El ataque de pánico, es uno de los trastornos de ansiedad que más interés y preocupación genera, en especialistas en psiquiatría de todas partes del mundo en los últimos años, debido al incremento de la tasa de individuos que presentan sus síntomas, los cuales (en base a nuestras estadísticas), pasan años consultando a médicos de diferentes especialidades antes de llegar a un especialista en psiquiatría y lograr un preciso diagnóstico.
Las crisis de pánico son: espontáneas e inesperadas; y simulan ser una crisis cardíaca. Es decir, un día, se produce un hecho desencadenante, que puede ser la muerte de un familiar, un susto, o un hecho banal como agacharse bruscamente. A partir de ese hecho desencadenante, comienzan a repetirse síntomas inesperados.
Síntomas del Ataque de Pánico:
-Sudoración
-Sensación de ahogo o dificultad para tragar
-Sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de uno mismo)
-Náuseas o molestias abdominales
-Temblores o flojedad en las piernas
-Palpitaciones o taquicardia
-Inestabilidad, Mareo o desmayo
-Opresión o malestar toráxico
-Miedo a perder el control o volverse loco
-Miedo a morir
Con que sólo tenga, cuatro o más de los síntomas descriptos, acompañados con la aparición temporal y aislada de miedo, está sufriendo ataques de pánico.
Las crisis son breves, no pasan de 10 a 20 minutos pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día en algunos casos.
Se trata entonces de una enfermedad de múltiples causas, donde intervienen
1- La predisposición genética (se observo que regiones del cromosoma 15 tienen alteraciones y diferencias en las personas ansiosas)
2- La vulnerabilidad psicológica (si la persona se siente insegura o incapaz de resolver sus problemas)
3- El contexto (lo que se aprehende de la familia)
Las estadísticas arrojan que un 30 % de la población lo sufre, con mayor porcentaje en mujeres.
La persona que sufre este cuadro, generalmente recibe la incomprensión de su familia, pues prevalece el desconocimiento de esta enfermedad, le resta importancia o realizan juicios lapidarios culpando al panicoso de no poner voluntad y adjudicándole causas ridículas. Así, su calidad de vida y la de su familia caen notablemente.
CONSEJOS:
– Comprender que quien lo padece sufre de un miedo irracional
– Transmitir tranquilidad y confianza a quien sufre la crisis
– Escucharlo, incentivarlo a relajarse (regularizando la respiración)
– Ayudarlo a comprender que no se encuentra en peligro y que no se va a morir
– Darle libertad de acción (pues seguramente buscará cosas que lo tranquilicen y reduzcan la ansiedad)
– Evitar que lo rodeen personas ansiógenas (que le produzcan mayor ansiedad)
– Informarse
– Descartar otra enfermedad orgánica
– Consultar a profesionales especializados en Trastornos de Ansiedad
– Aceptar, acompañar y alentar el tratamiento indicado
En una gran parte de estos casos y mucho MAS FRECUENTEMENTE EN LAS MUJERES comienza a desarrollarse en forma brusca o a veces paulatina una expectativa ansiosa de temor a sufrir las crisis, un miedo a sufrir ataques sobre todo en público y hacer un mal papel delante de otros.
Este síntoma llamado AGORAFOBIA va confinando paulatinamente a los pacientes a sus domicilios o en casos graves a sus habitaciones. El paciente deja de salir SOLO a la calle con gran temor a descomponerse y si se ve precisado a hacerlo va pasando por POSTAS o lugares de seguridad donde pueda refugiarse en caso de sobrevenir el "ATAQUE".
Comienzan entonces los pacientes a AISLARSE DEL MUNDO. Sus salidas se hacen cada vez más esporádicas, no abandonando prácticamente la casa, o solo haciéndolo en coche o acompañadas.
Si es forzado a concurrir a un restaurante, cine o lugar público se siente cerca de la puerta o del baño para poder huir y refugiarse sin ser vistos. Generalmente su vida se transforma en un DRAMA.
Hay entonces pacientes que así transcurren 20 o 30 años de su vida en un estado de verdadera parálisis con total dependencia de un familiar o evitando movilizarse a ningún lado privándose de su libertad y del disfrute normal de su vida, cuando no sometido por años a tratamientos por supuestos problemas crónicos como hipertensión, trastornos digestivos o de otra índole.
Pero el peor de los problemas es que indefectiblemente el problema fóbico crónico termina en DEPRESION, llamada por ello SECUNDARIA con alto riesgo incluso de suicidio.
Pero lo importante, para destacar, es que siempre y cuando se realice un buen diagnóstico, basado en determinados estudios clínicos y psicológicos, y tratado si el caso lo requiere con determinados psicofármacos en forma adecuada en combinación de terapia cognitiva-comportamental grupal, el cuadro FOBICO ES UN PADECIMIENTO CRONICO PERO DE MUY BUEN PRONOSTICO.
Para saber también sobre el tratamiento de la depresión, inscríbete ahora en nuestro curso gratis Prevención y tratamiento de la depresión. Un completo curso, de utilidad tanto para profesionales como para pacientes y sus familiares.