorar no la deje
salir. Espere a que su perro se calme. Sólo entonces abra la puerta y deje que
ella decida si quiere quedarse o irse. Si la deja salir antes su perro verá la
cucha como un castigo en lugar de sentirla como su hogar. Realice este
procedimiento a lo largo de cinco días una semana.
3.
Las primeras noches
Debe
ser paciente y duro con su perro. Tenga en cuenta que va a quejarse y llorar y
que usted deberá resistir a la tentación de abrir la puerta.
Si
hace poco que ha adoptado a su perro o si es un cahorro, antes de llevarlo a su
cucha es mejor agotarlo físicamente. Juegue con él durante un tiempo, hasta
que se canse, y asegúrese de que haya hecho sus necesidades antes de llevarlo a
su casa.
Para
los perros que ya son adultos, lo más recomendable es conseguir un juguete
nuevo que usted sepa que le va a gustar y dejarlo siempre en su cucha. En el
caso de los cahorros es mejor colocar una remera que haya sido usada hace poco
pero que no haya sido lavada. Elija la que sea su favorita y tenga en cuenta de
que no volverá a verla, al menos no en una sola pieza. Lo importante es crear
la relación entre la cucha y las cosas de las que su perro disfruta.
Si
su perro aún es cachorro, deje la cucha cerca de su cama y si comienza a llorar
acerque su mano a la puerta de modo que pueda olerla. Pero no la abra, aunque
llore y se queje. Si no se calma luego de un tiempo, ábrale la puerta. Usted
sabrá decidir cuándo su perro debe salir a hacer sus necesidades y a
reconfortarse husmeando por la casa. No juegue con él ni lo acaricie demasiado.
Sólo las necesidades y de vuelta a la cucha. De ser necesario, ponga un
despertador a mitad de la noche de modo que pueda sacarlo a hacer sus
necesidades. Con el tiempo su perro aprenderá y ya no tendrá que tener estas
atenciones.