Primer paso: Ver con
que se cuenta
1) El mapa genealógico
(pedigree chart)
Empiece
a confeccionar un mapa de la
familia. Comience por usted y agregue a todos sus
familiares, tan hacia atrás como pueda llegar. Tenga en cuenta ambas ramas de
su familia: materna y paterna. Reúna la mayor cantidad de información posible,
incluso las fechas de nacimiento y fallecimiento, las fechas de casamientos, los
bautismos, bar o bat mitzva, etcétera.
2)
La entrevista
Recurra
a sus familiares pero no sea demasiado formal en sus preguntas. Trátelas dentro
de un marco de reunión social
y no como si se tratara de una entrevista periodística.
Registre todo lo que ellos le dicen, aún cuando le suene poco creíble. La
mayoría de las historias familiares están basadas en un elemento de verdad.
No
tenga miedo de tomar nota de la chismografía familiar, después le puede ser útil,
puede brindarle nuevas pistas para superar alguna traba en la investigación. Recuerde que en la mayoría de las familias existe
un miembro que es el depositario de la memoria colectiva. El desafío, en
ocasiones, reside en encontrarlo.
3)
Obtenga copias de los
documentos
Como
las partidas de nacimiento y de defunción , las libretas de casamiento, las
confirmaciones, los bautismos, los certificados de enrolamiento militar, etcétera,
de tantos parientes como le sea posible.
Estos contienen mucha información
valiosa; por ejemplo, a veces los bautismos proporcionan información sobre los
abuelos, como también sobre los padres de un niño. Ellos pueden además tener
inscriptos los lugares de nacimiento de otros miembros familiares.
4)
No trate de inventar la rueda
Averigüe
en las bibliotecas locales si alguien más está trabajando o lo ha hecho en una
genealogía del apellido de su familia, para no realizar el mismo trabajo dos
veces.
Verifique los diccionarios de biografías y genealogías para controlar
las apariciones de los apellidos que está investigando. Vaya al Centro Mormon
de Historia Familiar más cercano y verifique el “archivo de los
antepasados” (Ancestral File) para
chequear las genealogías inscriptas.
Segundo paso: Ordénese
No
tiene ningún sentido empezar un proyecto genealógico si no sabe qué hacer
primero o cómo manejar el proceso. Cuanto más sepa sobre cómo dirigir una
investigación genealógica, más exitosa y agradable será su búsqueda.
Así
que lea y tome un curso de genealogía, inscríbase en una sociedad genealógica,
busque sitios de Internet y participe en listas de correo sobre
genealogía.
Tercer paso:
Comience la investigación de fondo
Si
va a investigar a sus antepasados, es importante que conozca la historia local
de los países o regiones de donde son originarios. Así no sólo enriquecerá
su investigación, sino que también la acelerará. Además, le permitirá saber
donde no buscar a sus antepasados.
Cuando comience a escribir su historia
familiar, terminará con un material muy completo. Probablemente la razón más
importante para conocer la historia local, es que le ayudará a entender POR QUÉ
sus antepasados se comportaron de la manera en que lo hicieron.
Es
imprescindible que se organice mientras esté dirigiendo su investigación:
consiga un armario para el archivo y prepárelo con las divisiones para los
formularios necesarios.
Cuarto paso:
comience su búsqueda
Puede
empezar su investigación de manera fácil yendo al “Centro Mormon de
Historia Familiar” más cercano (suele haber en la mayoría de las grandes
ciudades). Los mormones tiene una gran colección de información genealógica.
Luego, encuentre una buena biblioteca con una sección de genealogía, y
continúe su búsqueda en instituciones de colectividades o en centros de
historia local (barrios, ciudades o regiones).
Luego visite los sitios de
Internet de las grandes (o pequeñas) sociedades de genealogía, e inscríbase
en las listas de correo especializadas en el lugar de origen de su familia.
Recuerde
tomar notas cuidadosamente de lo que encontró. Esto le evitará leer las mismas
fuentes dos veces y también le permitirá repasar información acumulada mas fácilmente.
De ser posible, pruebe algún software de genealogía bajando de Internet una
versión shareware (versión gratuita de prueba por un tiempo limitado, con
menores prestaciones que la versión paga).
Quinto paso: que
todos se enteren
Comunique a todos lo que está haciendo y a quién está
buscando. Cuantas más personas
sepan lo que está investigando, mayor información recibirá.
El dejar mensajes con preguntas en sitios de Internet, contactar
varias sociedades genealógicas, y concurrir a una sociedad genealógica, ayuda
a los principiantes a empezar. Si tiene algún dato que alguien necesita, déselo,
no se lo guarde; cuanto más brinde, más recibirá.
No espere a compartir la
información únicamente con aquellos que le brinden datos, nunca se sabe si los
necesitará. Tampoco pretenda que alguien le envíe todos los datos de que
disponga, pues eso es parte de un proceso y uno debe ganárselo.
Al dejar preguntas y/o mensajes en Internet, no espere recibir
la información específica que está buscando, sino que le den PISTAS acerca de
DÓNDE usted podría poder encontrar esos datos. Lo más importante en genealogía
es trabajar en red.
Sexto
paso: Deje huellas
Escriba
su historia familiar. Esta es un relato sobre su pasado y sobre alguien cercano,
no sobre alguna figura histórica con la que no tenga nada en común.
Su
historia es importante, es un documento histórico que debe conservarse y
compartirse. Recuerde que la Historia (así, con mayúsculas) que nos cuentan
los grandes historiadores esta hecha de una suma de historias como la suya, de
su familia y sus vecinos.
Así
que hágalo, sus descendientes se lo agradecerán. Luego dónelo a las
bibliotecas, sociedades genealógicas, amigos y familia y difúndalo por
Internet.
Esta historia se mantendrá viva largo tiempo después que usted se
haya ido, pero lo fundamental, es que contribuirá a mantener viva la cadena de
las generaciones y habrá escrito su parte de la historia general de la
comunidad.