La American Heart Asociation ha reconocido a los factores psicosociales como graves factores de riesgo de enfermedad coronaria (aparte de los tradicionales: hipertensión, colesterol, diabetes, cigarrillo, sedentarismo).  

Esta decisión resulta lógica ya que hay una clara correlación entre las conductas existentes para enfrentar las situaciones estresantes (por ejemplo, el cigarrillo), y las afecciones cardíacas.  

Una de las respuestas habituales, cuando a un paciente se le pregunta por qué fuma, es “porque ayuda a calmar la ansiedad”. Se sabe bien que el cigarrillo es un elemento muy frecuente en la depresión y la ansiedad, formando parte de un sistema que se retroalimenta.  

Es decir, no se le puede decir a una persona que deje de fumar sino se piensa en por qué es un adicto al cigarrillo. Este es un claro ejemplo que ha llevado a la American Heart Assoc. a reconocer cuatro causas psicosociales como factores de riesgo: el estrés, el aislamiento social, la ansiedad y la depresión.  

Un problema de adaptación 

El estrés, en general, se asocia con el estrés laboral, como si el trabajo fuera su único causal. No obstante, hay muchos tipos de estrés, asociados a diferentes disparadores. En realidad, el estrés es una respuesta fisiológica de la adaptación; es el organismo que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas.  

Por ejemplo, se sabe que cuando el esfuerzo laboral no es recompensado, se genera una sensación de preocupación y, cuando esto se torna crónico, los mecanismos adaptativos fracasan y se produce un aumento del riesgo enfermedad cardiovascular.  

Suele pasar, en los países latinoamericanos, que existen responsabilidades laborales muy altas acompañadas por sueldos magros. 

Contención del entorno  

Por lo tanto, es fundamental el background que tenga el paciente ante la reacción de peligro o la reacción de alarma ya que, como se ha señalado recientemente, el estrés crónico aumenta significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular. 

El background del paciente estará compuesto por su grupo de soporte social o su grupo de apoyo. En general, en la población mundial, los divorciados y los solteros tienen una carga cardiovascular más importante que los casados.  

El apoyo afectivo es fundamental para todas las personas. Los pacientes infartados, que tienen apoyo familiar, tienen la mitad de la mortalidad que los pacientes infartados sin apoyo familiar. Por ejemplo, el apoyo familiar es muy importante para el cumplimiento de la dieta post-infarto.  

Un estudio sueco estudió la condición de mujeres infartadas que tenían que volver a sus hogares. Se vio, en mujeres que tenían poca satisfacción en su matrimonio, que tenían el doble de calcificación aórtica como signo de enfermedad coronaria.  

También se observó que las mujeres infelices en su matrimonio tenían un desarrollo de la enfermedad ateroesclerótica.  

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